Un soriano que siempre encaja

Ical
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Ángel Heras, campeón mundial de puzles, anima a los niños a practicar para mejorar su concentración y agudeza visual

Un soriano que siempre encaja

A los Reyes Magos les ha pedido un puzle de 48.000 piezas, el más grande que habrá ejecutado. El soriano, Ángel Heras, mecánico de coches y gerente de un conocido taller en el polígono industrial Las Casas de Soria, se alzó hace poco más de un mes con el título de campeón del mundo del puzles por parejas, gracias a su destreza y la de la algecireña, Demelza Bezerra, quien desde 2013 compite con él en la modalidad de parejas y hacen un tándem ganador.

Todos los días al terminar su jornada laboral en el taller, Ángel Heras ejecuta una parte de algún puzle, una afición que dice “le sirve de terapia, le relaja y le hace evadirse de las preocupaciones diarias de quién regenta un negocio”.

De pequeño hacía puzles pero no era un gran aficionado. El hobby “en serio ”empezó en el año 2013, cuando descubrió que había campeonatos y decidió apuntarse a la Asociación Española de Puzzles con la que ha participado por parejas e individual y ha logrado numerosos títulos de campeón de España y de Europa.

“Me apunté al campeonato por casualidad, participé con un chico que ahora es el presidente de la Asociación, Álfonso Álvarez Osorio y ganamos en Briviesca. A partir de ahí continué participando en campeonatos y fui reuniendo títulos y más títulos, además de puzles”, relata, para señalar que desde los diez a los 30 años no hizo puzle alguno y fue ya de adulto cuando volvió a retomar el juego de concentración.

El puzle que más grande ha hecho cuenta con 24.000 piezas, aunque, subraya, en los campeonatos a cada participante se le da un puzle de 500 piezas bocabajo y precintado y gana aquel que lo realice el primero se alza con el título. Los premios obtenidos en metálico cubren “escasamente” los gastos de desplazamientos, y normalmente se donan a asociaciones benéficas.

De su afición dice que lo mejor que le ha pasado es haber hecho muchos amigos, entre ellos Demelza, a la que considera de su propia familia, y conocer a Jesús, un niño autista de Málaga, que ha conseguido comunicarse con su padres y otras personas gracias a hacer puzles. “Fue a través de este hobby como sus padres consiguieron que hiciera contacto visual e incluso que chocara las manos. A sus padres se le caían las lágrimas. Fue algo muy emocionante”, relata.

Y es que los beneficios cognitivos de hacer puzles son inmensos, según apunta, el soriano, quien precisa que a los niños les ayuda a ganar en agudeza y retención visual, en memoria y aumenta su capacidad de concentración. No obstante, asegura que su técnica está ya tan perfeccionada que él ve el dibujo o fotografía que tiene que realizar y es capaz de retener en su memoria la gama cromática de cada una de sus partes. De este modo, va colocando las piezas, casi sin fallo alguno.

“De cada 500 piezas puedo fallar dos o tres, siempre que tengan un troquelado estandarizado, es decir, que sean de fábrica. Yo no pruebo, con un vistazo sé dónde hay que colocarlas sin probar a colocar. Veo el hueco; busco la pieza, la pruebo y encaja”, asegura.  

Ángel Heras y Demelza Bezerra siguen practicando por separado. Quince días antes de los campeonatos practican con más intensidad y como viajan mucho con sus respectivas familias, siempre encuentran hueco para juntar las piezas y que encajen en el menor tiempo posible.

A sus sobrinos les intenta inculcar la afición, sobre todo, por los beneficios que tiene cognitivamente. Hace algunos meses se desplazó hasta el Colegio Doce Linajes de la capital a practicar con los más pequeños y enseñarles algunos trucos para ser más ágiles.

Hasta el taller llegan muchas parejas de novios, a los que les regalan un puzle con su foto; estos, según el soriano, son los más difíciles, porque normalmente son las cara de la pareja y cielo por todas partes del puzle con piezas todas prácticamente iguales.

A este respecto, recuerda que el puzle más difícil que ha intentado hacer es uno todo en blanco, es decir, como si estuviese montando un folio. Sin prisa pero sin pausa se prepara para los próximos campeonatos. Pieza a pieza, paso a paso y con una paciencia a prueba de encaje.