El agua corre de nuevo por el lavadero de Bayubas de Abajo

Nuria Zaragoza
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Tras una inversión cercana a los 80.000 euros, Bayubas ha recuperado uno de los edificios más singulares de la provincia

El agua corre de nuevo por el lavadero de Bayubas de Abajo - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

Escolástica Fernández de Velasco, la vecina más longeva de Bayubas de Abajo con 101 años, recuerda todavía cuando lavaba en el río y las pozas heladas la ropa de la casa. Y no era poca, porque eran nueve hermanos. La inauguración del lavadero municipal en los años 50 le dio una tregua a esos fríos lavados «arrodillada en el río». 

«Aquí se lavaba mejor», rememora esta bayubesa centenaria mientras  visita el lugar. Y recuerda perfectamente cuando las mujeres del pueblo se reunían allí a lavar. «Las que traían la ropa más sucia, al final, para no manchar el agua que corría por el centro para las demás». «Cuando llevabas la ropa más limpia y solo había que aclarar, al principio». Había sitio de sobra, pues la veintena de puestos de lavado pocas veces estaba al completo. El de Bayubas era -y sigue siendo- uno de los lavaderos más grandes y singulares de la provincia. 

El paso del tiempo (y sobre todo la llegada de la lavadora) lo dejaron sin uso, y el abandono comenzó a adueñarse de este lugar. «El tejado estaba a punto de hundirse», recuerda el alcalde de Bayubas de Abajo, Juan José Oliva. Así que el Ayuntamiento se puso manos a la obra para su restauración. 

Tras una inversión inicial que rondó los 60.000 euros (de los que la mitad corresponden a una subvención del grupo de acción local Adema) que se concentró en la rehabilitación de la cubierta, mejora de ventanas y puerta, el Consistorio siguió adelante con los trabajos de adecuación de la tubería que nutre de agua el lavadero, el arreglo del patio exterior                       -donde antiguamente estuvieron los tendederos-, la musealización del lugar para recordar también el pasado resinero del municipio... Al final, ha sido necesaria una inversión que alcanza los 80.000 euros, de los que unos 50.000 ha puesto el Ayuntamiento, repasa el edil. 

«Si no lo hacemos a tiempo, se hubiera perdido todo porque el tejado estaba ya a punto de caer y habían roto las ventanas y la gente se metía y, como entraban los cangrejos, habían levando hasta algunas pilas para cogerlos », recuerda el alcalde, que se muestra encantado con este proyecto, abierto a las visitas (previa comunicación con el empleado municipal). La Asociación Cultural El Retorno ya hizo una actividad en el lavadero el año pasado. El recuerdo de aquello quedará reflejado en unos paneles.