Hace tres temporadas, Rosa Blasco fichaba por el Club Cisneros de Rugby de Madrid, uno de los equipos más prestigiosos del país, todo un hito para una jugadora que se inició en este deporte de forma tardía. Ese fue el año de su debut en la máxima categoría y en sus primeros partidos consiguió adaptarse de forma rápida y ágil  a la División de Honor y además ganar la liga y la Copa. «Fue un momento inolvidable», recuerda ahora la soriana.

La entidad apostó por dar continuidad a esta joven de 22 años, pero con el paso del tiempo el proyecto se tambaleaba hasta llegar al descenso de esta temporada. «Durante todo el año hemos estado en la parte baja, no ha habido forma de salir del pozo», lamenta. En poco tiempo ha pasado de la gloria más absoluta o perder la categoría. 

En paralelo y  a nivel individual, Rosa Blasco ha pasado a contar cada vez menos para el primer equipo terminando la temporada en el filial. Se ha visto obligada a cambiar la perspectiva justo cuando su método de trabajo se había profesionalizado al máximo. Una experiencia de la que busca sacar cosas solo positivas.

Adaptación. Al iniciar la pretemporada, Rosa Blasco se veía más preparada que nunca para ser importante en el Cisneros. «Cuando empecé hace tres años sabía que tenía que trabajar mucho a nivel físico», reconoce. «A partir de ese momento aumenté mis horas de gimnasio», explica. «Lo he notado mucho porque ahora muevo mucho más peso que antes», añade.

Con esas sensaciones contaba con minutos en los primeros partidos, pero el equipo no funcionaba. «Estamos en un cambio generacional y eso se ha notado", manifiesta la soriana. «A esto hay que sumar que no teníamos una plantilla con todas las jugadoras necesarias y eso era complicado para afrontar los partidos», lamenta.

Su sorpresa llegó cuando decidieron que jugara con el segundo equipo. «Hablé con los entrenadores y la explicación estaba ligada a la mala dinámica que llevábamos», recuerda ahora. «A nivel mental fue frustrante porque yo me veía bien, pero intenté tomarme las cosas de forma más relajada», afirma la joven. Tuvo que encontrar su sitio donde no lo esperaba.

Evolución. En esa División de Honor B Rosa Blasco ha notado toda esas mejoras que había trabajado. «Contaba con más minutos y sí que me encontrado bien con un nivel que es algo más bajo en la liga», sentencia. Tras pasar también por una mala racha a nivel grupal, han conseguido salvar la categoría. «Hemos acabado el año con buen sabor de boca», reconoce. Ahora la soriana tiene mucho en lo que pensar, pero todo hace indicar que su futuro está lejos de Madrid. «Creo que es el momento de un cambio de aires», anuncia. Su destino todavía es una incógnita, pero su principal objetivo es poder jugar en la primera o como mucho la segunda máxima categoría. «Tengo que estudiar bien mi próximo destino, pero quiero seguir jugando al rugby», finaliza. 

La soriana que más alto ha llegado en este deporte ha tenido que dar un paso atrás, pero espera que sea para coger carrera y afrontar un nuevo asalto que le permita seguir soñando con triunfar en la élite del deporte.