«Una cosa es el arte urbano y otra el vandalismo», estima Ana Alegre, concejala de Obras, Servicios y Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Soria. La primera cuestión se promueve y fomenta desde Consistorio a través de programas como el Certamen de Creación Joven o incluso otras iniciativas como hace unos años el Festival Nuane en el Casco Viejo. Las pintadas, por el contrario, son combatidas, hasta donde se puede, a través de sanciones en las ordenanzas municipales que implican trabajos en pro de la comunidad para los infractores.

Dan mala imagen, sensación de abandono y falta de limpieza. Por eso desde el Ayuntamiento de Soria incluyó en su nuevo pliego de limpieza viaria un apartado especial para atender la limpieza de estas pinturas vandálicas que atentan contra los edificios de propiedad municipal. Para inmuebles o elementos (muros, vallado...) privados, la legislación municipal indica que la limpieza debe correr a cargo de sus propietarios. No obstante, añade Alegre, el Consistorio trata de colaborar en todo lo que puede, especialmente cuando se trata de grafitis que vandaliza monumentos. Un ejemplo de ello es el ábside de la iglesia de La Mayor. El derribo de la casa adosada a éste en 2006 y la creación del llamado Rincón de Leonor convirtió este punto en uno de los preferidos de los vándalos. «No es nuestra competencia, pero intentamos llegar a un acuerdo con la propiedad, insiste. En plena plaza Mayor, apunta la edil, estos grafitis, «que no tienen nada de bonitos», no dan buena imagen de cara los vecinos y visitantes, recalca. El problema es cuando estas pintadas afectan a la piedra arenisca, muy difícil y costosas de erradicar. Entornos como el convento del Carmen, denunciado públicamente hace unas semanas por el colectivo Soria Patrimonio, o las ruinas de San Nicolás (en julio del año pasado) o, en su día, la iglesias de San Juan de Rabanera y la ermita de la Soledad (tres menores fueron identificados por la Policía este delito contra el patrimonio en el año 2014) y la iglesia de Santo Domingo han sufrido este tipo de graves actos vandálicos. Desde la Diócesis de Osma-Soria, sin embargo, no quieren pronunciarse sobre este tema para no alentar un posible «efecto llamada». Para la responsable municipal de Obras, Servicios y Medio Ambiente, no está claro que sea un fenómeno que haya ido en aumento en los últimos tiempos. «Creo que va más por rachas», añade, «hasta que se les gasta el spray». 

concienciación. Frente a este tipo de conductas, apunta Ana Alegre, la apuesta del Ayuntamiento de la capital es hacer ver a los jóvenes que «si les gusta el mundo del spray hay fórmulas» para poder pintar y, a la vez, dejar una impronta y contribuir a la revitalización de los entornos ciudadanos. «Nosotros creemos que el arte mural es una buena apuesta», apunta la edil. Y, de hecho, alega, tanto las obras del Certamen de Creación Joven (con creaciones realizadas en el mercado municipal o varios puntos de la calle Nicolás Rabal, entre otras) como las frases de los Versos callejeros (que un año fueron incluso vandalizadas), suman y embellecen la ciudad.