Lo que escondía la lista de los Reyes Godos

M.Arlegui
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La investigación de este interesante capítulo de nuestra historia ya se realiza

Lo que escondía la lista de los Reyes Godos

Las migraciones han sido una constante desde que los primeros homínidos abandonaran África colonizando el mundo. De las que se produjeron en la prehistoria, las migraciones más conocidas son las de los pueblos genéricamente llamados celtas y, de la antigüedad, las de los pueblos que los romanos englobaban bajo el término de bárbaros. 

Las migraciones son un fenómeno complejo, lo son las causas que obligan a las personas o grupos de poblaciones a abandonar el territorio tradicionalmente habitado por una cultura, causas que generalmente son el hambre derivada de repetidas malas cosechas e imposibilidad de mantener al ganado o la violencia de la guerra en cualquiera de sus múltiples formas. En el caso de los pueblos bárbaros la complejidad se hace manifiesta: se trata de todos los pueblos que quedaban al norte del limes o frontera del imperio romano. Los más próximos a esa frontera habían generado ya una forma de mestizaje cultural por la proximidad comercial y de convivencia con la cultura romana. Habitaban una tierra fría en comparación con el sur romano. Y todos  ellos se vieron empujados por grupos de población que desde la estepas eurasiáticas habían iniciado un movimiento poblacional. Las modelos migratorios y los recorridos de  estos pueblos fueron de tipo muy diverso y variado. Un capitulo, sin duda, apasionante de la historia.

El imperio romano ya no era a comienzos del siglo V lo que había sido: debilidad política de los emperadores, inseguridad generalizada  en todo el imperio, circunstancias que hicieron que el territorio antes organizado a través de una política, basada en las ciudades conectadas por una potente red viaria, quedara desarticulada y la población y la economía se hicieran progresivamente rurales.

Sabemos que hacia el año 409 alanos, suevos y vándalos se adentran en Hispania encontrando escasa resistencia. En una política, errática, Roma permitió a los visigodos su asentamiento en el sur de las Galias esperando de ellos que contuvieran otras incursiones. Tras la derrota de Roma en la batalla de Vouillé, numerosos grupos de visigodos se adentraron en Hispania y aunque algunos cálculos consideran que el contingente visigodo no superaba las 200.000 personas se impusieron a la población hispanorromana. Comenzaba una nueva cultura. Poco más tarde Toledo se constituiría en la capital del reino visigodo. La elección como sede regia de una ciudad significaba la afirmación de la existencia de una corte y la administración en que debía apoyarse aunando los servicios domésticos de la corte, típicamente germano, y una burocracia copia de la romana.

 El reino visigodo creo y mantuvo hasta el final como única institución política claramente definida  la monarquía: todos los instrumentos de control político y las relaciones de poder entre esta y la iglesia  y la aristocracia fueron variables y no carentes de tensión. A través de ella y su burocracia y el ejército, los reyes administraban recursos, sancionaban y recaudaban impuestos, dictaban leyes y administraban justicia. El uso y abuso de poder y las leyes de elección de rey dieron lugar a turbulencias provocadas por asesinatos y derrocamientos de reyes. 

Los concilios visigodos pueden considerarse una institución política, la más alta asamblea legislativa y tribunal del reino. Eran convocados por el rey según la necesidad y eran una mezcla de poder civil y religioso. Lo componían los obispos y la aristocracia del reino elegidos entre los componentes del oficio palatino o del Aula Regia.

Puede pensarse que el estado visigodo fue fallido pues no creó las estructuras políticas y sociales necesarias para garantizar la estabilidad del poder de modo que la monarquía se debilitó y los intereses privados de la aristocracia se hicieron muy exigentes. A ello contribuyó el hecho de que la sociedad visigoda tenía un alto grado de complejidad y no alcanzó la estabilidad económica y social necesaria para superar las viejas estructuras de clan y linaje basados en la consanguinidad y crear las formas organizativas de un Estado.  En general algunos investigadores creen que la población se sentía vinculada a los jefes locales o asociaciones militares y muy poco a supraestructuras centralizadas como podía ser la monarquía. La nobleza visigoda, los optimates, adoptaron la idea de riqueza y poder de las clases altas romanas y el reino visigodo era un estado prefeudal en donde reconocemos algunos rasgos de lo que será después la Edad Media cristiana

Desde esta perspectiva no extraña que Rodrigo accediera al trono de modo violento arrebatándolo a Witiza, que ello provocara una fuerte secesión dentro del reino visigodo y que bien invitados para debilitar a Rodrigo o aprovechando la debilidad del reino, los musulmanes en el 711 llegaran a la península permaneciendo en ella, como es sabido hasta 1492. 

En Soria conocemos algunas necrópolis visigodas en Deza, Tiermes, Suellacabras, Taniñe y Somáen, un poblado en San Pedro Manrique, actualmente en proceso de investigación, y objetos fuera de contexto procedentes de Tiermes y Ocenilla. Afortunadamente la investigación de este interesante capítulo de nuestra historia está siendo estudiado ahora en profundidad.