Jóvenes peruanas toman las riendas

Sandra de Pablo
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Su llegada ha permitido mantener abierto el Convento de San José, donde cuidan de las religiosas más mayores, rezan y realizan otras muchas tareas

Jóvenes peruanas toman las riendas - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

Las Madres Carmelitas de El Burgo de Osma están de celebración esta semana con motivo de la fiesta de San José Obrero, que da nombre a su convento. La comunidad está compuesta por una veintena de religiosas, de 26 a 93 años. Como muestra de que las vocaciones escasean al país y de que se han abierto al mundo, las religiosas más mayores del convento son españolas y las más jóvenes llegaron desde Perú hace 14 años, siendo la convivencia entre ellas muy armoniosa.

Las monjas peruanas llegaron hace 14 años, cuando las españolas reclamaron ayuda para que el convento pudiera seguir abierto pese a la avanzada edad de sus moradoras. En un primer momento entraron siete jóvenes y después se sumaron varios grupos hasta llegar a las 13 peruanas que ahora componen el núcleo más activo del convento. Con la llegada de las jóvenes, las mayores dieron un paso atrás en la dirección y ahora son las naturales de Perú las que guían la comunidad. Las más mayores se han adaptado a la nueva situación sin ningún problema, acogiendo a las nuevas integrantes. 

María Concepción de San Juan de la Cruz es la más joven de las españolas, de las ‘antiguas’, como ellas dicen. Tiene 83 años y es natural de Matalebreras. Ingresó en el convento en el año 1956 y ha pasado 40 años sin salir de él y sin ni siquiera hablar por teléfono. Antes no tenían ninguna relación con el mundo exterior pero poco a poco la realidad se va imponiendo y salen al médico, a votar y a otro tipo de gestiones. Ella comenta que las hermanas peruanas son «muy buenas, muy piadosas, más cariñosas que nosotros y muy respetuosas con las mayores».

La más veterana del convento tiene 93 años. Emilia Velasco es natural de Burgos y llegó a El Burgo en 1951, cuando aún no se había construido el convento actual y las monjas fundadoras vivían en un piso junto al Convento del Carmen. Asegura que es mayor pero que su «corazoncito» está joven y disfruta viendo «la alegría» de las nuevas hermanas.

María Jesús de la Eucaristía tiene 36 años y lleva 14 años en El Burgo de Osma. Llegó desde Perú para evitar que se cerrara el convento. Al principio aquí notó diferencias, sobre todo en cuanto al  clima y la alimentación, pero pronto se adaptó. Es enfermera y cuida con cariño de las mayores. «Son como unas niñas que necesitan mucha ayuda, pero tienen mucho ánimo, alegría, entrega... Son muy agradecidas y eso nos da más fuerza para atenderlas», detalla.

Todos los días salen a la huerta de su convento. Allí, las jóvenes juegan y plantan cebollas, zanahorias o ajos y, además, cuidan de algunas gallinas. En los últimos tiempos las visitas se han reducido puesto que las nacionales son muy mayores y ya no tienen mucha familia cercana y las de Perú están muy lejos de sus seres queridos.