Al menos seis soldados sirios y nueve combatientes opositores murieron en combates desatados en la madrugada de este viernes en la provincia de Idlib, pese a la entrada en vigor de un alto el fuego negociado ayer entre Turquía y Rusia a partir de la medianoche, informó el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahman.
"Los combates se produjeron justo después de la entrada del alto el fuego hasta las 03,00 hora local, pero desde entonces no se ha registrado nada más" en Idlib, indicó el director de la ONG, cuya sede se encuentra en el Reino Unido pero que cuenta con una amplia red de colaboradores en el terreno.
Se trata de la primera violación al cese de hostilidades firmado el jueves en Moscú entre el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que respalda a la oposición siria, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, aliado de Damasco.
Los enfrentamientos tuvieron lugar en los montes de Zawya, en el sur de Idlib, entre las unidades sirias y el grupo radical Partido Islámico del Turkistán, en cuyas filas luchan uigures (una minoría étnica china de religión musulmana) y presentes en el norte de Siria desde hace años.
El portavoz del Frente Nacional de Liberación, integrado principalmente por facciones sirias que operan bajo el paraguas del rebelde Ejército Libre Sirio (ELS), Naji Mustafa, aseguró hoy que sí hubo enfrentamientos, pero no tienen información hasta el momento de que haya fallecidos por dichos choques.
Además, indicó que decenas de misiles fueron lanzados hacia el oeste de la provincia de Alepo durante las primeras horas del alto el fuego.
Pese a estos enfrentamientos terrestres, desde el inicio del alto el fuego no se ha registrado el vuelo de ningún avión de guerra en el cielo del noroeste de Siria, según el Observatorio.
Rusia y Turquía acordaron el jueves un alto el fuego en Idlib para acabar con la escalada de hostilidades y prevenir el empeoramiento de una de las peores crisis humanitarias desde que comenzó la guerra en Siria, en 2011.
Además del cese de hostilidades, Erdogan y Putin pactaron crear un "corredor de seguridad" a lo largo de la carretera M4, que une Alepo con Latakia, feudo del presidente sirio, Bachar al Asad, que se extenderá 6 kilómetros hacia el norte y 6 kilómetros al sur.