La conservación del Patrimonio Cultural, la propia noción de Patrimonio Cultural de un pueblo, es sin duda uno de los mayores logros de la Ilustración, movimiento europeo surgido en el siglo XVIII y de profundo calado en la civilización occidental desde entonces. 

La Constitución española, como las de los países vecinos, y el Estatuto de Autonomía de Castilla y León, como el de las restantes autonomías españolas, expresan como imperativo legal de los poderes públicos la conservación de los bienes culturales y también la responsabilidad individual sobre ellos. Desde que iniciara su camino, la Comunidad de Castilla y León ha generado progresivamente la normativa necesaria para la protección de nuestro patrimonio mueble e inmueble, organizando las competencias asumidas en Archivos, Bibliotecas y Museos y reconociendo una red de centros que custodian nuestro importante patrimonio mueble, bibliográfico, documental, archivístico, paleontológico, arqueológico, etnográfico y artístico. Un hito importante fue la creación del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León, situado en Simancas y adscrito a la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Consejería de Cultura y Turismo.

Es un centro especializado donde se puede abordar la restauración de determinadas piezas que, por su estado o naturaleza, requieran un tratamiento diferenciado, un centro dotado para ello de profesionales de formación especializada en diversos campos en donde establecer y seguir unos programas metodológicos específicos. Las fases de intervención, cuando una pieza o conjunto de ellas ingresan en el centro, son: identificación catalográfica de la pieza, establecimiento de diagnóstico mediante técnicas fisicoquímicas tales como radiografía, lectura con infrarrojos, espectroscopia de rayos-X, microscopía óptica, cromatografía… Si procede, se conservan muestras para análisis futuros. La intervención restauradora se efectúa tras ese detallado estudio dependiendo del estado de conservación, del tipo de materiales, orgánicos, inorgánicos o mixtos y el uso posterior previsto. Una memoria recogerá todos los pasos anteriores, documentado también fotográficamente, y establecerá las pautas de conservación preventiva que deberán seguirse en el emplazamiento de la pieza. 

Desde hace más de 30 años los programas desarrollados han sido muchos. De modo destacable debemos citar la restauración de las importantes esculturas de la imaginería castellana de Semana Santa, pero también textiles, muebles, cerámica… de muy diversas procedencias y contextos culturales.

Por todo lo indicado, es también un centro de referencia y apoyo para los archivos, bibliotecas y museos gestionados por la Junta de Castilla y León, a los que presta apoyo y asistencia técnica en la conservación de los fondos documentales, fondo antiguo bibliográfico y colecciones museográficas.

Para poder desarrollar esta labor, el centro cuenta con los departamentos de pintura y escultura, documento gráfico, materiales inorgánicos y textiles, así como laboratorios de química aplicada, física aplicada y fotografía, además del taller de carpintería.

Desde su creación, el dentro ha colaborado con el Museo Numantino de Soria en distintas ocasiones, interviniendo en piezas para realizar tratamientos específicos, como la desinsectación por anoxia de indumentaria tradicional, capas, sayas, alforjas y mantas pertenecientes a la colección etnográfica, así como en la adecuación de algunas piezas significativas de los yacimientos de Numancia y Carratiermes a los actuales criterios de integración y presentación, con motivo de la exposición Celtíberos, celebrada en el museo en el año 2005.

Las intervenciones arqueológicas realizadas en la provincia incrementan progresivamente los fondos del museo. En ocasiones estos hallazgos, por su tipología o estado, requieren tratamientos específicos tanto en su estudio inicial como en su intervención restauradora que deben ser realizados en el Centro de Conservación y Restauración. Este fue el caso de las tablas con escenas de animales del siglo XIII, que formaron parte de la armadura de la nave central de la Iglesia de San Miguel de Caltojar, o la Cruz de cobre hallada en un enterramiento medieval de la galería porticada de la Iglesia de San Miguel, de San Esteban de Gormaz, cuya restauración aportó un gran número de datos para el conocimiento de la orfebrería y metalistería del siglo XII. Esta pieza forma parte de la exposición permanente del Museo Numantino.

En la recuperación de los restos del retablo en la Ermita de Nuestra Señora del Vallejo en Alcozar trabajaron de modo conjunto los técnicos del centro con la restauradora del Museo Numantino en la extracción de los distintos elementos. Posteriormente, ya en el centro, se procedió a la consolidación de los restos, muy degradados, para lo que se utilizaron distintos tratamientos y se diseñaron soportes específicos que garantizaran tanto su estabilidad en la exposición temporal que pudo verse en el museo como para su posterior almacenaje. 

La tercera ola de la pandemia ha interrumpido la exposición que conmemora los más de 30 años del Centro de Conservación y Restauración. En ella, apoyado en información gráfica y sistemas multimedia, se daba a conocer la importante labor de este centro, sus características, la metodología de intervención y los trabajos que en el mismo se han realizado sobre piezas de la provincia de Soria. De un modo diferenciado se explica la reciente restauración de un conjunto de piezas de cerámicas del yacimiento de Numancia sobre los que se han realizado estudios encaminados a la conservación, limpieza y caracterización de las piezas.

La exposición continuará su itinerancia pero en el portal de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León pueden consultarse diversas intervenciones realizadas por el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales (https://patrimoniocultural.jcyl.es).