Arraigo: Nuevos vecinos en el pueblo

Redación
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Tres testimonios de familias que han apostado por asentarse en Soria. Vienen buscando calidad de vida y un entorno para desarrollar su familia

Nuevos vecinos en el pueblo - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez. Eugenio Gutiérrez

Dos nuevas familias han llegado a la provincia a lo largo de la semana. En concreto, una familia monoparental con dos niños se ha asentado en Abejar y una pareja joven acaba de llegar a Almazán. Otra familia con siete miembros (cuatro de ellos menores) lo hará este sábado a Valdeavellano de Tera. Estaba previsto también que esta semana llegara otra familia (una pareja de biólogos) a Gallinero, pero finalmente lo harán el próximo 1 de  agosto.  En total, son doce vecinos más para el medio rural soriano y dos en camino, a los que hay que sumar otra familia (una pareja de madrileños con su bebé) que han visitado esta semana Peroniel del Campo, con vistas a asentarse próximamente. Es el balance del proyecto Arraigo en una semana. El Día de Soria ha seguido los movimientos de esta iniciativa para  conocer, con experiencias reales, la viabilidad de esta iniciativa que pretende repoblar la provincia. Suman más de 30 familias y hay una base de datos de 500.

De ecuador a Barcelona y de ahí a... Almazán: «Queremos construir una familia y esto es lo que buscábamos»

Damián (35 años) y Viviana (30) llegaron a Almazán el miércoles con la maleta cargada de sueños y el objetivo de «empezar una nueva vida» y «construir una familia» en Soria. Vienen «del otro lado del mundo», de Ecuador, de donde partieron en diciembre de 2017. Su primera parada fue Barcelona, donde han vivido los últimos meses. «Llegamos con ganas de comernos el mundo, queríamos estudiar, trabajar, sacar los papeles... Pronto conseguimos los dos trabajo pero Barcelona, aunque es muy bonita, no era la idea que nosotros teníamos. Es una ciudad muy caótica, con mucha gente... Nosotros somos de pueblo y nos gusta la tranquilidad», explica Damián sobre el inicio de su camino a Soria.   Buzeando en internet, dieron con un vídeo de Arraigo que les atrapó. Buscaron información y llegaron hasta la página del proyecto, donde completaron el cuestionario casi de forma institiva. Apenas llevaban dos meses en España. 
«A los 20 días me respondieron por mail» y «a los tres meses, recibí una llamada», recuerda Damián. «Les expliqué que seguíamos interesados, pero que queríamos venir con trabajo, porque el dinero se va rápido», justifica. A partir de ahí, todo fue muy rápido. «La semana pasada» recibió la llamada de Enrique [el director de Arraigo] y esta están aquí ya. Él trabajará en una cárnica y ella en hostería. Arrancan aquí su «nuevo reto», pero lo hacen «juntos» y, por ahora, «encantados» con el pueblo y la gente. «Esto parece un sueño del que todavía no hemos despertado», reconoce. El reto ahora: «Somos una pareja joven y queremos construir una familia. Esto es lo que buscábamos».

Nuevos vecinos en el puebloNuevos vecinos en el pueblo

De Canarias a Teruel y de ahí a... Abejar: «Creo que aquí todo compensa y vamos a tener otra calidad de vida"

Jessica (43 años) y sus dos niños llegaron la noche del martes a Abejar tras un largo viaje en busca de «otra calidad de vida». 
Natural de Argentina, Jésica lleva ya muchos años (19)asentada en España. Vivió en Canarias, donde nacieron sus pequeños, y ha pasado un tiempo en un pueblo de Teruel. Decidió mudarse y contactó con Arraigo por internet. A partir de ahí, todo fue muy rápido, asegura, al tiempo que agradece «la calidez humana» recibida. «Hay una toma de conciencia muy importante que tiene que ver con que esto se hace si funciona. Si no, no vamos a perder el tiempo», destaca sobre el proceso. 
«La idea de ir a un pueblo en la península siempre estuvo ahí, más que nada por pensar en los niños», reconoce. Porque, a su juicio, un entorno rural ofrece un tipo de «educación», «formación» y «crianza» más acorde a sus valores. Además, implica cierta «autonomía para los nenes» que es inviable en una ciudad. Con los ingredientes sobre la mesa, ella se prepara para «dar un futuro» a sus hijos en esta nueva tierra y «tener una vida en armonía y tranquila». También, «colaborar con el pueblo en lo que sea». De hecho, trabajará en el ayuntamiento en labores administrativas. 

De Madrid a Peroniel: «Queremos un cambio de vida y que nuestro bebé se críe en un ambiente más tranquilo»

Nuevos vecinos en el puebloNuevos vecinos en el pueblo

A sus 39 y 38 años, Sonia y Miguel buscaban «un cambio de vida radical» y una nueva vida «en plena naturaleza» donde criar a su bebé. Así que decidieron hacer las maletas y cambiar la gran urbe, Madrid, donde viven más de tres millones de personas, por un pequeño pueblo soriano. El destino, o mejor dicho, el proyecto Arraigo, les ha llevado esta semana hasta Peroniel del Campo, donde hay empadronadas 28 personas y en invierno hay cuatro casas abiertas. 
«Es realmente lo que buscábamos. Un pueblo de verdad, con pocos habitantes, y una casa baja. Este encaja con lo que teníamos en mente», reconoce Sonia tras visitar la casa que Gustavo yRaquel ofrecen en Peroniel. «Nosotros teníamos esta vivienda como casa rural pero la verdad que esta no es una zona muy turística y funcionaba a medias. Vimos el proyecto Arraigo en televisión y pensamos en probar. Nosotros vivimos aquí todo el año y, entonces, también nos gustaría que se viniera gente a vivir al pueblo. Además, no queríamos que la casa se quedara desocupada», explica Raquel para justificar por qué han decidido sumar su propiedad a este proyecto que trata de combatir la despoblación soriana. 
por qué soria. Los atascos, el estrés, la polución, y «las horas» buscando aparcamiento a diario han ‘agotado’ a esta familia madrileña (especialmente a Miguel), que quería una vida diferente para su pequeño. «Hemos estado trabajando los dos muchos años en la misma empresa. Yo, tras 16 años como directora en un call center, me dí de baja hace unos meses. Él, hace poco, también se dio de baja, y decidimos hacer un cambio de vida radical, empezar de cero. Tenemos un bebé y pensamos que la mejor idea era venirnos a vivir a un pueblo. A mí Madrid me sigue encantando pero, teniendo un bebé, queremos que se críe más en un ambiente más tranquilo, rodeado de naturaleza... y, cuando sea mayor, que él decida. Es un cambio de vida total, de 180 grados», resume Sonia. 
En su familia no es nueva esta experiencia. Los tíos de Sonia hicieron algo similar hace ya años a través de un proyecto para repoblar Teruel. «Les preguntamos si en Teruel seguían haciendo lo mismo y nos dijeron que ya no. Miramos en internet y vimos el proyecto Arraigo. Rellenamos el formulario y desde el minuto uno se portaron genial con nosotros», agradece Sonia. Peroniel es su tercera visita. Han conocido ya ofertas en Almazán (de trabajo y casa) y Navaleno, pero esas no encajaban en sus planes. Queda tomar la decisión final, pero son optimistas. «La casa es preciosa y súper acogedora» y el pueblo está dentro de lo que buscan para ver crecer a su pequeño: «Nuestra idea es intentar venirnos lo antes posible y, una vez aquí, empezar a buscar trabajo». Saben que es probable que sea en la ciudad, pero «apenas son 20 minutos de coche», les informa Raquel. Ella lo usa a diario para llevar a sus hijos (de 15 y 11 años) a clase e ir ella a trabajar. 
Son conscientes de que la tranquilidad y la soledad, sobre todo del invierno, se pueden hacer duras, pero lo tienen claro: «Él lo llevará mejor que yo, pero  estoy segura de que, con el tiempo, me adapto. Hemos decidido empezar de cero», insiste convencida.Además, es probable que pronto sumen apoyos:«Un amigo se quiere venir aquí con nosotros. Él también está muy cansado de Madrid y quiere cambiar». Soria le recibirá con los brazos abiertos.