Freno al abuso del consumo de paracetamol e ibuprofeno

Ana I. Pérez Marina
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Los usuarios sustituyen la compra sin receta de estos fármacos por formatos de menor dosis o envases con menos unidades

Freno al abuso del consumo de paracetamol e ibuprofeno

En los años ochenta era habitual el consumo de aspirina para dolores de cabeza, musculares y estados febriles. El histórico medicamento no faltaba en los botiquines de los hogares, en su formato infantil (aquellos míticos comprimidos circulares de color rosa) y para adultos. Incluso hubo un tiempo en el que se puso de moda la aspirina efervescente, presuntamente, más inocua para los ‘delicados’ de estómago y más rápida en su efectividad. Sin embargo, el ácido acetilsalicílico bajo la marca Aspirina se sustituyó por el paracetamol y el ibuprofeno, más baratos y, en principio, más tolerables en general.

Sin embargo, desde distintos foros se advierte en los últimos tiempos de los riesgos del abuso tanto de paracetamol como de ibuprofeno. De hecho, aunque la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios de 2015 indica que el farmacéutico está obligado a solicitar receta médica para la dispensación de estos fármacos, es desde la primavera pasada cuando se ha comenzado a exigir en las oficinas de farmacia a la hora de dispensar paracetamol de un gramo o ibuprofeno de 600 miligramos. Desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos (COF) de Soria indican que existen presentaciones de estos principios activos sujetas a prescripción médica  (formatos de unidades o concentraciones de sustancia activa elevadas) y de venta libre, sin receta, indicadas para tratamientos agudos o problemas leves de salud (contienen el principio activo en menor concentración, como el ibuprofeno de 400 miligramos o el paracetamol de 500/650 miligramos, o menor número de unidades por envase).  

«Lo que se ha notado, sobre todo, es que la gente pide ibuprofeno de 600 o paracetamol de un gramo que pueda comprar sin receta. Sí se ha percibido algo de disminución, aunque no se puede cuantificar, porque el paciente ya viene a la farmacia con la historia aprendida», aclara el presidente del COF Soria, Javier Alonso.

En este sentido, Alonso admite que ha habido «un poco de abuso por parte de todos», tanto desde el colectivo médico, como por los farmacéuticos y los usuarios. Desde el COF Soria se aboga por mantener «siempre el buen criterio profesional» y llevar a cabo la estipulación de estos fármacos bajo las condiciones estipuladas.    «Los formatos de venta libre son para tratamientos agudos y puntuales, son de menor dosis. Cuando se lleva tomando mucho tiempo hay que acudir al médico para que lo recete. Al paciente le puede chocar por qué unos con receta y otros no, pero, realmente, a nivel farmacológico tomar un ibuprofeno de 400 y uno de 600 miligramos ni es cuantificable ni lo va a sentir el paciente. Y de 400 es menos lesivo al estómago y no hace menos efecto», señala Alonso.

El uso de paracetamol e ibuprofeno se considera seguro cuando se utiliza en bajas dosis, pero puede ocasionar riesgos para la salud cuando estas ingestas son elevadas o se mantienen durante un largo periodo.