Soria, clasificación energética baja

Ana Pilar Latorre
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Tres de cuatro viviendas tienen los niveles más bajos en el registro de eficiencia energética

Soria, clasificación energética baja - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

Tres de cada cuatro viviendas de Soria cuenta con clasificación de eficiencia energética baja o muy baja (E, F y G), según los datos facilitados por la Junta de Castilla y León y correspondientes al registro que funciona desde el año 2013. También desde ese año la etiqueta energética que califica la eficiencia de los edificios es obligatoria para vender o alquilar una vivienda. Desde que entró en vigor la certificación energética de los edificios, el grueso de las calificaciones se sitúa entre las letras D y G, que corresponden en Soria a un 13% y un 11,20%. 

La clasificación oscila entre la A, máxima categoría que define a los edificios más eficientes, y la G, en la que se encuentran los edificios menos eficientes, construidos antes de la aprobación del Código Técnico de la Edificación en 2006. Una vivienda calificada con la G significa que es poco eficiente, con un gasto medio anual en calefacción, agua caliente y aire acondicionado muy superior a la media del consumo nacional, porque carece de aislamiento, tiene una mala construcción y, además, no utiliza sistemas de calefacción eficientes. Por el contrario, la calificación A requiere un buen diseño y orientación, instalaciones de alto rendimiento, un correcto aislamiento de la fachada y cubierta y el uso de energías renovables activa y pasivamente. En consumo, las diferencias entre los dos extremos de la clasificación son elevadas, mientras que las de máxima calificación energética A consume un 55% menos que la media y un 90% menos que una vivienda de clasificación G; una vivienda con B consume un 70% menos y una C un 35% menos que la vivienda con mínima eficiencia energética.

Eso se traduce también en una diferencia en gasto por consumo energético (calefacción y agua caliente). Una vivienda G puede gastar 1.535 euros al año y una B 282 euros al año, con una diferencia de más de mil euros. De esta manera, las viviendas nuevas tienen una mejor certificación, ya que están diseñadas para no necesitar energía para su funcionamiento o utilizar solo energía renovable. Además, disponen de un mayor aislamiento térmico mejorando la envolvente del edificio al duplicar el aislamiento de la fachada. Controlan la pérdida de calor a través de sistemas de ventilación de doble flujo y con la instalación de sistemas de acristalamiento bajo emisivo que mejoran también el aislamiento acústico. Y para reducir el consumo de energía utilizan calderas de condensación y energías renovables.

Para mejorar la eficiencia, se puede apostar en edificios ya construidos por incorporar sistemas de aislamiento en la fachada y cubierta del edificio o mediante el cambio de las ventanas, sustituyendo las de vidrio simple por otras de doble o triple capa y rotura de puente térmico que impiden las pérdidas de calor y mantienen la vivienda aislada del frío. 

estadísticas. Según las estadísticas facilitadas por la Junta de Castilla y Léon y actualizadas en septiembre de 2020, se han inscrito en el registro de eficiencia energética 4.975 inmuebles, de los que 4.565 son viviendas y 370 edificios de uso terciario. En cuanto a las viviendas, en base a la clasificación ya citada, solo el 5,10% tiene la máxima clasificación A (porcentaje superior al 1,2% de media regional), le siguen un 1,80% (84 edificios) de B, un 5,90% (268 inmuebles) de C y un 13% (595 viviendas) de D. Pero hay 3.383 viviendas en la provincia con los peores íncides de eficiencia energética en cuanto al consumo, ya que un 54,30% (el porcentaje más alto de la clasificación) se corresponden con el nivel E, un 8,60% con la F y un 11,20% con la G. Esta media en Castilla y León del grupo de viviendas con menor eficiencia es de un 82,1%, también superior al porcentaje de Soria.

Y en cuanto a las viviendas nuevas y a las existentes, en las estadísticas se reflejan las diferencias. En este apartado, un 29,5%, un 28,4% y un 26,1% tienen eficiencia energética A, B y C, de un total de 88 viviendas que cuentan con este certificado. Tendrían clasificación D y E un 15,9%, mientras que no hay ninguna con las peores clasificaciones de eficiencia. En cuanto a las viviendas existentes con certificado, que son un total de 4.477, el mayor porcentaje corresponde a clasificación E, seguido de la D (13%), la G (11,4%) y la F (8,7%), mientras que las máximas eficiencias tendrían porcentajes más bajos, como un 5,4% de la C, un 4,6% de la A y un 1,3% de la B.

En uso terciario tienen ya certificado 370 inmuebles, de los que el 24,9% por ciento tienen calificación media, la D. Pero la mitad tienen las clasificaciones más bajas, la E, F y G. Sin embargo, solo un 26,70% corresponde a los niveles más altos de eficiencia energética, que son A, B y C. En este apartado, los tres inmuebles nuevos tienen calificación A y C. De los 367 existentes, la mayoría son de calificación intermedia-baja.

El otoño y el invierno en Soria son duros y la provincia siempre marca mínimas, como podremos comprobar este mismo fin de semana con un descenso de temperaturas. Según el informe ‘Escala de calificación energética’ del Ministerio de Vivienda, Soria es de las provincias que más demanda energía, junto a Burgos, León, Zamora, Salamanca y Palencia. Concretamente 232,6 kilowatios hora por metro cuadrado en unifamiliares y 187,1 en pisos para calefacción.