Europa es de nuevo el epicentro de la pandemia de COVID-19 y, en España, la epidemia se ha vuelto a acelerar en algunos territorios. Castilla y León regresaba este lunes a cifras de contagio de principios de septiembre y todas las provincias (salvo Soria, Segovia y Zamora) tienen ya sus marcadores en riesgo medio, alto y muy alto, lo que ha llevado a las autoridades sanitarias a activar las alarmas y avisar de nuevas restricciones. 

En este escenario global, Soria contiene el contagio. La provincia mantiene el grueso de sus datos epidemiológico en situación de nueva normalidad o riesgo bajo, y desde que arrancó noviembre se aprecia una tendencia a la baja de la incidencia acumulada. En la última semana la provincia ha registrado apenas una veintena de casos y la tasa de incidencia acumulada de casos diagnosticados en 14 días (casos por cada 100.000 habitantes) se sitúa por debajo de 50.  El hospital sigue prácticamente vacío de COVID y al cierre de esta edición tan solo permanecían ya dos pacientes ingresados en planta y nadie en UCI con el virus. 

En las últimas dos semanas apenas diez municipios de Soria han registrado casos (Garray, Renieblas, Montejo de Tiermes, Berlanga, San Leonardo de Yagüe, Soria, Almazán, Medinaceli, Arcos de Jalón y San Esteban de Gormaz), de modo que el grueso del territorio provincial está libre de COVID. 

A la vista de los datos, desde el Servicio Territorial de Sanidad reconocen que la situación de la provincia en estos momentos es buena y estable, si bien reconocen que la experiencia pasada obliga a ser cautos. «Cuando ves que en todos los sitios empiezan a aumentar los casos, estamos en alerta. Porque la experiencia de otras olas nos dice que vamos en diferentes tiempos y, al final, cuando todos los de nuestra alrededor suben, es posible que acabe por llegar aquí», avisa la jefa del Servicio, Elena del Vado, quien no obstante advierte también de que el hecho de que los últimos aumentos de casos no hayan tenido una repercusión en el hospital, «tranquiliza».