Cansado y con un poco de 'jet lag', el adnamantino está todavía acostumbrándose al horario español. "La carrera fue hace 48 horas. Las piernas todavía duelen", cuenta Dani. Confiesa que las horas en el avión las ha pasado contestando los miles de mensajes de apoyo que le han llegado desde que comenzaron los Juegos. "Soria, Almazán, todo el mundo se ha volcado con mi paso por Tokio", añade. La carrera la recuerda muy dura, de las peores que ha corrido. "La segunda maratón fue donde más sufrí". Afirma que las condiciones meteorológicas y la fuerte humedad no jugaron a su favor. "Me siento un poco contrariado con el resultado. Es una buena posición pero siempre quieres más", añade. 

Recuerda que el mejor momento de los Juegos fue la ceremonia final donde "sientes que estás en el centro del mundo". Ahora, disfrutará del éxito conseguido, pero sobre todo se recuperará de estos históricos Juegos Olímpicos.