Pedro Sánchez, investido presidente del Gobierno

Agencias
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El candidato socialista obtiene la aprobación del Congreso con 167 votos a favor, frente a 165 'noes' y 18 abstenciones, el margen más estrecho del sistema democrático surgido de la transición

Pedro Sánchez, investido presidente del Gobierno - Foto: Juan Carlos Hidalgo

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha sido elegido este martes presidente del Gobierno con la mayoría simple del Congreso, con solo dos votos más a favor que en contra, y se prepara ahora para formar el primer gobierno de coalición de la democracia.

Pese a los nervios de última hora, no ha habido sorpresas y la investidura de Sánchez ha salido adelante en esta segunda votación en la que el candidato socialista ha sumado 167 síes -PSOE, Unidas Podemos, PNV, Más País, Compromís, NC, Teruel Existe y BNG- frente a 165 votos en contra -PP, Vox, Cs, JxCat, UPN, CUP, PRC, Foro y CC- y las 18 abstenciones de ERC y EH Bildu.

La bancada socialista y la de Podemos se ponían en pie para aplaudir al nuevo presidente en cuanto la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, leía este resultado ajustado que hace a Sánchez presidente por la vía ordinaria, ya que su llegada a La Moncloa, año y medio atrás, fue con una moción de censura.

Con gritos de "presidente, presidente" de los socialistas y de "sí se puede" de la bancada de Unidas Podemos, los diputados de los dos partidos que van a conformar la coalición expresaban su alegría.

Esta misma tarde, Batet acude al Palacio de la Zarzuela a informar al Rey de la investidura de Sánchez, que previsiblemente prometerá mañana su cargo.

Como ha dicho esta mañana la vicepresidenta del Ejecutivo, Carmen Calvo, se espera que a partir de entonces todo vaya muy rápido porque Sánchez ya tiene elegidos a los miembros de su Ejecutivo y la estructura de éste.

 

Promesa de evitar un nuevo bloqueo político

En su última intervención en el debate de investidura y antes de ser elegido, Sánchez lamentaba el bloqueo político que ha vivido el país durante meses y prometía promover cambios legales que impidan que vuelva a repetirse una situación como ésta.

Por eso ha apostado por encontrar "fórmulas para facilitar en el futuro la formación de mayorías de Gobierno frente a las mayorías de bloqueo".

"Sin parlamento no puede haber un gobierno democrático pero sin gobierno electo tampoco un parlamento" que funcione, y sin ambas cosas "el sistema se resiente", ha añadido Sánchez, quien también ha lanzado duros reproches a la derecha por su comportamiento de estos días.

Así, ha acusado a los partidos de la derecha de "haber tensionado" en los últimos días "para ver si por algún lado aparecía una nueva oportunidad" que impidiera su investidura. "Pues no ha funcionado", ha concluido.

Y les ha advertido de que tienen dos opciones, o "seguir en el berrinche o aceptar el resultado" electoral. "Les recomiendo que acepten lo segundo", les ha dicho.

"Esta Cámara no es suya", ha dicho Sánchez a los partidos de la oposición al final de este debate de tres días que ha tenido durísimos momentos de tensión, especialmente el domingo cuando PP, Vox y Ciudadanos arremetieron contra Bildu por sus críticas al rey.

Su socio de coalición y futuro vicepresidente, Pablo Iglesias, mandaba un consejo a Sánchez, que frente a los "intolerantes" y los "provocadores", los que quieren "llevar a España al pasado", el presidente tenga "el mejor tono y la mayor firmeza democrática".

Además, frente a los ataques de PP y Vox, Iglesias ha acusado a los líderes de estos partidos, Pablo Casado y Santiago Abascal, de convertirse en "la mayor amenaza contra la monarquía en España".

"Si algo sabía Juan Carlos I, que venía de donde venía y que fue rey por lo que fue rey, es que solamente alejándose de la derecha la institución podría pervivir", ha dicho Iglesias.

 

Menos crispación

No ha habido en esta última sesión tanta tensión como en las dos anteriores, y sí momentos muy emotivos como cuando la diputada de En Comú Podem Aina Vidal, que faltó los dos primeros días del debate por el cáncer que padece, ha recibido el aplauso de la mayoría de la Cámara tras escuchar el agradecimiento de Pablo Iglesias por acudir a votar.

Y aunque no ha imperado la crispación como el sábado y el domingo, se han mantenido los mismos reproches entre los partidarios y los detractores de la investidura.

Así, el líder del PP, Pablo Casado, ha acusado a Sánchez de "cambiar el régimen" de la Constitución de 1978 con tal de mantenerse en el poder y de haber dejado el futuro de España en manos de sus dos "grandes enemigos: los golpistas y los independentistas".

"Su única patria es usted", ha espetado Casado a Sánchez, al que incluso ha llamado "ultra".

Desde Vox, Santiago Abascal ha insistido en que el Gobierno que va a presidir Sánchez es "ilegítimo" , mientras que la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, acusaba a Sánchez de comenzar a gobernar con "temeridad y mentira".

Pero las palabras más sorprendentes de la oposición no han llegado hoy desde la oposición, sino desde uno de los grupos que ha hecho posible la investidura, ERC.

"Me importa un comino la gobernabilidad de España", ha dicho la diputada de Esquerra Montserrat Bassa, hermana de la exconsejera de la Generalitat Dolors Bassa, una de las encarceladas por el "procés".

La parlamentaria ha vuelto a reclamar la libertad de todos los "presos políticos" y advertía de que ella votaría no, pero se abstiene, como el resto de ERC, para favorecer el diálogo.

Antes de comenzar la votación, la portavoz socialista, Adriana Lastra, ha criticado el "matonismo" de la oposición. Lastra había anunciado a primera hora de la mañana que el PSOE piensa acudir a los tribunales por las amenazas y coacciones a sus diputados socialistas para que no apoyaran la investidura.

Y tras la votación, se ha sabido que Coalición Canaria ha iniciado un procedimiento para decidir si abre expediente disciplinario a su diputada en el Congreso Ana Oramas, que ha votado en contra a pesar de haberla pedido que abandonara su escaño si no respetaba la orden de abstenerse.

La diputada, desde la tribuna, ha pedido disculpas a sus compañeros de formación política por la forma en la que conocieron su decisión de votar no.

 

El primer gobierno de coalición de la democracia

La investidura de Pedro Sánchez supone un hito en la historia política de España, puesto que el Gobierno que van a formar el PSOE y Unidas Podemos es el primero de coalición que ha habido en democracia en España, donde el último ejecutivo multipartidista fue el del Frente Popular en la II República.

El gobierno de izquierda nace casi dos meses después de que Sánchez y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, sellaran un pacto dos días después de las elecciones generales del 10 de noviembre.

Lo que es una práctica habitual en Europa, donde más de la mitad de los países de la UE cuentan con ejecutivos multicolores, ha sido hasta ahora una anomalía en España, aunque sí han sido comunes en las autonomías y en los ayuntamientos.

El gobierno inédito de izquierdas que va a encabezar Sánchez, con Iglesias como uno de sus vicepresidentes, tiene como precedente el que se constituyó en el último período de la II República.

El llamado Frente Popular, integrado por más de una docena de partidos de izquierdas, entre ellos el PSOE, el PCE y diversas formaciones republicanas, surgió de las elecciones celebradas en febrero de 1936 y estuvo al frente del gobierno hasta el fin de la Guerra Civil en abril de 1939.alistas.

No sería hasta 2016, con Mariano Rajoy en minoría, cuando volvió a ponerse sobre la mesa la opción de un gobierno multicolor ante el escenario de bloqueo político. Rajoy propuso al líder del PSOE, Pedro Sánchez, y a Ciudadanos, una gran coalición a la alemana para evitar nuevos comicios, pero, de nuevo, el intento fracasó.

El que va a ser primer gobierno de coalición teje sus raíces en el deseo que Pablo Iglesias ya trasladó en 2016 a Pedro Sánchez, aunque éste se inclinó inicialmente por pactar con Ciudadanos y, de nuevo, en julio del pasado año, tras las elecciones del 28 de abril.

"Es un honor caminar junto a vosotros. Sí se puede", ha afirmado Iglesias durante el debate de investidura para dar la bienvenida a la histórica coalición.