Un jardín botánico en Valonsadero

Ana I. Pérez Marina
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El arboreto cuenta con 3.500 ejemplares de 1.600 especies procedentes de todo el mundo

Un jardín botánico en Valonsadero - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez.

Ocupa nada menos que 20 hectáreas, se localiza en el monte más popular de la provincia y cuenta con 3.500 árboles de 1.600 especies procedentes de todo el mundo. Sin embargo, el arboreto de Valonsadero es un gran desconocido para la ciudadanía y casi excepcionalmente se menciona en el mes de marzo, coincidiendo con el Día del Árbol. Las primeras plantas se sembraron hace doce años, por lo que algunos ejemplares presentan ya portes de enjundia. En los planes del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta, gestor de este entorno, y del Ayuntamiento de Soria, propietario, está abrirlo al público, para que los ciudadanos puedan disfrutar de este particular jardín botánico. «Queremos abrirlo en el plazo de dos o tres años», señala el jefe del servicio, José Antonio Lucas.

El responsable técnico del arboreto es José María Barrio, jefe de la Unidad del Área de Gestión Forestal. Acompaña a El Día de Soria en un recorrido en el que muestra puntos singulares de esta extensa finca en la que crecen especies que han resistido en un clima hostil como el soriano, caracterizado por las heladas, altas temperaturas en verano y también por los períodos de sequía. 

Eucaliptos de Oceanía, araucarias chilenas, secuoyas, majuelos, cerca de 200 especies de robles -«la colección más importante»-, abetos, abedules, pinos, rosas... la variedad es amplísima. «Intentamos tener representación de todas las especies que entendemos pueden vivir en este climatan complicado. Este año, por ejemplo, ha sido anómalo y va todo retrasado, aunque no hay un año normal. Esto también es parte del juego, tenemos que testar el comportamiento de muchas especies, ver cómo se adaptan a un clima como el nuestro», advierte Barrio.

Los arboretos tienen un objetivo de conservación ex situ y, en este caso, se quiere incorporar la divulgación con la apertura al público en el futuro. «Necesitamos una inversión añadida para las visitas: cartelería, paneles de interpretación, etiquetado de las plantas, bancos, pérgolas, pasarelas... que sea agradable para el paseo».

Para producir especies exóticas en una tierra como la soriana se recurre a la importación y se compran tanto semillas (que se cultivan en el invernadero) como plantas en todo el mundo. El arboreto también está probando con un jardín seco con cactus, yucas, opuntias, agaves, una palmera china que «aguanta bien el frío»... y, recientemente, se ha cultivado una parcela para explicar la genealogía de las rosas, que van desde las silvestres a las más sofisticadas.

«Esto es para gente paciente, los que tengan prisa no pueden trabajar aquí. Tenemos toda la vida por delante» para que el arboreto esté en su esplendor «en 80, 100 años...», finaliza.