José Luis Bravo

SOPA DE GUINDILLAS

José Luis Bravo

Periodista


Natividad. Natalidad

06/01/2024

A estas alturas de la película doy por supuesto que todo el mundo sabe que la palabra Navidad, procede de natividad. O sea nacimiento, con todo el proceso que se les presupone a los mamíferos; Fecundación, gestación y parto. A la vista de las cifras de natalidad en la provincia de Soria, que hemos conocido estos días de atrás, no hay casi nada que celebrar, excepción hecha, claro está, de la conmemoración de la de Jesús de Nazaret que, por cierto es fecha incierta porque ningún documento acredita nada al respecto. Ni día, ni mes ni siquiera año. Pero eso es otra historia. O leyenda.

La mengua de neonatos en los últimos años ha sido muy notable; de 697 en el 2010, hemos pasado a 459 este pasado 2023. Y la cosa no tiene pinta de mejorar pese al espejismo del incremento de población provincial que se debe, como era previsible, a los empadronamientos de inmigrantes. Mal consuelo para la estadística, porque son circunstanciales y atribuibles al mercado laboral y laevolución de la economía en general y por lo tanto cualquier crisis nos puede devolver a cifras negativas en un santiamén. 

La estructura de la población en Soria, no deja hueco para la esperanza. Hay mucha gente mayor y los que están en edad de procrear parece que no se animan,  disuadidos en parte, o en todo, por la dificultad de abrirse camino en un entorno en el que un buen trabajo cuesta lo suyo y una vivienda se lleva los recursos que éste pueda generar. Somos legión los veteranos sexagenarios y desde luego yono estamos en condiciones de liarnos la manta a la cabeza y repoblar la península. Y menos aún territorios como el que nos acoge que no termina de beneficiarse de ninguna política de atracción de población y se gasta los fondos europeos en 'chorradas' que no conducen a ninguna parte. Incluyo, y perdonen lo pesado que me pongo, los cheques bebé, la construcción de parque infantiles en pueblos don sólo hay abuelos, pero sin nietos y tantas otras acciones similares que permiten a la perezosa, casi inerte clase política que nos gobierna, justificar que han hecho uso de esos recursos y han acreditado que no se han quedado con los euros. Menos da una piedra.

Sólo el impulso a la creación de infraestructuras que logren impulsar una economía apta para estos territorios dará una salida a esta tendencia. Pero a nadie se le ocurre nada. Y las iniciativas privadas, a menudo amparadas con subvenciones procedentes desde remotas administraciones, que también se lavan las manos cuando certifican que han hecho un gran esfuerzo en la gestión del dinero ajeno, o sea el de todos. Pero a ellos les pagan por hacer, o que parezca que se mueven por el interés general.