El poder adquisitivo de los trabajadores sorianos se desploma

A.P.L.
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El año 2022 se cerró en Soria con un IPC del 5,9%, frente a un 1,97% de las subidas de salarios pactadas en los convenios

El poder adquisitivo de los trabajadores sorianos se desploma - Foto: E.G.M

Las estadísticas son la prueba de que la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores sorianos es una realidad y, además, se ha acentuado en los dos últimos ejercicios por una serie de factores, como la crisis derivada de la pandemia de covid y la surgida con la guerra de Ucrania. El Gobierno ha incrementado el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) un 8% hasta los 1.080 euros y el presidente, Pedro Sánchez, achacó la grave situación a los empresarios, por no incrementar el salario de sus empleados a pesar de obtener ganancias.

Entre 2021 y 2022 los sorianos han perdido más de diez puntos de poder adquisitivo por el desequilibro que se ha producido entre la subida de los precios y la de los salarios. El año 2021 se cerró en la provincia con un alza interanual del 7,4% del Índice de Precios al Consumo (IPC), aunque las subidas salariales pactadas en los convenios colectivos se quedaron en el 1,71%. Una dinámica que se repitió el año pasado, con un incremento provincial de los precios del 5,9% frente a una revalorización de los salarios del 1,97%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y del Ministerio de Trabajo, respectivamente.

Las últimas crisis por la pandemia y la guerra en Ucrania han supuesto un punto de inflexión a un periodo de  unos ocho años marcados por un IPC moderado (con registros del -1,3% al 1,8% de evolución respecto al año anterior) y por la contención de los salarios, con incluso aumentos del 2,02% en 2019, ya mostrando una recuperación de la anterior crisis económica de 2007. Sin embargo, las buenas perspectivas han saldado por los aires, cayendo la subida salarial y con una escalada de precios que ha sido especialmente pronunciada en alimentos, combustibles y suministros.

Los datos estadísticos reflejan que el gas y otros combustibles se encarecieron un 51,7% en Soria en 2021 y 2022, más del doble (en el último año hay que tener en cuenta la excepción ibérica, que permite limitar hasta finales de este año el precio del gas que se utiliza para producir electricidad); a lo que se suma que el precio de combustibles como el diésel subió un 30,5% y el de la gasolina un 34,9%. aunque a los precios de finales de 2022 hay que descontar la bonificación del 20 céntimos por litro que aplicó el Gobierno a estos productos y que desde el 1 de enero ya no está vigente.

 Los alimentos han subido un 14,4% en dos años, mucho más que el 3,68% de los salarios, mientras que la vivienda lo hizo un 2,9%. El alza de los precios de otros productos también estuvo muy por encima del crecimiento de los salarios. Entre ellos, el transporte un 7,2%, los artículos del hogar un 8,4%, las bebidas alcohólicas un 5,7%, el tabaco un 8,1%, mientras que el vestido y el calzado tan solo un 0,2%. A ello se suman los incrementos en paquetes turísticos de un 20%, de restaurantes y hoteles de un 10,6% y de ocio y cultura un 8,4%.

Así, teniendo en cuenta los datos, los sorianos se enfrentan a la mayor pérdida de poder adquisitivo desde 1999, último año en el que el Ministerio de Trabajo ofrece datos provinciales sobre las subidas pactadas en los convenios colectivos. El IPC no registraba aumentos como los del 7% en 2021 y el 5,9% en 2022 desde el 4,6% de 2000 y el 4,4% de 2007.En cifras negativas se registraron los IPC de 2014 (-1,3%), 2015 (-0,2%) y 2020 (-0,7%). En cuanto a salarios, en 2007 se registró una subida del 4,86% y en 2001 del 4,22%, para descender bruscamente en 2012 al 0,92% y recuperándose ligeramente al 2,02% en 2019.

valoración. El secretario general de CC.OO. en Soria, Javier Moreno, destaca la subida del SMI e indica que, a pesar de la subida para pensionistas y empleados públicos, los trabajadores de la empresa privada afectados por la negociación colectiva no ven un aumento significativo en su salario en una situación de aumento de precios. «Detectamos dos cuestiones fundamentales. El Banco Central Europeo dice que las empresas están teniendo muchos beneficios, cuando menos los mismos que antes de la pandemia, y a la vez las empresas repercuten el aumento de costes de producción en el precio final que pagan los consumidores por bienes y servicios», explica. De ahí que solicite a la patronal «responsabilidad» y una visión global, advirtiendo de la situación que puede atravesar en los próximos meses el país si no se buscan acuerdos para que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo. «Si aumentan los precios y los salarios siguen prácticamente congelados, no hay capacidad de compra y no se demandan productos de las empresas y dejan de producir, lo que lleva como consecuencia despidos o ERTEs, que reducen jornada y salario y ahogan más la economía», incide.

En la misma línea se expresa Azucena Pérez, delegada de UGT en Soria, quien insta a las empresas a revertir los beneficios en los trabajadores y recuerda que ha sido un año duro en la negociación de convenios.