Tierras del Cid impulsa una Agencia de vivienda supramunicipal

Ana Pilar Latorre
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Tierras Sorianas del Cid, junto a grupos de Cuenca y Teruel, inicia el proyecto de la Agencia supramunicipal en áreas rurales

Tierras del Cid impulsa una Agencia de vivienda supramunicipal - Foto: E.G.M

El grupo de acción local Tierras Sorianas del Cid ya detectó en el estudio La vivienda en el medio rural. La palanca del repoblamiento en 2021-2022 como «un riesgo potencial» la escasez de vivienda en núcleos turísticos como El Burgo de Osma y Calatañazor, ambos en su área de influencia. El gerente, Javier Martín Olmos, explica que es  un problema de «gentrificación», que se vincula solo a ciudades pero que también afecta a pueblos, generando dificultades de acceso a la vivienda, incluso para los propios vecinos, y aumentos de los precios. 

Como se recogía en ese informe, el grupo ya trabaja en movilizar el mercado de vivienda a través del proyecto 'Agencia supramunicipal de vivienda en áreas rurales de Cuenca, Soria y Teruel', con la colaboración de asociaciones de esas provincias y financiado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de 85.000 euros. El diagnóstico de este trabajo apunta a una gran cantidad de segundas residencias, un alto porcentaje de viviendas en ruina o inhabitables y poca oferta en el mercado, sobre todo de alquiler y en núcleos más pequeños y turísticos. «La vivienda está cara y el precio de la construcción es alto», añade. 

Lo positivo es que hay mucha vivienda para invertir, rehabilitar, acondicionar, mejora de eficiencia energética...; la proximidad a Madrid; y la demanda por parte de empresas de vivienda para sus trabajadores. «Frente al aspecto negativo de la dificultad de acceder al mercado de viviendas y que sean accesibles, hay una oportunidad en cuanto a que la vivienda juega un papel clave para atraer población y generar actividad y empleo en los pueblos, para otras empresas y el propio sector de la construcción», explica Martín Olmos. Apuesta por abordarlo a nivel comarcal, implicando a todos los agentes que intervienen en el sector de la vivienda: ayuntamientos y técnicos municipales, empresas de construcción, inmobiliarias rurales, firmas que demandan vivienda para sus trabajadores como Nufri en La Rasa o Vitis Navarra en Zayas de Báscones, donde ya invierten en ello... Con esto, se crea «un efecto múltiple» porque se da trabajo a la vez que se recupera patrimonio.

Ahora se trabajará en diez localidades (Castillejo de Robledo, Miño de San Esteban, Zayas de Torre, Gormaz, Fresno de Caracena, Villanueva de Gormaz, Valdenebro, Blacos, Rioseco y Calatañazor) para catalogar viviendas, desde el que se plantearán estrategias de intervención. Por otro lado, se creará una bolsa de alquiler de vivienda, empezando por la pública porque en la zona «hay más de cien viviendas municipales de alquiler», aunque los pueblos grandes, como San Esteban y El Burgo no la tienen porque hay un mercado privado de vivienda. «Vamos a animar a los particulares a alquilar, concienciando de que es un problema importante que nos afecta a todos y mejorando la seguridad y rentabilidad para los propietarios, aunque con precios acordes al territorio y a los sueldos», añade, insistiendo en que si se quiere atraer población hay que ofrecer «condiciones ventajosas».

Esta oficina interprovincial pretende conocer la realidad del territorio y prestar un asesoramiento y apoyo a particulares y ayuntamientos para favorecer la dinamización y la promoción del mercado de la vivienda, fundamentalmente de alquiler, de uso residencial y para trabajadores. No está enfocado a vivienda turística, ocasional ni de temporada, «sino en favorecer la atracción de población apoyándonos en la vivienda como elemento clave». Para frenar la despoblación, se han analizado distintas áreas como trabajo, servicio, infraestructuras, comunicaciones, vivienda... por separado, «pero nada funciona individualmente».

otras fórmulas. Martín Olmos cree que, en los pueblos, el «componente sentimental» se añade al problema del alquiler. Plantea también alternativas y nuevas fórmulas de colaboración público-privada de uso compartido que se están explorando ya en otros sitios, porque no tiene sentido tener casas cerradas la mayor parte del año. «Se abren nuevas posibilidades como las viviendas colectivas o la cesión en uso de vivienda privada a los ayuntamientos que pudieran estar interesados para que la ponga en el mercado, por ejemplo», prosigue. En los pueblos hay ruinas y solares que también pueden ponerse en el mercado. 

Igualmente, apunta a que hay «círculos virtuosos o negativos», es decir, que en un pueblo donde se rehabilitan viviendas se sigue haciendo y en un pueblo donde se caen se siguen cayendo más. «Hay que tratar de animar esos ciclos virtuosos y de potenciarlo», subraya el responsable del grupo de acción local, destacando todo el camino que hay por delante y que comienza con la licitación de la oficina del proyecto que implica a las tres provincias.

Sin embargo, la construcción tiene un problema de mano de obra y de relevo generacional. «Eso influye también en la construcción, que alcanza un precio alto y es poco accesible, en cuanto a rehabilitación para alquilar y para construir una segunda residencia», apunta.