Como un jarro de agua fría ha sentado entre la población de Almazán y los defensores del tren en general la decisión de Renfe de suprimir la venta de billetes en la taquilla de la estación. Se trata de una medida que ha entrado en vigor el 1 de enero y que afecta 150 estaciones en todo el país, una quincena de ellas en Castilla y León. A partir de ahora, el que quiera sacar un billete de tren en Almazán deberá hacerlo por Internet, en las oficinas de Correos o a través de una máquina expendedora que por el momento no se ha instalado. Los más contrariados con la noticia eran los vecinos más mayores de Almazán. Reconocen que manejarse con las nuevas tecnologías les hará echarse para atrás a la hora de coger el tren. Parecido argumento esgrimen desde Asoaf, asociación que defiende la supervivencia del tren en la provincia de Soria. Alberto Peña, su vicepresidente, rechaza los criterios económicos utilizados por Renfe, pues "también existe una rentabilidad social que en Soria se debe tener en cuenta. Las personas mayores no tienen porqué conocer esas nuevas tecnología. Hay un factor de trato humano que no debería perderse", ha señalado.