La baja natalidad lastra el alumnado de los centros en Soria

A.P.Latorre
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La cifra podría equilibrarse con la inmigración, pero se reclama que se descienda la ratio de 25 alumnos

La baja natalidad lastra el alumnado de los centros en Soria - Foto: Eugenio Gutierrez M

Es inevitable. La despoblación de la provincia de Soria también afecta al número de alumnos y el descenso de nacimientos se refleja en la matriculación en la segunda etapa de Infantil, que aunque no es obligatoria sí que la mayoría de familias escolarizan a sus hijos. La caída de la natalidad un 26% en los últimos diez años en la provincia de Soria, ya que se ha pasado de 745 nacimientos en 2010 a 550 en 2020, se traduce en una reducción de un 13% del alumnado de Infantil desde el curso 2011/2012 al de 2020/2021 en los centros escolares, que cae de 2.333 a 2.030, según los datos de matriculación definitivos facilitados por la Dirección Provincial de Educación en Soria. Algo ya se nota, pero desde la comunidad educativa se piensa que llegará lo peor en unos años, cuando se refleje además el efecto de la pandemia (freno a la maternidad por miedo ante la incertidumbre sanitaria y económica), y se tendrá que trabajar para evitar el cierre de aulas. Aunque la recuperación puede ser también la salvación para este problema, ya que las posibilidades laborales atraerán a población inmigrante.

En un análisis de la situación, Jesús Bachiller, profesor de Análisis Geográfico Regional del campus de Los Pajaritos, de la Universidad de Valladolid (UVa), cree que el descenso de nacimientos hasta los 550 de 2020 es significativo, ya que hace 12 años se estaba en más de 700, y un efecto más de la despoblación, que indudablemente influye en la disminución del alumnado en la provincia y con mayor incidencia los pueblos, ya que hay muchos colegios rurales con muy pocos alumnos. «Puede llevar a que haya un mayor número de cierres de escuelas», vaticina, como «una consecuencia directa que se puede ver en los últimos años».

En núcleos más grandes habrá reducción de alumnos, pero sobre la repercusión de la oferta de empleo dependerá de otra variable, la ratio de alumnos por profesor. «Entiendo que no estaría mal que se pudiera bajar para aumentar la calidad de la enseñanza», como una medida más que debería contemplarse en Soria como territorio despoblado en medidas como el Plan Soria. «Podría ser una buena oportunidad para intentar reforzar la educación manteniendo el mismo número de profesores, disminuyendo la ratio», apunta. 

En tres años se reflejaría una mayor reducción que se está registrando ahora por la pandemia porque desde diciembre de 2020 «habrá un descenso significativo del número de nacimientos». «Había un debate sobre si con el confinamiento iba a haber más o menos natalidad y creo que en general ha habido menos, porque la gente se ha abstenido de tener niños, sobre todo por la incertidumbre económica. Hemos estado más en casa, pero eso no significa que se tengan más hijos», explica.

«Habrá que ver qué pasa con la inmigración. Yo creo que en el caso de la provincia se va a reactivar y es posible que venga gente joven y más niños», pero es difícil prever lo que va a pasar, «si la inmigración puede llenar esos huecos de falta de natalidad que se ha producido sobre todo en esta etapa de pandemia». También podría ser que muchas parejas que han decidido no tener hijos el año pasado lo hagan en 2021 y 2022, lo que contribuiría a la recuperación, junto a todas las medidas de fomento de la natalidad puestas en marcha, como el Cheque Bebé o en varios municipios.  

En conclusión, «a una natalidad ya de por sí baja se añade la incidencia del Covid, pero espero que este año se recupere con la vuelta de la normalidad económica y social, pero sobre todo sanitaria. También puede influir la recuperación de la inmigración exterior, porque seguramente habrá más posibilidades de empleo en algunos sectores», al tiempo que se espera que la mortalidad descienda, una vez que ha habido una sobremortalidad de población mayor. «Seguramente este año mejorará el crecimiento natural en la provincia», concluye Bachiller.

padres y profesores. La disminución de la matriculación en relación con la baja natalidad es algo que preocupa a la Junta de Personal Docente. Nuria García Moreno opina que «tiene una doble lectura». «Estamos abocados como zona despoblada», por un lado; y «si hay menos alumnado desde los tres años hay que proponer mantener el profesorado con la disminución de ratios y la mejora de la calidad educativa», por otro. «Con ello, se ofrecería una atención más individualizada, al pasar de 25 a 20 ó 18 alumnos por profesor. Es el planteamiento ideal para docentes y familias», apunta. Insiste en la necesidad de no reducir las plazas de docentes en la provincia, sino la ratio, «es fundamental para no perder puestos de trabajo y para ganar en calidad educativa».

En comunidades autónomas, como la valenciana, ya se habría propuesto bajar la ratio de alumnos por aula a 23 y 20 alumnos en determinadas localidades con baja natalidad para evitar el cierre de unidades. 

Por su parte, María José García, de la Fedampa cree que «el descenso de la natalidad va en línea con la despoblación» y que «poco se puede hacer». Apoyan las medidas para el fomento de la natalidad, pero cree que «se tiene que trabajar más en la conciliación y en que la gente joven pueda quedarse en Soria y formar su familia». También es partidaria de que se baje el ratio para no perder profesores y empleo en la provincia, contribuyendo así también a frenar la despoblación. Pero esta medida de menos alumnos por cada profesor la extendería de Infantil a Primaria y Secundaria, para una enseñanza más personalizada y de calidad, «mejor tanto para los alumnos como para los profesores». 

 Desde Escuelas Católicas de Castilla y León, el secretario, Leandro Roldán, explica que «los centros concertados de Soria no presentan una caída tan significativa para el curso que viene como los de otras provincias (en Valladolid solo en dos centros se superaría el número de solicitudes al de plazas)», dentro del periodo de admisión ordinario, ya que en el extraordinario estos datos pueden variar. Lo que sí apunta es que «ya no existe el proceso de baremación», por méritos, situación familiar..., que había antes porque «han descendido tanto el número de alumnos como la demanda». 

Destaca el caso de Escolapios y Escolapias, con dos aulas y 50 plazas cada uno, que pasarían este año a 40 solicitudes de admisión. Pilar Gabasa, de Escolapias (tercera opción tras Infantes de Lara y Doce Linajes), y Pilar Menéndez, de Escolapios, destacan que el número de solicitudes se mantiene para sus aulas. Pilar Gabasa cree que la despoblación es un problema y que en Castilla y León podrían suprimir 20 unidades por no llegar a la ratio, aunque cree que darán flexibilidad; y Pilar Menéndez confía en su ubicación en un barrio nuevo como es el de Los Royales y con familias jóvenes y apunta igualmente a que ha habido familias interesadas que vienen de grandes ciudades a vivir a pueblos de la provincia, con el auge del teletrabajo. 

En el caso de Trilema en Soria y el Calasancio de Almazán, con una línea cada uno, la situación es más delicada, «no peligra pero es descendente». Leandro Roldán lo achaca en el caso de Trilema a la ubicación en un barrio con población envejecida y a que muchas familias de inmigrantes se marcharon en la anterior crisis. La matrícula (periodo ordinario) en el presente curso fue de 46 alumnos en Escolapios, 36 en Ecolapias, 24 en Trilema y 18 en el Calasancio, mientras que por este orden fueron 49, 39, 24 y 17. 

Leandro Roldán muestra su preocupación y «angustia» por el descenso demográfico en la provincia en los últimos años, que se notará en la matriculación, así como la marcha de inmigrantes, pero espera, como apuntaba Bachiller, que haya una llegada de familias de fuera con hijos pequeños. Sobre el cambio de ratio, para no cerrar unidades y mantener el empleo en el profesorado, Leandro Roldán considera que en Escuelas Católicas ya es algo que se está barajando para hacer frente a los efectos del descenso de natalidad también por la pandemia en la matriculación. Sin embargo, apunta que «no beneficia a todos» porque hay colegios que llenan más. Hay casos en el que se pierden alumnos en el camino y si se empieza en Infantil con 20 cuando lleguen a 4º de la ESO pueden no mantenerse, «es un arma de doble filo...».