Ibrahim Chakir conseguía en la pasada Maratón de Sevilla la mínima para el Mundial de Budapest tras una brillante prueba en la que paraba el crono en 2 horas 9 minutos y 16 segundos. «Fui bastante precavido, creo que tenía guardado algo más», afirma el atleta con rotundidad. Con esa frase deja claro el gran potencial con el que cuenta en esta distancia.

Hasta ese Mundial de Budapest de agosto quedan todavía muchos meses y una lista por parte de la selección española de la que espera formar parte. Mientras tanto se centra en seguir con sus entrenamientos a las órdenes de Enrique Pascual Oliva, un hombre que todo lo que toca lo convierte en oro. «Es espectacular, entrenar con él es algo fantástico y todo está saliendo bastante bien», cuenta el deportista.

Lo más llamativo de todo esto es que Chakir apenas lleva un año dedicándose a la maratón. Corredor de 3.000 metros obstáculos, dar este paso ha supuesto en apenas 365 días, un giro de 180 grados a su trayectoria deportiva.

Transición. Hubo un momento en la vida deportiva de Ibrahim Chakir en el que la frustración amenazaba su día a día. «Sientes que trabajas mucho y que mereces una marca que nunca llega», detalla. Se refiere a años de trabajo en los 3.000 obstáculos sin conseguir ese tiempo que le catapultara con los mejores a nivel nacional e internacional.

De forma paralela, detectaba en sus entrenamientos que tenía mucho potencial en sus piernas, que podía afrontar grandes distancia a buen rendimiento. Fue en ese momento cuando decidió buscar algo nuevo. «Soy bastante rodador a ritmo rápido», describe. «Hablando con Enrique vimos que era la mejor opción», añade.

Uno de sus miedos en esos primeros meses era saber su rendimiento. «Cuando ves cuántos kilómetros tienes que correr piensas que cómo lo vas a hacer a un ritmo alto, pero cuando van pasando las sesiones llega un momento en el que sale», cuenta con naturalidad. Así de simple ha sido una evolución que ha demostrado ya en dos carreras.

Competición. En su primer intento en la maratón y tras una preparación prácticamente perfecta, un virus condicionaba un debut que aplazaba al mes de abril de 2022. En Zaragoza se proclamaba subcampeón de España. «Aunque no pude llegar en mi mejor momento, conseguí una buena marca que me hizo afrontar con más esperanza la siguiente cita», reconoce ahora.

En Sevilla no arriesgó, y a pesar de ello la marca le daba la mínima internacional. «Ahora sé que todavía puedo mejorar y en la próxima voy a arriesgar», anuncia el atleta. En su mente, como no puede ser de otra forma, están los Juegos Olímpicos. «Ese es el sueño y puedo conseguirlo», asegura. 

Ibrahim Chakir ha entrado con fuerza en una de las disciplinas reinas del atletismo, y lo mejor de todo es que queda mucho para que toque techo.