"Fiesta y beber puede ser; pero beber y conducir, no"

A.I.P
-

La que ha sido jefa provincial de Tráfico en Soria se jubiló el pasado 26 de abril con 70 años. Repasa su etapa laboral en una provincia cuya seguridad en las carreteras está condicionada por factores como las carencias en infraestructuras

"Fiesta y beber puede ser; pero beber y conducir, no" - Foto: E.G.M

Desde 2005 hasta finales de abril de 2023, Francisca Delgado Martín ha estado al frente de la Jefatura Provincial de Tráfico de Soria. Diecisiete de sus 47 años de servicio los ha desempeñado en esta provincia. Y, por el momento, la vallisoletana continuará residiendo en la capital. «No sé si me siento soriana, he vivido en muchas ciudades, pero donde estoy más a gusto y más cómoda es en Soria», admite.

Ha sido jefa provincial de Tráfico en Soria durante 17 años. ¿Qué balance hace de este tiempo?

El objetivo principal de la Dirección General de Tráfico (DGT) es la reducción de la accidentalidad y la seguridad vial. Desde ese punto de vista, en  2005 el número de fallecidos en Soria fue de 31 y en 2022, 14. En ese sentido, ha habido una progresión a la baja. Hay una ligera satisfacción, digo ligera porque, obviamente, mientras haya un muerto no podemos sentirnos satisfechos. 

Las leyes de tráfico cambian cada poco tiempo, ¿cuál ha sido la ley de más difícil aplicación en este tiempo?

De difícil aplicación, ninguna. Puedo destacar acciones de no entender muy bien el porqué de una medida como es la reducción de la velocidad de 100 a 90 kilómetros por hora en las carreteras de doble sentido de circulación. Pero es que las consecuencias son distintas si tienes un accidente a 90 kilómetros por hora que si lo tienes a 100. Es una medida más. 

Menciona a las 14 personas que perdieron la vida en las carreteras sorianas en 2022. Aunque la seguridad en las carreteras ha mejorado con la apertura de nuevos tramos de autovía, sigue siendo una cifra elevada para una provincia como esta. ¿Qué se puede hacer a mayores, además de incidir en las infraestructuras y en las campañas de concienciación?

Implementar leyes, normas, campañas, vigilancia... Un factor muy importante para mejorar la seguridad y nuestros comportamientos es la educación vial. Tenemos que seguir trabajando mucho con los niños, con los adolescentes, con los mayores. Creo que es el camino más importante y, sobre todo, hacernos entender que las medidas las tomamos no por capricho, no por fastidiar a nadie, sino para reducir el riesgo en nuestras carreteras. Hoy por hoy, es el único sentido de la DGT.

¿Debería establecerse formación para actualizar los conocimientos que se adquieren cuando se obtiene el carné de conducir?

Sería lo ideal, pero estamos en un mundo en el que tenemos muchas ocupaciones y poco tiempo libre para lo que no es estrictamente imprescindible en nuestras vidas. Tratamos de enfocar nuestros esfuerzos, sobre todo, en los adolescentes que en poco tiempo accederán a la conducción, o en los niños, que es una forma de sembrar, o en los mayores que tienen más tiempo libre. En la franja intermedia de la población es muy difícil.

¿Qué infraestructura considera prioritaria para aumentar la seguridad en las carreteras sorianas?

Todos tenemos en mente lo que sería mejorable, que haya más autovías. Pero se ha avanzado mucho. Cuando yo vine en 2005, la A-15 de Medinaceli a Soria no estaba. Estamos viendo que de aquí a Valladolid ya hay muchos tramos. Se está trabajando en un sentido adecuado.

 Las nuevas tecnologías ayudarán en un futuro no muy lejano a mejorar la seguridad de las carreteras. Los seres humanos vamos a seguir cometiendo errores y hay que procurar que en los otros factores en los que afecta el tráfico contribuyan a que nuestros errores sean menos graves.

Uno de los asuntos más complejos de resolver en esta provincia son los accidentes provocados por el atropello de animales silvestres. En su opinión, ¿qué medidas se podrían adoptar y no se han puesto en marcha para reducir este tipo de siniestros que suponen dos terceras partes del total cada año?

Sí, sí, suponen entre el 70% y el 80%. Es un tema recurrente, no es exclusivo de Soria, es en toda Castilla y León y en otras partes de España y Europa. El tema está en el número de animales que hay. Podemos tomar medidas desde la DGT o en Carreteras para hacer autovías con vallado, deforestación de los márgenes para ganar visibilidad... pero todo esto se queda corto si no hay una reducción de la cabaña cinegética. Cuando hay un exceso de animales, si no salen por un lado, salen por otro. Es lo que hay que abordar. Me consta que las autoridades autonómicas están en ello.

¿Hasta qué punto la sociedad ha normalizado las advertencias de la Dirección General de Tráfico?

Recibimos todos tanta información, estamos tan bombardeados con temas que impactan mucho como una guerra o la violencia de género, que las campañas de la DGT nos llegan, pero no tienen tanto impacto como en otros momentos. Hay que contextualizarlo. Ahora con una campaña es difícil impactar.

Existe una creencia generalizada de que las campañas tienen un fin recaudatorio. ¿Qué opina al respecto?

Siempre insisto en que el único objetivo y razón de ser de la DGT es la reducción de la accidentalidad, la seguridad y la fluidez en las carreteras. Las medidas se toman para que esto se vea. He estado 47 años trabajando en la DGT y en ningún momento se ha recibido una instrucción con el fin de recaudar, nuestro objetivo ha sido siempre estar al servicio de los ciudadanos y garantizar esa seguridad.

¿Considera que la única forma de 'educar' a los conductores infractores es con sanciones elevadas?

No, para nada. La DGT hace educación vial, trabaja con bastantes sectores de la población, con campañas publicitarias, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil informa, cuida, protege y ayuda en las carreteras, se hacen normas y leyes para protegernos, se nos informa... Únicamente se tiene que sancionar, como última instancia, a aquellas personas que no colaboran. Si no hubiera una serie de sanciones habría una sensación de impunidad y, aunque haya un sector importante de la población que hace caso de las normas, otro, no. 

¿Cree que existe conciencia suficiente de que la conducción es incompatible con la ingesta de alcohol o drogas o hace falta más pedagogía?

Se ha avanzando mucho. Antes era frecuente comer, beber y, después, coger el coche; ahora no lo ves. Existe una conciencia. Pero hay un sector de la población que no lo entiende, quizás porque tiene otros factores de adicciones u otros problemas, por lo que hay que seguir vigilando para que estas personas estén fuera de la circulación. Hay que estar ahí permanentemente, porque cuando dejas de estar parece que el problema no existe y te dan mano abierta para que bebas.

Ha ido bajando el límite de alcohol permitido, ¿lo reduciría aún más?

En los países más avanzados, como Suecia, la tasa de alcohol permitida es cero. Está demostrado que la única tasa que no repercute en las condiciones físicas o mentales es la tasa cero. Cualquier otra tasa afecta. En España es difícil de aplicar la tasa cero por nuestra cultura. No obstante, el sentido de las normas tiene que ir a reducir cada vez más el límite de alcohol permitido.

En este tiempo en el que ha estado al frente de la Jefatura Provincial de Tráfico de Soria ha vivido situaciones como la protesta ciudadana por los controles de alcoholemia en los festejos sanjuaneros que implican el desplazamiento a Valonsadero. ¿Cómo recuerda aquella situación?

Todos los que teníamos responsabilidades en materia de tráfico lo pasamos muy mal. No entendíamos cómo unas medidas como son los controles de alcoholemia, que son para garantizar que haya seguridad en las carreteras y para que las fiestas se vivan de la mejor manera posible, la gente no las comprendiera. Al final, hay que mirar el lado positivo de las cosas y como consecuencia de aquella situación un poco kafkiana todos hemos tomado más conciencia. Los padres se alegran de ir a buscar a sus hijos, de que vengan en taxi, en autobús... Hemos ido aceptando algo que costaba entender: fiesta y beber puede ser; pero beber y conducir, no. Ya se ha asumido.

¿Cree que hay más permisividad por el hecho de que son fiestas?

No tiene por qué haberla. Al contrario, en aquellos sitios donde se beba y haya posibilidades de ponerte en la carretera bebido hay que vigilarlo. No se va a ir a vigilar a un sitio donde sabemos que no hay nada, hay que ir a aquellos sitios donde sabes que puede haber peligro.

¿Cómo es el conductor soriano?

El conductor soriano se comporta, más o menos, como los conductores de toda España. Son conductores responsables, cuidadosos y cometen fallos como todos.

La población de Soria es mayor, ¿cómo afecta a la seguridad del tráfico?

En 2022, una cuarta parte de los accidentes mortales fueron de personas mayores de 70 años. También es verdad que las personas mayores no somos peores conductores y en Soria hay pueblos muy pequeños, la gente está aislada y el coche supone un elemento de independencia y libertad muy importante. Siempre hay que buscar un equilibrio con la seguridad. 

A nivel administrativo, ¿cuál es el volumen de trabajo de la Jefatura Provincial de Tráfico?

El volumen está en proporción con los habitantes, aunque en determinados momentos vienen personas de otros sitios, sobre todo de Madrid. Es algo que ha pasado siempre, se aprovechan las vacaciones para hacer las gestiones aquí porque es más fácil y cómodo, y lo tenemos asumido. Tampoco es un fenómeno que tenga unas dimensiones muy grandes como para trastornar la forma de trabajar. En cuanto al volumen, ha descendido bastante porque se han externalizado muchas competencias y se hacen trámites por internet. Pero cuando vine a Soria, la Jefatura tenía 33 funcionarios y en estos momentos, 13.

¿Cómo es la relación con la Policía Municipal y con la Guardia Civil de Tráfico?

Con la Policía Municipal tenemos muy buena relación. Les damos cursos de formación, atendemos sus consultas, les informamos, les facilitamos vehículos para que puedan hacer controles de alcoholemia y de velocidad. Y la Guardia Civil de Tráfico son nuestros pies, nuestros ojos y todo. La DGT tiene las competencias de seguridad y fluidez en las carreteras y ellos son los ejecutores de estas competencias. La relación es inmejorable, de total colaboración.

De estos 17 años en Soria, ¿algún momento especialmente bueno o malo que siempre va a recordar?

Ha habido momentos diferentes. Hay que quedarse siempre con los buenos momentos y los complicados, dejarlos. Cuando llegas a un sitio nuevo, los comienzos son difíciles. Venía de Madrid que no tenía nada que ver con un sitio pequeño y hay que adaptarse, conocer... Pero estos últimos años no puedo estar más satisfecha y agradecida a todos los conductores sorianos. Aprovecho esta ocasión para dar mis más sinceras gracias.