La pobreza acecha al menos a un 3% de la población soriana

S.Ledesma
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Alimentación y vivienda, las más demandadas por las personas en riesgo de exclusión social. Quienes más necesitan de la ayuda benéfica son irregulares en un estado de «limbo administrativo»

La pobreza acecha al menos a un 3% de la población soriana

La situación de pobreza es una realidad para muchas familias en la provincia de Soria que se ven obligadas a solicitar ayuda a las diferentes entidades que las prestan. Algunas de ellas lo hacen por primera vez y a otras no les queda más remedio que recurrir a la labor humanitaria de las organizaciones de manera recurrente a través de diversos programas de apoyo, pues algunos de ellos se ofrecen «de forma puntual», con lo que el amparo queda muy limitado, y otros se intenta que sean más continuados hasta que la coyuntura familiar mejore. En Soria al menos un 3% de la población ha percibido algún tipo de cobertura en el primer cuatrimestre de este año, de acuerdo a las cifras aportadas por las diferentes entidades que trabajan en el tercer sector. Alquiler y alimentación son las más demandas, aunque las instituciones ofrecen un sinfín de apoyos para mitigar el impacto de una miseria «cronificada» en la provincia desde la pandemia. 

La pobreza es una situación compleja en la que influyen diversos factores y encontrarse en un «limbo administrativo» es uno de los que más frecuentemente arrastran a ella. Por eso el perfil de quienes están en riesgo de exclusión social y que habitualmente acceden a las ayudas es el de personas «en situación irregular», generalmente demandantes de «protección internacional» y «sin derechos adquiridos» que se encuentran en un impasse debido a los lentos procesos administrativos. Pero desde las entidades se aporta cobertura «a todo el mundo», pues «las prestaciones responden a situaciones de vulnerabilidad con informe, independientemente de dónde se sea». 

En lo que llevamos de año «190 usuarios o unidades familiares distintas» sorianas han recibido algún tipo de prestación a través del programa Reacciona de Cruz Roja. En realidad, los «beneficiarios indirectos son más», pues las unidades familiares están compuestas, como mínimo, por entre dos y tres personas, aunque también hay ayudas de forma individual. En Cáritas Diocesana Osma-Soria han percibido «un aumento del 41% en materia de ayudas para vivienda y del 14% para alimentación y ropa en el primer cuatrimestre de este año con respecto al mismo período del año anterior». Mientras, a través del Banco de Alimentos de Soria, «todos los meses» reciben productos unas 1.200 personas, y un millar más lo hacen puntualmente a través de entregas gracias a un programa europeo que se ha visto reducido a «dos entregas anuales en vez a las tres habituales». Así, la ayuda llegaría a más de 2.200 personas. 

El porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social se situó el año pasado en el 22,1% en la población castellana y leonesa, según la tasa Arope (por sus siglas en inglés, At Risk of Poverty or Social Exclusion), y según se desprende e la Encuesta de Condiciones de Vida de 2022, publicada recientemente por el Instituto Nacional de Estadística. En estos datos se incluye población que está al menos en tres situaciones: riesgo de pobreza, carencia material y social severa y baja intensidad en el empleo. Y esto es precisamente lo que también sucede en la provincia: un gran número de hogares no tiene ingresos suficientes para vivir en condiciones dignas, según indican los datos aportados por las propias organizaciones consultadas por este periódico. 

dignificar la cobertura. La pandemia ha arrasado con muchas cosas, especialmente con las relacionadas con la proyección laboral, así que las economías familiares se han visto arrastradas por la espiral de miseria. Tras lanzar el programa Responde por el panorama dejado por el coronavirus, Cruz Roja ha puesto en marcha «con fondos propios» Reacciona, «una respuesta directa, inmediata y cercana ante la crisis para responder a las crecientes necesidades de la población en un contexto de incremento sostenido de los precios de bienes y servicios básicos».

Gemma Martínez Romero, responsable del programa, y Alicia Montero Benito son las trabajadoras sociales que coordinan las peticiones de ayuda en Cruz Roja Soria. Como se apuntaba anteriormente, en lo que va de año han solicitado y recibido alguna prestación 190 usuarios o unidades familiares distintas, lo que se traduciría, muy posiblemente, en decenas de personas más. Principalmente, quienes acuden a la organización lo hacen para pagar el alquiler o poder comer. En el primer caso, en lo que va de año, se han concedido 76 prestaciones a 60 unidades familiares (pues a algunas se les ha podido dar en dos ocasiones). En cuanto a los vales de alimentación, se han entregado 99 a 84 núcleos familiares. El formato de bono para alimentación se hace para que las familias «puedan comprar en función de sus características -productos para menores, celíacos, diabéticos-, y para dignificar las ayudas, no tener que hacer una cola para recibirlas», puntualizan las trabajadoras sociales del programa, que dispone de más prestaciones para mitigar otro tipo de necesidades. 

Reacciona es una cobertura «puntual», es decir, no se aporta mensualmente. Actualmente, las coordinadoras de estas ayudas tienen completo el calendario hasta el mes de junio para atender a los solicitantes, con cuatro citas diarias. «La mayoría, -insisten-, por manutención y alquiler». El número de demandantes «ha crecido muchísimo». De hecho, «todos los días hay familias nuevas» con necesidades. «Algo sustancial que hemos detectado es que en el último año, aunque en 2023 sigue la tendencia, aparte del aumento del precio de la cesta de la compra, ha habido un incremento brutal del precio del alquiler. Se ha equiparado el valor del alquiler de un piso completo al de una habitación y nos vienen familias que están en una habitación por lo que antes costaba un piso. En Soria nunca habíamos visto estos precios de alquiler», explica la responsable de programa Reacciona.

básico. La incapacidad para hacer frente al pago de la vivienda es también, junto a la alimentación, la gran preocupación de las personas que acuden a Cáritas Diocesana Osma-Soria y ello se refleja en ese 41% de aumento referido de este tipo de prestaciones en el primer cuatrimestre del año. «Muchas personas no quieren perder la vivienda y, aunque también tenemos ayudas para suministros -luz, gas, agua...- la gente prefiere sacrificar eso, no dar la calefacción y ponerse más ropa o más mantas, para poder destinarlo a vivienda», admite el director de la organización benéfica, Alberto Martín Marín. 

En el caso de ropa y alimentación (que ha crecido el mencionado 14% en los primeros cuatro meses del año) se da una tarjeta monedero para que puedan adquirir los alimentos, y en ropa está la tienda de prendas recicladas Moda re-. El establecimiento es, además, un punto de «inserción laboral» para otras personas en riesgo de exclusión social a través del proyecto diocesano Granito de Tela. De este modo, según las cifras aportadas por la institución, en los primeros cuatro meses del año se ha atendido a 383 personas con necesidades de alimentación y ropa, y a 104 familias con dificultades para pagar la vivienda. 

falta de recursos. En el Banco de Alimentos de Soria «se ha detectado una estabilización en los últimos seis meses» de usuarios, pero también una «falta de recursos bastante importante», según su presidente, Óscar Arancón. Esto significa una variación del tipo de alimentos que se dan al no contar con la colaboración de algunas empresas y organismos. Existe déficit en «leche y aceite», además de «yogures, embutidos, frutas, verduras...». Esto supone dar «más alimentos básicos en vez de con valor -nutricional- añadido» y tener que destinar los escasos recursos a comprar lo que antes se donaba.