Patrimonio ¿blindado? frente al fuego

Ana I. Pérez Marina
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El plan director de la concatedral de San Pedro contempla las medidas contra incendios, mientras la catedral burgense cuenta con protección en aquellas áreas más susceptibles

Patrimonio ¿blindado? frente al fuego - Foto: Eugenio Gutiérrez MartÁ­nez

El abrumador incendio de Notre Dame en París del pasado 15 de abril hizo saltar todas las alarmas sobre lo seguro o no que está el patrimonio ante catástrofes de este tipo. Las negligencias o fallos en las instalaciones eléctricas suelen estar detrás de las causas en estos sucesos y, al mismo tiempo, ponen en evidencia las carencias de los planes o medidas de prevención en los bienes inmuebles y muebles de  valor patrimonial, según recoge el Manuel de Protección contra Incendios en Museos, Archivos y Bibliotecas editado por el grupo español de Ciudades Patrimonio de la Humanidad con el apoyo del Ministerio de Cultura. ¿Y están protegidos los inmuebles sorianos contra acontecimientos de esta magnitud? Pues, poco a poco, se van surtiendo de medidas antiincendios que, evidentemente, no son infalibles ante un siniestro de grandes dimensiones. 

Tal y como informa el delegado de Patrimonio de la Diócesis de Osma-Soria, Rubén Tejedor, en la concatedral de San Pedro se siguen las normas que recoge el plan director redactado por el arquitecto Francisco Javier Blanco en 1999. En concreto, en el Museo Diocesano-Catedralicio, que se ubica en el antiguo refectorio del convento de los agustinos, existe un sistema antiincendios compuesto por cuatro sprinkler (aspersores de agua automáticos), cuatro detectores de humos y en la entrada de la torre está instalado un extintor portátil.

Por su parte, las mismas fuentes explican que en la catedral de El Burgo de Osma el plan director, redactado por el arquitecto José Francisco Bonilla en 1991, «carece de medidas de seguridad y protección contra incendios», aunque las obras que se han acometido, tanto en el cuarto de calderas como en instalaciones, sí han contemplado en sus proyectos de ejecución la inclusión (en techos, paredes y puertas) de materiales resistentes al fuego y conformes al Código Técnico de Edificación (CTE).

«Lo que se ha estado haciendo en las últimas obras que afecten a elementos susceptibles de propagar incendios es aislar la zona, creando un sector de incendio dotado de las medidas necesarias para evitar que si se produce se propague a otros elementos», significa Rubén Tejedor. Así el cuarto de calderas está separado del resto de la catedral con elementos resistentes a las llamas durante un periodo de 120 minutos, mediante corrimientos de ladrillo, techo que protege la estructura de madera y una puerta en el acceso a la girola.

Asimismo, el archivo catedralicio está contenido entre forjados de hormigón y aislado del resto de estructuras de madera. «En este caso, dada su disposición, sería susceptible de ser dotado de un sistema de extinción por gases», puntualiza.

parroquias y ermitas. Además, indica Rubén Tejedor, «con especial incidencia en los últimos años» se está inviertiendo para sustituir y actualizar el sistema eléctrico de «todos los templos» de la Diócesis de Osma-Soria. Para ello, cada año el Obispado habilita una línea de ayudas económicas para que, sobre todo, las parroquias de menor tamaño puedan acometer estas intervenciones.

En los próximos días, a instancias del Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León, tendrá lugar una reunión con los responsables diocesanos para abordar este asunto de protección de los bienes.  Y es que, tras lo acaecido en Notre Dame, la Administración autonómica advirtió que revisará los protocolos de gestión establecidos en todas las catedrales y grandes monumentos de la Comunidad para evitar este tipo de incidentes, además de que se urgirá a los titulares de estos bienes a que se disponga «cuanto antes» de planes de emergencia para hacer frente a cualquier tipo de incidencia, declaró el director general de Patrimonio Cultural, Enrique Saiz.

tapices flamencos. El jefe de Cultura de la Junta en Soria, Carlos de la Casa, recuerda que se está ultimando un proyecto «concreto» en la iglesia de San Millán en Oncala, «dada la importancia» de la colección de los tapices flamencos. «Estará terminado en un mes o dos», precisa. 

En cuanto a las obras de reparación que se están desarrollando en el monasterio cisterciense de Santa María de Huerta, tras los notables daños causados por una fuerte tormenta en septiembre, también contempla un proyecto contra las inundaciones, incendios y atentados.

Respecto a otros edificios culturales de concurrencia pública que gestiona la Junta, De la Casa señala que no existe «un documento como tal» de protección ante incendios, pero sí una «serie de medidas» para la protección de personas y bienes de interés cultural en el Museo Numantino, en la Biblioteca Pública y en el Archivo Histórico Provincial. «En la biblioteca se hacen simulacros de evacuación cada cierto tiempo», matiza.

Los centros dependientes del Museo Numantino (San Juan de Duero, los museos de Tiermes o Ambrona, la ermita de San Baudelio y el yacimiento de Numancia) disponen de extintores y de alarmas contraiincendios. «Tenemos convenios con aseguradoras y se hacen revisiones, al igual que los edificios administrativos», indica.

También se organizan cursos desde la unidad de emergencias de la  Dirección General de Patrimonio, con  policía, bomberos, representantes diocesanos y de la Junta. El pasado año se desarrolló en Soria con prácticas en la iglesia del Carmen.