Mario Rubio pisa por última vez la cancha del San Andrés. El ya ex jugador del BM Soria deja el equipo por motivos laborales y regresará a su ciudad, Zaragoza. "El motivo es única y exclusivamente por trabajo", explica. "Me dio pena, pero no podía dejar pasar trabajar en Zaragoza", reconoce. Es la realidad de un deporte que no permite una independencia económica. "Incluso en categorías superiores necesitas un segundo trabajo", aclara.

Atrás quedan ya cinco años en los que ha formado parte de la mejor época del club con un momento favorito que tiene muy claro. "No hay dudas, el ascenso a División de Plata", comenta con una sonrisa. "Aunque todo ese año fue una experiencia espectacular", explica Rubio.

En esta etapa ha contado con tres entrenadores y de todos ha sacado algo. "Con Daniel Bandrés dimos el salto a la profesionalidad, me acuerdo también de la intensidad de Rodrigo Llordén y de Jordi Lluelles me quedo con su trabajo en los sistemas", describe.

Mario Rubio se marcha con una espinita clavada, "no poder devolver al BM Soria a División de Plata", pero se va con la convicción de que el BM Soria volverá pronto a la segunda máxima categoría del balonmano español.