Siete expedientes por nitratos en el agua de consumo

Beatriz Jiménez
-

La Junta de Castilla y León investiga las captaciones de Viana de Duero, Tajahuerce, Hinojosa del Campo, Fuentecantos, Gómara, Almazán y Tejado

El agua de Hinojosa del Campo contaminada por nitratos

El Servicio Territorial de Sanidad de la Junta de Castilla y León mantiene siete incidencias abiertas por alta concentración de nitratos en el agua de otras tantas localidades de la provincia. Algunas, como las de Gómara, Almazán o Tejado, se mantienen desde el año pasado mientras que los problemas más recientes son los  aparecidos en las captaciones de Viana de Duero, Tajahuerce e Hinojosa del Campo, los tres en mayo. Fuentecantos sufre restricciones desde abril.

La jefa del Servicio, Elena del Vado, asegura que «la población no está consumiendo agua con nitratos» y explica que en cuanto un análisis refleja una concentración que excede los límites establecidos [50 miligramos por litro de agua], «el Ayuntamiento correpondiente tiene obligación de avisar y de comunicar a la población la prohibición de beber agua del grifo mediante un bando». 

Es lo que ocurrió, por ejemplo, en Fuentecantos a principios del mes de abril, cuando los análisis de control de calidad señalaron una presencia de 78,7 miligramos de nitratos por litro de agua. Como el municipio solo tiene una captación, desde entonces está recibiendo agua de la Diputación. Según los datos de la institución provincial, ya se les ha repartido 10.000 litros. «Ahora tenemos un camión cisterna de Diputación, es algo tercermundista», refiere el alcalde, Juan Carlos García. 

La Junta de Castilla y León ha encargado un estudio hidrográfico de la localidad para buscar posibles soluciones o la existencia de otras captaciones, «pero no estudian la causa», denuncia García, que apunta que le gustaría reunirse con los alcaldes de otros municipios con el mismo problema «para ver si realmente hay causas comunes, aunque cada uno busque su solución». El alcalde de Fuentecantos cree que una posible causa es «la agricultura poco controlada; el problema es que en los pueblos pequeños no hay ningún control sobre los purines o los nitratos», debido a la falta de medios, de formación y de información. 

purines. Juan Luis Hernández, presindete de ASDEN-Ecologistas en Acción también apunta a la agricultura intensiva y al uso de purines al referirse a «la clara contaminación por nitratos del agua de boca» en la provincia. «En muchas zonas que llevan décadas siendo cultivadas intensamente hay una contamincación difusa permanente y eso se acrecienta en años secos», explica, poniendo como ejemplo la comarca de Hinojosa del Campo y Tajahuerce. En ambos municipios aparecieron altas concentraciones de nitratos el pasado mayo: de 84,9 miligramos por litro en Tajahuerce y de 69,9 en Hinojosa del Campo. Su alcalde, Raúl Lozano, explica que la población continúa gastando garrafas de agua para beber y cocinar. «Pasaremos así el verano y en septiembre miraremos una posible solución», relata. Una solución que pasará por la compra de un desnitrificador o la búsqueda de otra posible captación. 

Elena del Vado explica que estas son las dos soluciones que suelen adoptar los municipios que se encuentran con este problema. «Si tienen otro pozo, se puede mezclar el agua de los dos y mejoran los niveles de nitratos», cuenta. Si no, han de buscar abastecerse de otra manera o adquirir un desnitrificador, «pero para muchos pueblos es una inversión inasumible». En el caso de Hinojosa del Campo, su alcalde habla de un desembolso de entre 10.000 y 12.000 euros.

responsabilidad municipal. Los municipios son los responsables de asegurar que el agua suministrada a la población es apta para el consumo humano. La mayoría, 326, tienen delegada esta función de control en la Diputación Provincial, que presta el servicio a través de una empresa externa. Los datos de los controles periódicos se vuelcan en el Sistema de Información Nacional de Agua de Consumo y en cuanto hay alguna incidencia se debe comunicar al Servicio Territorial de Sanidad. 

Este, según explica Elena del Vado, realiza entonces otro control para verificar los datos y comprobar si realmente los niveles de nitratos (o el contaminante de que se trate en cada caso) son más altos de lo aconsejable, y «buscar una medida correctora». La Junta realiza también campañas de información, control y vigilancia. Los inspectores dependientes del Servicio Territorial en el ámbito de la Vigilancia Sanitaria realizaron 1.135 determinaciones  de cloro en abastecimientos de agua y 196 análisis de redes de abastecimiento en el año 2018.

Las incidencias más habituales son las relacionadas con los nitratos, y también las más difíciles de solucionar. «Cuando hay niveles erróneos de cloro o de alguna bacteria son fáciles de solucionar», cuenta del Vado, y se hace rápidamente ajustando los valores. De las 326 localides que tienen delegado el control de la calidad del agua en la Diputación, lo tienen también del manteniemiento de los equipos de cloración.