La subida de los productos no básicos atenúa la bajada del IVA

S.Ledesma
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Los consumidores sorianos consideran que la rebaja debería aplicarse a todos los comestibles, pues una dieta saludable «es un derecho de todos». Los distribuidores provinciales temen que esta escalada lleve a «gasto cero»

La subida de los productos no básicos atenúa la bajada del IVA - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez Eugenio Gutiérrez Martí

El tercer paquete de medidas anticrisis del Gobierno central anunciado a finales de 2022, con la supresión del IVA superreducido a alimentos de primera necesidad como lo más destacado, ha dejado un rastro de confusión entre consumidores y distribuidores de la provincia. Los primeros, beneficiarios íntegramente de la reducción del tipo impositivo, consideran que muchos comercios «han aprovechado para subir el precio de los alimentos que no son básicos». Los segundos temen que esta espiral de crisis sanitaria y energética «en la que todo el mundo especula [...], acabe con el consumo por gasto cero», una tesitura «grave para todos». 

Cabe recordar que la eliminación del IVA reducido se aplica a alimentos básicos como el pan, las harinas panificables, la leche, el queso, los huevos, las frutas, las verduras, las hortalizas, las legumbres, las patatas y los cereales. Son productos que, en algunos casos, «acumulan subidas anuales de más del 30%». 

El presidente de la Asociación de Empresas de Distribución deAlimentos y Bebidas de la provincia de Soria (Adiso), José Antonio Omeñaca, pone de ejemplo «la leche, que ha subido 6-7 veces» en el último año y todavía mantiene «precios desorbitados». Habla de la situación de los ganaderos, «a los que cada vez les cuesta más alimentar a los animales y sus cuidados», pero obtienen precios mínimos por la leche a no ser que se trate de «ganaderías asociadas que dan dividendos y pueden mantenerse».Sin embargo, «incluso en las que funcionan bien hay referencias que se dejan de fabricar». En cuanto al valor para el consumidor indica que es posible que suba, sobre todo en las grandes superficies, «que suelen cerrar precio para todo el año». Así, la leche podría ser una de esas «líneas de alimentación que sufran desabastecimiento», de acuerdo al panorama que está viviendo el sector. 

A los alimentos de primera necesidad se suma la bajada del 10% al 5% del tipo aplicable a la pasta o al aceite, que en el caso del de oliva acabó el año en precios máximos tras el alza de los costes de producción, la sequía y los efectos de la guerra en Ucrania. «Es previsible que vuelva a subir», incide el presidente de Adiso, quien indica que el aceite de girasol es, quizá, el que ha reducido algo su valor, «pero el consumidor va a notar más esa rebaja de precio en sí que el propio IVA».

sin margen de beneficio. Como la reducción se atribuye sólo al consumidor, no hay opción para su aplicación al margen de beneficio empresarial, con el consiguiente aumento de los precios en la cadena de producción, distribución o consumo de los productos. Por eso, el decreto señala que se establecerá un sistema de seguimiento de la evolución de los precios y se sancionará a quienes no lo cumplan.

Al encarecimiento de las materias primas y de la energía hay que sumar el nuevo impuesto sobre plásticos de un solo uso, que también encarece los productos. Para el presidente de Adiso éste no es el mayor problema pues «hay alternativas más sostenibles y las empresas cada vez las utilizan más». La verdadera preocupación del sector es el freno en el consumo:«Nos hemos engañado un poco porque ahora se ha gastado el dinero que se tenía ahorrado en pandemia, pero como los precios sigan subiendo va a ser imposible ver consumo y eso nos repercute a todos».

«todo muy caro». Esa misma sensación de que todo sube tienen los consumidores sorianos. «En algunas cosas se nota, aunque no demasiado; no sabemos si habrá que esperar algo más de tiempo para ver si funciona más en positivo esta medida», indica Manuela García Ceña, miembro activo de la Asociación Provincial de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios Numancia. La percepción es que «a nivel de alimentación está todo super caro», principalmente en «frescos, como el pescado». La rebaja del aceite es algo que tampoco han notado desde la organización:«Está al mismo precio». 

Los consumidores de a pie consultados por este periódico se expresan en la misma línea. «Son unos sinvergüenzas, hay productos que han pasado de costar unos cinco euros a 8,10», se lamentaba Francisco en la línea de verduras y hortalizas en conserva de una gran superficie de la capital. Su mujer añadía: «¡Es que no vamos a poder comprar nada! Ni fresco ni en conserva ni congelado. No tenemos una mala pensión, hay personas que están peor, claro, pero es que entre unas cosas y otras [luz, gas, gasolina...] te ves apurado para pagar todo». 

En otro hipermercado de la ciudad, Laura se quejaba de que la leche «tampoco es que haya dado un bajón bueno y eso que es necesaria. Conozco a gente que tiene que comprar leches especiales [por intolerancias] para los niños y no sé cómo se apañan con estos precios, porque a mí ya me parece una barbaridad lo que cuesta la leche normal». Por su parte, Elena mostraba su cuenta de compra semanal de cerca de 100 euros «para dos personas» mientras señalaba: «Llevamos cuatro cosas de carne y de pescado, un poco de verdura y mira... ¿De verdad no son estos productos de primera necesidad? Nos hablan de tener una alimentación sana, de no comprar precocinados, de tantas cosas... Para que luego no podamos hacerlo. La alimentación es algo básico, así que deberían bajar los precios de todo lo comestible para que todos tengamos acceso a una dieta saludable. Creo que es un derecho». 

Así los cosas, habrá que esperar a ver si en estos seis meses de vigencia del decreto los precios dan realmente un respiro al bolsillo de los consumidores sorianos. 

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