Rincón de verano: La Arboleda y la playa fluvial del Duero

A.I.P.
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El entorno del Duero es uno de los enclaves apreciados por el gerente de Montes de Soria

Rincón de verano: La Arboleda y la playa fluvial del Duero - Foto: Eugenio Gutiérrez Martínez

Almazán tuvo playa. Fluvial, en el río Duero, pero playa, al fin y al cabo. Este era el rincón favorito de la infancia de José Antonio Vega, gerente de Montes de Soria-. «Nos bañábamos, jugábamos, hacíamos presas... nos prohibían tirarnos por 'el río de la corriente'... Las madres solo nos dejaban meternos en la zona de playa. Nos divertíamos mucho, nos dejaban libres», rememora con cariño.

En los años ochenta, había pocas piscinas municipales en la provincia: en la capital, en Tardelcuende, en Bayubas de Abajo... Y estas últimas eran el destino favorito del adnamantino. «Contaban con una zona de barbacoa. Allí íbamos un grupo de familias. Recuerdo ir en el coche escuchando a Nino Bravo, Julio Iglesias y las zarzuelas de Luis  Cobos. En cassette, claro, ida y vuelta. Siempre la misma música, que era buena y eso marca [...] Siempre era la misma comida: macarrones con tomate y chorizo, filetes empanados o rusos, y tortilla de patatas. Lo mejor era jugar con los primos y los amigos en el merendero. También había partidos de fútbol en un campo de tierra [...] Así que, entre semana estábamos en la playa fluvial y los fines de semana, en Bayubas. Por las tardes, teníamos que volver relativamente pronto porque mi padre trabajaba en el cine de Almazán», relata.

Ya en la juventud, José Antonio Vega admite que dejaron de viajar con los padres, ya no llamaba la atención la piscina... pero persiste otro recuerdo, convertido en tradición, como era acudir cada tarde en verano al parque de La Arboleda. De niño, también lo hacía para ir a merendar con sus amigos y, en la actualidad, va a diario -también en invierno, ya que reside en la villa adnamantina- con sus dos perros, una galga de ocho años y un 'whippet' de dos. «Recorro La Arboleda todos los días con los perros y también la zona donde estaba la playa fluvial. Hay muchas sombras y césped», sostiene.

También hubo veranos en los que iba con los amigos al paraje de 'Los chopazos', entre Almazán y Cubo de la Solana, donde había merenderos junto al río Duero, un enclave «idílico», además, para pescar cangrejos y renacuajos, y al que volvió con los años para celebrar su cumpleaños en el mes de julio «Siempre hemos querido reunirnos en la naturaleza, en el campo», apostilla.

ESCAPADAS. Además de pasar buena parte del verano en Almazán, José Antonio Vega tiene dos destinos entre sus preferencias cuando se trata de salir fuera de la provincia: Vinaroz (Castellón) y Castro Urdiales (Cantabria). En estos dos municipios costeros, el gerente de la asociación Montes de Soria cuenta con amistades, por lo que se desplaza a los mismos con relativa frecuencia.

No obstante, Vega reitera: «Almazán es el mejor sitio para pasar el verano. Muchos amigos vuelven a pasar las vacaciones, cuando casi no pueden venir el resto del año».   Otro punto a favor para disfrutar de la época estival en la villa adnamantina es que sus dos sobrinas también pasan parte de sus días de asueto allí. «Viven en un pueblo de Burgos, pero a mi hermano le gusta que no pierdan el arraigo con Almazán. En las fiestas disfrutan como locas», finaliza.