El gol de Castillo al inicio del encuentro fue la única sensación positiva del Balonmano Soria en un visita al Cisne. El líder del grupo rápidamente demostró mucha superioridad y en un abrir y cerrar de ojos se pasaba a un 6-1 que obligaba a Jordi Lluelles a pedir un urgente tiempo muerto.
Comenzaba entonces un intercambio de golpes que pasado el ecuador de la primera mitad no surtía efecto (13-6, min.15). Entonces llegaba el bajón definitivo de los amarillos. Cortocircuitados en ataque e inoperantes en defensa, se marchaban al vestuario con un horripilante 23-9 y sin opciones para dar la vuelta al partido.
No hubo historia en una segunda parte en la que ni el BM Soria pudo acercarse en el marcador, ni el Cisne hizo más sangre para un resultado final de 37-21 que hace irse a los amarillos de vacío de tierras gallegas en su peor partido en lo que va de temporada.