Relatos de ortografía que valen un Delibes

Sandra de Pablo
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Vive en Madrid pero Mariángeles García visita Barcebal con frecuencia, de donde guarda recuerdos de su infancia. Ha editado un libro con los textos que merecieron el prestigioso galardón periodístico Miguel Delibes

Relatos de ortografía que valen un Delibes - Foto: @FernandoSanz

M ariángeles García, madrileña de nacimiento aunque soriana de vocación por su ascendencia de Barcebal, sigue de enhorabuena tras alzarse el pasado mes de noviembre con el XXIII Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes. Ahora publica libro con su serie titulada Relatos Ortográficos, de la revista Yorokobu, que le sirvió para alzarse con el importante reconocimiento. 

En el mes de noviembre recibió la noticia de su premio, en enero recogió el galardón y ahora contempla tranquilamente en su casa la estatuilla con la imagen de Delibes en zapatillas leyendo un periódico; aun así sigue sin creérselo, «es un honor y un orgullo inmenso que me sobrepasa un poco». Pese a su incredulidad, su nombre ha quedado unido a otros de la talla de Vicente Vallés, Pepa Fernández, Ignacio Camacho, Iñaki Gabilondo, Javier Marías, Luis María Ansón, Juan José Millás, Alex Grijelmo o Fernando Lázaro Carreter que lo ganaron anteriormente.

El premio en cuestión está dotado con 6.000 euros y es el único en su género que reconoce el buen uso del idioma en los medios. El jurado también destacó el soporte de los relatos, la revista Yorokobu que basada en la vanguardia y calidad se dirige a un público interesado por la cultura y la innovación. 

Mariángeles García es licenciada en Filología Hispánica y comenzó a trabajar en los medios de comunicación como documentalista, de ahí una cosa llevó a la otra. Era habitual que sus compañeros, que hoy son sus jefes, le pasaran los textos para corregir y ya sabían que se había presentado a nivel privado a algún certamen de escritura. Casi de modo natural llegó hasta la redacción de la revista Yorokobu donde no sólo escribe sobre lengua sino también sobre diseño o psicología. 

A día de hoy su vida laboral ha cambiado poco y así quiere que siga. El premio, la edición del libro con sus relatos y la presentación del mismo se han llevado buena parte de su tiempo desde noviembre pero no busca la fama que puede llevar consigo un reconocimiento de estas características. 

Los relatos ortográficos que le han valido el premio intentan explicar la gramática, la ortografía o el léxico de una manera amena. Se publicaron por primera vez mes a mes en la edición escrita y on line de Yorokobu, una revista en la que cuentan historias, y con el tiempo se han hecho un gran hueco en ella. La autora reconoce que si se explica una norma ortográfica como tal no es fácil captar la atención por eso atrapa antes a los lectores con una historia, «desde la cordialidad pero tratando de ser útil y de que todos lo podamos entender».

Soriana de Adopción. Para García, Soria es su tierra y vive con rabia que no se hable de ella y de otras provincias donde la despoblación es brutal porque «eso implica que no se está prestando atención a una tierra que tiene muchísimas posibilidades como está demostrando a nivel turístico», también pone el foco sobre esa serie de personas jóvenes que quieren quedarse en su tierra y que no se les permite porque no hay oportunidades de trabajo. A ella le gustaría que los medios pudieran hablar mucha más de Soria y de otras provincias en esta circunstancias aunque reconoce que «la realidad, sobre todo política, es demoledora y no deja espacio para otras cosas». Hace gala de que donde va reivindica que «hay una provincia preciosa que se llama Soria que necesita oportunidades y que merece que volvamos la vista hacia ella y la hagamos crecer».

No nació en Barcebal, pero se siente de allí; es el pueblo natal de su padre, Dámaso, y de toda su familia paterna. A Barcebal regresa de manera habitual y en esta pequeña pedanía de El Burgo de Osma, a nueve kilómetros del núcleo principal, mantiene casa abierta. Cuando vuelve a Barcebal, Mariángeles retoma el pulso a los recuerdos de su infancia, a una casa familiar llena de primos, tíos y amigos: «Yo he sido muy feliz en Barcebal, todos los veranos de mi vida están asociados al calor, al olmo que ya no existe en la iglesia, a la plaza llena de niños que hoy está más vacía». Barcebal para ella es su infancia, su patria chica «y todo lo que tenga sabor a infancia está íntimamente unido a las personas y ese es el motivo por el que siempre tengo que volver a Barcebal».