Julia Navarro

ESCAÑO CERO

Julia Navarro

Periodista y escritora


La campaña de Santiago Abascal

14/07/2023

Zafia es la palabra que, en mi opinión, define a la campaña electoral de Vox habida cuenta de la zafiedad que vienen mostrando tantos de sus dirigentes.

Santiago Abascal reúne en sí mismo todos los tópicos del dirigente de un partido de extrema derecha que, al fin y al cabo es lo que es. De manera que no hay sorpresas en la campaña electoral que viene protagonizando. Sus puestas en escena resultan antiguallas, esa exaltación de una masculinidad de pelo en pecho, esa actitud de superioridad respecto a las mujeres, esa insistencia en negar la realidad que no coincide con sus vetustas ideas, le convierten en ídolo de nostálgicos de un tiempo que, sin duda, fue peor para todos los españoles y que creíamos haber enterrado durante la Transición.

Sus ademanes chulescos, su verbo bronco, la soberbia con la que se maneja por la política hacen de él un político francamente antipático excepto, claro está, para los que coinciden con sus planteamientos zafios.

Su campaña electoral no está dirigida a nadie que no sean los suyos, no intenta convencer al conjunto de la sociedad, sino que se reconozcan en él los que hasta ahora se habían amansado o mejor dicho parecían haberse democratizado en el seno del PP, la casa de la que salieron.

Durante la Transición se consideró un gran logro, y lo fue, que Manuel Fraga condujera al redil de la derecha democrática a la derecha que no lo era, pero sin duda las ambiciones de unos cuantos dirigentes que se iban viendo sin influencia ni mando en plaza les llevó a dejar esa casa común de la derecha en que se había convertido el PP, para montárselo en solitario, de ahí el nacimiento de Vox.

Y la pregunta es por qué la ambición de unos pocos ha tenido eco en la decisión de una parte del electorado de otorgarles su confianza, es decir, sus votos.

La cuestión es que el auge de partidos como Vox no responde a que este tipo de partidos tengan la fórmula mágica para dar respuesta a los problemas de la sociedad, sino que, al igual que viene sucediendo en otros países europeos, hay ciudadanos que desesperados por las últimas crisis, depositan su confianza en partidos populistas de corte reaccionario, abandonando a los partidos tradicionales de centro izquierda y centro derecha sobre los que se ha construido la mejor Europa de los últimos sesenta años. Ese es el verdadero problema y lo que explica que en los antes denominados cinturones "rojos" de ciudad empiece a cuajar el discurso de Vox.

Y es que Vox azuza la frustración, el desengaño, la falta de expectativas, de una parte de la sociedad que se siente ninguneada y excluida.

¿Qué ofrece Vox? Pues lo cierto es que es difícil saber lo que ofrece más allá de su deseo de mandar, de formar parte del gobierno y sobre todo de imponer una agenda de costumbres reaccionarias a una sociedad que vive en libertad, en la libertad de ser cada cual como quiere ser, estar con quien quiere estar, vivir como quiere vivir.

Vox apela a las emociones más primarias de los electores desconcertados y les ofrece un regreso a las certezas del pasado que tanto nos costaron superar. Pero carece de un programa económico, de un programa de política exterior, de un programa de futuro. En lo que se refiere a las políticas de medio ambiente son tan zoquetes que niegan la evidencia del cambio climático de manera que no tienen programa medioambiental. En cuanto a su programa cultural y educativo, sinceramente militan en unos valores que es para ponerse a temblar. Respecto al capítulo de las libertades individuales su programa es imponernos como debemos de ser y sentir... en fin... Su fobia al colectivo LGTB pero sobre todo su empeño de restar derechos y autonomía a las mujeres es otro de sus objetivos.

El de Abascal y quienes le acompañan es un discurso agresivo, faltón, despreciativo hacia quienes no comulgan con ellos, y por tanto inquietante.

La campaña que viene haciendo Santiago Abascal no germinara fuera de quienes no son como él, su dialéctica es la de vencer, de enemigos a batir, de lo que él considera que son las esencias de los buenos españoles frente a los que según los criterios "voxistas" no lo son. Lo dicho, Abascal y los suyos parece que se han escapado de lo peor del pasado.

Su chulería al desafiar al PP, dejándoles claro que o pasan por su "aro" o no gobernaran, hace que en el imaginario colectivo se vaya dibujando un futuro con el sabor rancio del pasado, donde no cabremos todos y nos condenarán a un nuevo exilio interior.