CCOO alerta de "más expedientes" en el sector de componentes

Ana I. Pérez Marina
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Desde el sindicato advierten de que «hay que estar preparados» ante «reajustes puntuales» de la producción. Por su parte, el presidente de FOES apunta al «daño terrible» del impuesto al diésel

CCOO alerta de "más expedientes" en el sector de componentes - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

El pasado 14 de febrero, cuando la mayoría del Congreso de los Diputados tumbó el proyecto de Presupuestos Generales del Estado, quedó en el aire el ‘impuestazo’ al diésel que el Gobierno socialista planeaba sacar adelante, que implicaba, fundamentalmente, la supresión de la bonificación a los usuarios con vehículos de este tipo (18 millones en todo el país) y el incremento del precio en 0,38 euros el litro. Aunque, con la convocatoria de elecciones generales las medidas del Ministerio de Transición Ecológica viven un paréntesis, las consecuencias de la «demonización» del diésel hace meses que se sufren tanto en las marcas fabricantes de vehículos, como en las de componentes del automóvil y, por supuesto, en el volumen de ventas en los concesionarios. Según la Agencia Tributaria, las ventas de vehículos de gasolina se dispararon un 26,9% en Castilla y León y los diésel se desplomaron en un 21,6% el año pasado.

En este contexto, al que hay que sumar otros factores como la inestabilidad política, los futuros efectos del Brexit y la desaceleración económica en general, la industria de componentes de Soria está sobreaviso. Para empezar, Fico Mirrors ha presentado un ERTE (Expediente Temporal de Regulación de Empleo) de 34 días para su plantilla de 650 trabajadores a lo largo de este año. Pero puede que no sea el único. «Hay que estar preparados porque los expedientes son para cubrir este año y las producciones van a tener que reajustarse», advierte el secretario general de Industria de CC. OO. en Castilla y León, Gonzalo Díaz.

El sindicalista alude a una asamblea de delegados celebrada en Soria a finales de enero en la que ya se trasladó este mensaje sobre la situación general que atraviesa el sector  de la automoción y, por consiguiente, la industria de componentes.

«Es muy potente en la provincia de Soria. Están Huf España, Ficosa, TRW Automotive, Anvis... una serie de empresas potentes. Fico, por ejemplo, ha aguantado muchos años la crisis del ‘auto’ porque su cartera de pedidos es amplia, no está dedicada a un solo fabricante y se equilibra. Pero las decisiones de Ford, Nissan... en el futuro son determinantes y cualquier bajón en su producción tendrá repercusión en estos centros [de Soria]», sostiene el representante sindical.

Precisamente, la fortaleza de las firmas de componentes del automóvil que operan en la provincia de Soria está en la «diversidad» de los fabricantes para los que trabajan , ya que «no son monocultivo» de una sola marca, y también en la «calidad» de los productos que se fabrican enlas plantas sorianas, que «también es otro valor».

«Creo que podrán venir más expedientes [ERTE] en Soria, pero al empleo, en principio, no le debe afectar. Serán reajustes temporales con una visión de bajadas de producción puntuales, no estructurales, por las rebajas productivas de algunas marcas y el incremento en otras», resume Díaz.

formación. Para el secretario general de Industria de CC. OO. en Castilla y León, hay que plantear que estos periodos de producción menor sean aprovechados para la formación de los trabajadores, teniendo en cuenta que cuando el volumen de trabajo es elevado no suele haber tiempo para ello. «En las mesas de negociación lo estamos proponiendo, que los cambios tecnológicos en los centros de trabajo también se aprovechen, no solo para la adaptación de las líneas  productivas, sino  para la de los empleados a esos cambios que ya son una realidad en algunas plantas y en otras aún no se han incorporado. Y que las empresas lo hagan siempre contando con la representación de los trabajadores», puntualiza.

A juicio de Díaz, las declaraciones difundidas desde el Ministerio de Transición Ecológica «no fueron muy oportunas», al margen de que se esté o no de acuerdo con los compromisos adquiridos por los fabricantes en materia de movilidad para cumplir con los acuerdos firmados en París. 

«Esas declaraciones demonizando al diésel provocaron un parón después del verano. Tuvieron que parar casi la totalidad de las fábricas para adaptar a gasolina, sobre todo, la línea de motores», comenta.

Si en mayo en España se fabricaron 312.000 vehículos, en septiembre no se llegó a los 200.000, entre otras cuestiones, por la confusión generada entre los consumidores que no saben qué comprar. 

«Tampoco se ha avanzado en el tema de los híbridos, hay una indefinición que está afectando a toda la industria y, lógicamente, a la de componentes como una más, porque al final el 70-80% del vehículo lo fabrica el sector de componentes. Nuestra preocupación es que entendemos que estas declaraciones no favorecen y crean una confusión en los compradores, no hay alternativa en híbridos o eléctricos, son más caros y no está desarrollada la tecnología para ir con un coche eléctrico desde Soria a La Coruña», resume Gonzalo Díaz.

Además del impuesto al diésel, el representante de CC. OO. también apunta a otros factores como la desaceleración general de la economía en Europa, la incidencia del Brexit, «sobre todo en los fabricantes que producen buena parte para Reino Unido», y la normativa de emisiones que «está clara», pero está teniendo «su incidencia» en términos generales en el sector del automóvil.

situación general. A todas estas cuestiones se refiere el presidente de la Federación de Organizaciones Empresariales de Soria (FOES) y de la Confederación de Organizaciones Empresariales de la Comunidad (Cecale), Santiago Aparicio, que también hace hincapié en el momento que atraviesa el sector del automóvil. «El impuesto al diésel ha retraído la compra de vehículos y todos los componentes del automóvil se resienten. El famoso decretazo al diésel, en vez de ayudar a la economía española, le está haciendo un daño terrible. A nivel de Fico Mirrors se puede comprobar la situación que se está viviendo en España», considera.

Aparicio admite que es complicado ofrecer datos provincializados sobre la desaceleración de la economía, que no recesión, porque no hay un crecimiento negativo. A su juicio lo que ocurre en España «afecta igual a todas las regiones y provincias» y son la inestabilidad política e inseguridad jurídica las que frenan la economía. «España, salvo que haya una corrección de los organismos internacionales, va a estar a la cabeza de los países europeos en crecimiento, entre el 1,9 y el 2,1 estipulado en 2019, mientras que en 2020 se estima que crecerá a un ritmo de un 1,2-1,3, con una desaceleración importante, un parón del crecimiento y de la creación de empleo», apunta.

Para el portavoz de la patronal, esta situación viene motivada, tanto en el país como en la Comunidad autónoma, por tres causas principales. Por un lado, asegura que hay sectores que aún no han superado la anterior crisis económica y todavía están compensando pérdidas, por lo tanto es «complicado» que en desaceleración contraten o inviertan en nuevos proyectos.

Por otro lado, Santiago Aparicio reitera que la inestabilidad política e inseguridad política de España implica que se «ralenticen» las inversiones, tanto de los empresarios ya establecidos como en los extranjeros. «El dinero es muy miedoso, lo que va buscando es seguridad y una estabilidad política que ahora mismo España no da. Esta situación nos lleva a estar en una expectativa con miles de millones esperando a las puertas de España a ver si cambia la situación», reconoce.

Y, en tercer lugar, Aparicio menciona a la fiscalidad, que «no es la más idónea», sobre todo en Castilla y León, y retrae las inversiones, en su opinión. «Si fuera un país propicio para pagar menos impuestos», las empresas extranjeras se instalarían en España.

«Es un cúmulo de factores. A ver qué pasa, porque tenemos cuatro meses o más hasta que se conforme Gobierno y hay una incertidumbre que es lo peor para el movimiento de inversiones y para la creación de empleo», concluye.

en negativo. Así las cosas, según los datos publicados este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la industria de Castilla y León fue una de las cuatro autonómicas que cerró en negativo el 2018, con un retroceso de dos décimas en la facturación, frente al 4,5 de repunte nacional, el cuarto peor dato, con un descenso en los pedidos de un punto, la tercera mayor caída.