Aspace debe atender al 80 por ciento de sus usuarios a domicilio debido a la situación sanitaria. De 40 personas atendidas a la semana ahora solo pueden llegar a 20, "en el centro solo trabajan dos profesionales y los otros dos están a domicilio", alerta su gerente, Laura de Diego. Piden ayuda a las administraciones para poder contratar más personal ante la imposibilidad de hacerlo en sus instalaciones, "es una locura el cambio de horarios, necesitamos más que nunca financiación para ese personal".

Los trabajadores son los que más lo sufren. Mario Calonge ya no puede atender a los usuarios de Aspace con la misma rapidez que antes, "entre las medidas y demás los tiempos aumentan de 45 minutos a una hora". El tener que adecuar las instalaciones y el hecho de que en la sede no se pueda trabajar con normalidad hace que este fisioterapeuta llegue a menos personas, "debemos además esperar a los padres e higienizar las salas", y añade, "eso aumenta mucho más si tenemos que ir a domicilio".

Su compañera y educadora, Idoia Maqueda, realiza una de esas visitas a domicilio, "las familias se sienten más seguras y nos adaptamos a esos lugares". Las familias agradecen este servicio conscientes de la situación sanitaria y de la necesidad de no dejar los tratamientos, "cuando ibas al centro lo dejabas allí y tú podías hacer alguna cosa", asegura Gema Diez, la madre de uno de esos usuarios, "la solución de que vengan a casa al menos soluciona el problema".

Aspace se adapta a la situación con solo dos trabajadores en el centro a la espera de soluciones para aumentar su plantilla.