Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Entre el planton y la celada

20/12/2023

Es un clásico de la política nacional que el líder de la oposición se queje del poco caso que le hace el presidente del Gobierno y de que no le convoque a reuniones personales en el palacio de La Moncloa en las que tratar de alcanzar acuerdos que no son posibles en el ámbito parlamentario, donde los enconados enfrentamientos de las sesiones de control al Ejecutivo de los miércoles ofrecen la imagen de la intransigencia mutua asegurada. Más insólito es que quien demanda la interlocución se muestre reticente a acudir a la cita y proyecte la imagen de que se debate entre dar el plantón o caer en la celada, sabiendo que elija el terreno de juego que decida aparecerá como el que ha perdido la iniciativa política, se ha dejado marcar la agenda y tiene más problemas para justificar su decisión.

 

Que a Pedro Sánchez le fallaron las formas al anunciar públicamente que convocaría a Alberto Núñez Feijóo a una reunión en La Moncloa antes de comunicárselo a él se sitúa dentro de la forma de actuar cada vez más improcedente del presidente del Gobierno; la sucesión de excusas planteadas desde el Partido Popular para dar largas a la celebración de la reunión juega en su contra. En primer lugar, porque la ausencia de un orden del día de la reunión es una excusa de mal pagador, dado que los asuntos que quiere abordar Sánchez son de conocimiento público -renovación del CGPJ, financiación autonómica y reforma constitucional del artículo 49-, y el Gobierno ha dado a Feijóo la posibilidad de que hable de lo que quiera, ley de amnistía, acuerdo del PSN con EH Bildu, lawfare y presión a los jueces, o la reunión prevista de Sánchez con Carles Puigdemont. Es decir, todos los asuntos que están sobre la mesa de discusión y que interesan a uno y otro interlocutor, y las materias tratadas serán explicadas a la salida de la reunión. Además, antes de que se produzca una entrevista entre el jefe del Ejecutivo y el líder de la oposición se intensifica el runrún de que va a tener lugar el encuentro y nunca es un hecho imprevisible.  

 

Y en segundo lugar, porque Feijóo puede dilatar el momento en el que se produzca la reunión, pero tarde o temprano tendrá que acudir a La Moncloa y cuanto más tiempo tarde en hacerlo mayor será la presión que reciba, porque el plantón no es una opción a no ser que quiera sentar un precedente indeseable para el funcionamiento democrático y la cultura institucional. Además, el líder de la oposición no puede desperdiciar la oportunidad de utilizar otro mecanismo para hacer llegar sus propuestas y su malestar a la ciudadanía.

 

Pese a que el portavoz del PP, Borja Sémper, afirme que no van a picar en el anzuelo tendido por Sánchez ya han caído en la celada, porque ha comenzado a correr la especie de que es el sector duro del partido el que considera improcedente que Feijóo asista a una reunión con Sánchez, que no es el momento adecuado, que rompe la estrategia de la tensión puesta en marcha contra la ley de amnistía, el pacto de Pamplona y la defensa de la independencia judicial, pero la consecuencia es que queda en entredicho su compromiso con el diálogo, su talante moderado, pese a la desconfianza que les merece cualquier propuesta de Sánchez. Desde el Gobierno se pondrá el énfasis en su falta de independencia a la hora de tomar decisiones. Y todo para terminar acudiendo a la reunión o para quedar en evidencia.