Tres artistas dieron forma en 2013 a un proyecto de embellecimiento de Nomparedes a través de murales, esculturas y muestras de maquinaria agrícola restaurada que comenzaron a decorar amplias pareces, plazas, jardines y tapias. Un proyecto comunitario que logró movilizar a todo un pueblo, cuya unión dio paso, además, a la constitución de la Asociación Cultural La Orquesta del Titanic, que cuenta con casi un centenar de miembros.
Esta asociación sigue viva y trabajando por ensalzar el valor de Campo de Gómara. «Aunque la disponibilidad de la gente va variando, poco a poco se van haciendo cosas», asegura el pintor artístico, Adolfo Gutiérrez, que asesoró y guió el decorado de varios murales, algunos de una superficie de más de cien metros cuadrados.
También fue el artífice de la que supuso la obra más característica del proyecto, el mural en la pared del frontón. «Fue casi un capricho, al llegar y ver un frontón vacío, porque en esa época no se había pintado ningún frontón de esa manera». El artista define ese mural como una alegoría al proceso de vaciamiento de los pueblos y alaba la participación de todos los vecinos, no solo de Nomparedes sino de todos los pueblos de alrededor.
Las esculturas siguen tomando Campos de GómaraEl proyecto se llevó a cabo sin otros recursos que la donación de pinturas que no llevaban corrección, por lo que con el paso del tiempo se deterioran. Por eso desde la asociación no descartan realizar nuevas obras de pintura mural este verano. Aunque lo que vale la pena en realidad, insisten, es vivir la experiencia de participar de la actividad. «Es como los museos, la gente disfruta mucho de los cuadros pero no os imagináis lo que puede ser llegar a estar metido en un proyecto de estos, es tres mil veces mejor», subraya el pintor.
Otro de los artistas y miembros activos de la asociación es Miguel Ángel Rodríguez, cuyas esculturas urbanas siguen expandiéndose por la zona. «Esto es contagioso y los pueblos se van animando».
RECICLAJE. ¿Es posible transformar unos brazos de cultivador y unos pinchos de rastra en unos vistosos caracoles decorativos? Si, con imaginación, buena maña y sensibilidad por el reciclaje. Ahora once esculturas de caracoles adornan una tapia en el pueblo que también ha sido recientemente arreglada.
Para «el conjunto escultórico monográfico en base a chatarra agrícola de Nomparedes», como lo define Miguel Ángel, se utilizaron piezas desechables de maquinaria agrícola que para el artista resultan tremendamente valiosas. «Hay piezas que son increíbles, estilizadas, además el rozar con la tierra continuamente les produce una patina muy bonita», explica.
El proyecto más inmediato es la instalación de una escultura en Castil de Tierra «pero lleva hecha ya un año y sigue en el taller porque no encuentro a nadie que me eche una losa de hormigón de diez metros cuadrados», lamenta. Miguel Ángel Rodríguez prepara además un macrotaller en Nomparedes para poder hacer esculturas de grandes dimensiones.
Por su parte, el alcalde de Tejado no puede ocultar su satisfacción por un proyecto «que fue de los primeros de la provincia, y que se ha ido expandiendo». Insiste en que «todo lo que se pueda hacer por los pueblos es bienvenido y a la gente que pasa por aquí le gustan mucho las decoraciones», destaca.