Sotillo del Rincón, una biblioteca con nombre propio

Ana Pilar Latorre
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Lleva el nombre de Emilia Latorre. La donación de libros, música y cine de la catedrática permitió crearla de la nada y ahora ofrece más de 4.000 títulos a los vecinos

Sotillo del Rincón, una biblioteca con nombre propio - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

Desde que la catedrática Emilia Latorre Macarrón y su marido el escocés Derek Kelso donaran su legado cultural, la biblioteca de Sotillo del Rincón que lleva su nombre como homenaje no ha parado de crecer y los libros, películas, música… ocupan ya una veintena de estanterías en el edificio del Ayuntamiento. Con motivo del Día Internacional de las Bibliotecas, nos acercamos a Sotillo para descubrir tan curiosa iniciativa y los detalles de su crecimiento. Allí nos recibe el alguacil, Antonio López Pascual, con quien accedemos al Ayuntamiento por el hall de la entrada. Allí ya hay numerosas estanterías con libros, revistas, enciclopedias, CDs, películas de vídeo, cintas de casete, vinilos, cómics… que no caben en la planta de arriba, donde se ubica la biblioteca como tal. 

El encargado explica que se inauguró hace un año, en las fiestas de septiembre, pero que ya se llevaba trabajando en ella por lo menos los dos años anteriores. «No ha parado de crecer en este tiempo y si ahora nos dan libros también nos donan las estanterías», bromea interesado en mostrarnos cada rincón. Además, se ha añadido mucho material que había en la escuela, que cerró hace unos años, con libros y documentos antiguos del propio Ayuntamiento, con donaciones de colectivos como las asociaciones culturales de Sotillo y La Aldehuela o del Ayuntamiento de Soria, entre otros muchos.

La idea partió de la propia Emilia y de su marido Derek, que vivieron en Sotillo y hoy tristemente desaparecidos, y ahora es su hermano Pedro el que continúa contribuyendo a ampliar los fondos. «Se propuso al Ayuntamiento y les pareció bien, porque no suponía mucha inversión y era una iniciativa para promover la cultura», apunta López Pascual mientras subimos a la primera planta y avanzamos junto a una sala adaptada, donde se guarda y se ofrece para el préstamo mucho material de la antigua escuela. Mapas, cuentos, libros de texto, enciclopedias ilustradas… conforman una nutrida sección infantil en la que seguro que en vacaciones muchos niños acudirán para descubrir el apasionante mundo de la lectura. Enfrente, otra sala que se quiere habilitar para más libros, detalla el alguacil.

miles de volúmenes. Entrando en la biblioteca, nos interesamos por el número de libros y otro material que se ha recopilado en estos últimos tres años. «Cerca de 4.000 volúmenes», comenta López Pascual, quien añade que la catalogación llegará en un tiempo, porque ya se ha interesado en ello para poder tener todas las obras localizadas y ya se cuenta con un ordenador con base de datos y programa específico de biblioteca.

Lo que hay en Sotillo es más que una biblioteca, ya que podría considerarse un museo, que refleja la historia de esta zona de El Valle y, especialmente, de la localidad. No solo se puede ir a leer o tomar prestado un libro, sino también a interesarse por la historia. Allí se encuentran las antiguas cartas que le otorgaban privilegios, de Felipe II y Juan II, con sus sellos incluidos. Ya han sido consultadas por muchos vecinos y algún que otro experto.

También hay un rincón que homenajea a Emilia, con una imagen suya de joven en blanco y legro en un cuadro que estaba en su casa de Sotillo, que es la que también ilustra el marcapáginas que promociona la biblioteca, y un póster en el que le escriben dedicatorias Mercedes Molina, Manuel Ramiro y su sobrina Olga Latorre Cristóbal. Al lado, las muchas y valiosas obras que donaron para promover la cultura entre sus vecinos. Incluso está allí la tesis sobre biología y los animales de la que fuera vicerrectora del campus universitario de Soria.

Destaca una sección dedicada a Cervantes y El Quijote, incluso con ilustraciones de Gustave Doré. Merece la pena parar en este apartado y contemplar las muchas ediciones que se conservan aquí de esta gran obra de laliteratura universal. El alguacil muestra las curiosidades de muchos de estos libros. El universo Antonio Machado, así como las obras de temática de El Valle y soriana, cobran un protagonismo especial. Llama la atención la parte dedicada a la antigua escuela, donde se ha colocado un antiguo pupitre, junto a murales donde los niños aprendían antes anatomía y matemáticas. En el armario hay libros antiguos de urbanidad, boletines oficiales del ayuntamiento, cánticos del mes de mayo, libro de maleficios y cartillas que se recuperaron del colegio, como guías de ortografía. Nos muestra uno que completó una alumna: «Estoy esperando a verla para enseñárselo». Entre libros clásicos y más actuales, encontramos cómics de Forges, libros en francés, revistas culturales, ejemplares sobre salud y dietética...

curiosidades. El alguacil ha recopilado los marcapáginas que han ido apareciendo en los libros donados y también de ahí ha surgido una bonita colección que puede contemplarse. Él es un gran lector, sobre todo de teatro, una de sus grandes aficiones que planea recuperar. 

La biblioteca, muy ordenada y limpia, invita a curiosear y tomar prestados unos cuantos ejemplares. Está abierta a donaciones y también a visitas de los más nostálgicos y de los que allí pueden encontrar, por ejemplo, ese libro que salió hace dos años y que ahora tienen tiempo de leer. Es un lugar, sin duda, de paso obligado. Antonio López Pascual les atenderá gustosamente y les explicará el proceso de creación de esta gran biblioteca creada de cero en un pueblo como Sotillo.

Allí también se descubrirá la labor y el legado cultural de Emilia Latorre Macarrón, que vivió muchos años en la localidad junto a su marido, como un pequeño homenaje. En la inauguración de hace un año, coincidiendo con las fiestas, quedó patente la relevancia de este vínculo. Ana Latorre Cristóbal, sobrina de Emilia, leyó un texto escrito por su hermana Olga y dedicado a su tía, destacando «su sabiduría, grandeza y fuerza».