Bienvenidos a la liga del coronavirus

Diego Izco
-

Lo que en junio y julio fue 'terminar como fuese' es hoy, en la 20/21, la norma de la competición

El Camp Nou presenta en cada partido un aspecto muy triste, desangelado. - Foto: Enric Fontcuberta

El Telediario del mediodía del 20 de agosto de 1999 conectó con el Estadio de La Cartuja (Sevilla), donde por la noche se inauguraban los Mundiales de Atletismo, los de Greene y Jones, El Guerrouj y Szabo, Antón y Montalvo. Mientras el reportero improvisaba una previa global del evento, un operario local, gorra en la cabeza y brocha en la mano, se colaba en el plano dando una manita de pintura en las gradas. El mismo día. Horas antes... Pues esa sensación de «¡Pero si está todo sin preparar! ¿Cómo va a salir bien?» es la que se multiplica por 10 o por 100 en la inauguración de la temporada 20/21 que se nos viene encima con el arranque de LaLiga. Ahora no habrá operarios de última hora en la grada porque, sencillamente, está vacía. Es la ‘Liga del coronavirus’. 
En efecto, lo que en junio y julio fue pura improvisación, una serie de tiritas en las heridas y parches de funcionamiento para terminar como fuese una competición que había quedado (en Primera) colgada en la jornada 27ª, es ahora el hábito: estadios vacíos, estrictos protocolos sanitarios, cuarentenas, controles, cinco cambios, 23 convocados, mascarillas, banquillos en el graderío... La excepción se ha convertido en la norma.
 

Indefinición

Desde la misma jornada uno, el aficionado vivirá (desde las pantallas) una época de enorme indefinición, asistiendo a la construcción de un enorme castillo en el aire:cualquier partido puede quedar suspendido de víspera o en el mismo día (como sucedió esta semana con el Madrid-Rayo por un posible positivo de un jugador franjirrojo), cualquier alineación fija puede quebrarse a última hora, cualquier jugador (del más ‘patas’ al más ‘virguero’), quedarse 10 o 20 días en casa, hasta dar negativo, a pesar de no presentar síntomas. 
Esta semana, mirando de reojo en otros campeonatos que acaban de comenzar, llegan dos titulares: «Hasta siete posibles bajas en el Paris Saint-Germain por haber dado positivo» y «el PSG, molesto por haberse enterado del positivo de Mbappé por la prensa». Un paisaje al que habrá que acostumbrarse (y resignarse) a este lado de los Pirineos. 

 

¿Los fichajes?

Con este panorama de inesperadas bajas y posibles aplazamientos (el calendario da lo que da de sí: la Eurocopa asoma al fondo...), el aficionado está instalado en una sensación de caos que se incrementa con el calendario y el mercado de fichajes; sobre esto último, este curso, por las circunstancias consabidas, se alarga hasta el 5 de octubre (ocupando cinco jornadas ligueras). Eso sí, las dos primeras jornadas del Barça, Atlético y Sevilla quedan aplazadas a enero y febrero (o marzo, o cuando se pueda si siguen avanzando rondas europeas), y la primera del Real Madrid también, aún queda pendiente la final de Copa (Athletic-R.Sociedad) del año pasado. Que el fútbol siga vivo en estas circunstancias, y que el público tenga ganas de que arranque el campeonato, es lo que le convierte en inmortal.