Dos formas de hacer política que se dan la espalda

Dani Rovirosa (EFE)
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Los expertos apuntan que la Unión Europea debería depender menos de EEUU, gane quien gane al otro lado del océano Atlántico

Dos formas de hacer política que se dan la espalda

La jornada electoral en Estados Unidos muestra un país dividido que obliga a la Unión Europea a depender menos de Washington en el futuro, según comentan los analistas internacionales. La fragmentación de la sociedad norteamericana se consolida y se añade el giro que EEUU ya ha dado hacia Asia, prestando menos atención a las relaciones transatlánticas.

La conclusión que Corinna Horst, subdirectora del German Mashall Fund, saca de estas elecciones es que «Estados Unidos está muy divido, política y socioeconómicamente, e incluso desde un punto de vista demográfico».

«Nos estamos relacionando con una América» donde han aumentado las minorías étnicas y «Europa debe despertar y darse cuenta de que Estados Unidos es menos europea de lo que solía ser», apunta.

A esta reflexión, Carlota García, investigadora principal del Real Instituto Elcano en relaciones transatlánticas, señala que si el demócrata Joe Biden gana las elecciones, «tendrá que hacer frente a un país con una crisis económica, una pandemia y tremendamente polarizado». Aunque Biden sea un presidente que comparta con la UE una visión del mundo basado en reglas, a diferencia de Trump, el demócrata «quiere volver a liderar con el ejemplo y para ello tiene que volver a reconstruir su propio país y democracia», agrega García.

Además de saber quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca, está por ver si el Senado acaba en manos del Partido Republicano o del Demócrata. Puede darse la circunstancia de que Biden finalmente gane los comicios, pero tenga que relacionarse con un Senado republicano y si eso sucede, tendrá una gran importancia para Europa», apunta Guntram Wolff, director de Bruegel. «Todas las negociaciones internacionales serán prácticamente imposibles, porque el presidente de EEUU necesita al Senado» y ello obliga a Europa a tener que depender esencialmente de sí misma, explica. Ante este contexto, la UE debe desarrollar su autonomía estratégica, en una época en la que Washington se centra en su rivalidad con China y en el ámbito regional Bruselas tiene las amenazas de Turquía y Rusia.