Marta Charle apunta alto

S.Recio
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Con 19 años, la futbolista soriana ha ascendido con el Parquesol de Valladolid. Tras su paso por el Burgos persigue ahora su sueño de lograr jugar en la máxima categoría del fútbol femenino

Marta Charle apunta alto - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

En las calles de Villálvaro comenzó Marta Charle a dar sus primeras patadas al balón.Su hermano Javier fue su primer valedor, con él se iba a jugar cada día junto con más chicos de esta pequeña localidad soriana. Pronto se vio que destacaba y cuando cumplió ocho años empezó su carrera de fondo para llegar al fútbol profesional. Del Calasanz al Parquesol, pasando por Burgos, con apenas 19 años disputará el próximo año su primera temporada en la Primera B, la antesala de la Liga Iberdrola, la máxima categoría femenina.Este año ha vivido un gran ascenso en el equipo vallisoletano, pero hasta llegar a ese momento no ha parado ni un solo día de trabajar por lograr un sueño que ya casi toca con la punta de los dedos, ser jugadora de fútbol profesional.

el calasanz. A los ocho años, Marta Charle destacaba entre los jóvenes futbolistas de su localidad. Lo veían sus rivales, lo sufrían en cada partidillo, y por supuesto lo vieron sus padres, por eso a los ocho años apuntaron a su hija a la disciplina del Calasanz, donde comenzó a jugar en categoría alevín en un equipo de chicos, «no hay liga femenina a esas edades», comenta Marta Charle, «pero me acostumbré rápido a jugar con niños, me sentía una más gracias al buen trato de mis compañeros, entrenadores y directiva, fueron seis grandes años en los que aprendí mucho y que guardo con mucho cariño». 

En esa etapa soriana le llegó su primera gran llamada, la de la selección de Castilla y León, «fue una gran experiencia porque era la primera vez que compartía vestuario con un equipo compuesto íntegramente por chicas». Lo que no sabía es que en esas concentraciones muchos equipos seguían ya sus progresos, y al acabar su etapa de infantiles recibió la llamada del Burgos, «se trataba de un equipo de Segunda Femenina (equiparable a la 2ªB) y en ese momento mis padres me dieron la oportunidad de comenzar mi andadura en estas ligas, ellos me llevaban tres días por semana a entrenar más el partido del fin de semana y siempre me han apoyado en todo esto».

Fue en Burgos donde se dio cuenta de que quería jugar siempre al fútbol, «nunca he tenido problemas para adaptarme a ningún sitio, mis compañeras me aceptaron muy bien desde el primer día y tengo que reconocer que al estar acostumbrada a jugar con chicos me sentí rápidamente preparada para ser una jugadora importante del equipo». Siempre con ambición y con mucho trabajo, no ha parado de progresar, y hace dos años, cursando todavía Bachillerato, salía del nido familiar para dar el paso que marcaría si podría aspirar a algo más, su fichaje por uno de los equipos más poderosos de Valladolid, el Parquesol.

el ascenso. Su primera temporada en el Parquesol coincidía con un momento crucial en su vida estudiantil, el paso a la universidad, «mis padres me dijeron que adelante, que me independizara.Era joven pero siempre he tenido claro que tenía que rendir en las dos facetas». No fue fácil y solo una cabeza amueblada podía mantenerse firme en una primera temporada con hasta cuatro cambios de entrenadores, «necesitábamos estabilidad y fue la peor etapa allí porque todo fue muy convulso». 

Pero todo cambió este verano, «en cuanto todo se calmó demostramos de lo que éramos capaces y ahora el ascenso a Primera División B es un sueño cumplido porque ya estoy muy cerca de la Liga Iberdrola con 19 años». Ilusión no le falta tras el auge del fútbol femenino en estos últimos años, «ahora vemos ya la fuerza que tiene en los estadios, en las redes sociales, veo que con mi edad y con todo lo que me queda por delante mi futuro puede estar en el fútbol profesional».

Un sueño que está cerca y que compagina con el Grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, algo que no sorprende viendo su amor por el fútbol, «quiero jugar a esto el resto de mi vida, y ahora lo haré en una categoría muy ilusionante». Y sigue mostrando su ambición, «tenemos que intentar luchar por estar lo más arriba posible». El cielo es el límite.