“Por cada euro que se invierte en patrimonio se consigue un retorno de hasta 20 euros”. Así lo cifró el presidente de Aeice, Ricardo Fortuoso, quien elogió el impacto que tiene la puesta en valor del amplio patrimonio con el que cuenta Castilla y León y que es un sector que “genera empleo cualificado y sostenible, no al amparo de los vaivenes de la economía”. Buenos ejemplos de este impacto son el ciclos expositivo de Las Edades del Hombre o los yacimientos arqueológicos de Atapuerca.

El director general de Patrimonio Cultural, Enrique Saiz, recordó que en el caso de Las Edades del Hombre se propuso inicialmente el uso de un patrimonio “tan archiconocido y convencional” como el arte sacro de Castilla y León, mientras que ahora “estamos acostumbrados a ese éxito de visitantes y económico”. Pero también se refirió a los yacimientos de Atapuerca, que se ha convertido en el segundo ‘monumento’ con mayor número de entradas registradas en Castilla y León, por detrás de la catedral de Burgos. “No solo genera un beneficio económico por la venta de entradas, sino también un referente en materia investigadora a nivel mundial” de cómo conseguir de un yacimiento “un atractivo turístico y social”.

Con estos ejemplos en la mente, Saiz consideró que la tarea en la que hay que trabajar va en esta línea para conseguir resultados similares “para otros muchos lugares”, declaró. Así lo dijo en los instantes previos a la celebración del cuarto seminario sobre patrimonio y cultura que bajo el título ‘El papel clave del patrimonio cultural en las estrategias de desarrollo rural’ se celebra este miércoles en Valladolid.

Saiz dijo que es momento de “dejar de lamentarse” y comprobar que el mundo rural es “una oportunidad” en el contexto occidental en un momento en el que está dando “los últimos coletazos de un cambio de modelo que se remonta a siglos” con un modelo agrícola de trabajo “parcela a parcela” que a día de hoy no es posible. Sin embargo, el director general de Patrimonio desecho que ese carácter más urbano del territorio de Castilla y León signifique que ese entorno rural tenga que estar “desatendido”, sino que abogó por que esté “convenientemente utilizado en la mejor de las versiones” con el “bienestar” de todos los ciudadanos.