"Va más allá de la buena voluntad, es un presunto delito"

redacción
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La Plataforma Estatal de Profesionales de la Arqueología (PEPA), tras conocer las extracción de piezas arqueológicas en Calderuela por parte de dos aficionados, denuncia los hechos y pide que se tomen medidas para proteger el patrimonio

"Va más allá de la buena voluntad, es un presunto delito" - Foto: Eugenio Gutierrez Martinez Eugenio Gutiérrez Mart

“La actuación que han hecho en Calderuela es un atentado contra la arqueología y contra el patrimonio de los sorianos y sorianas, y no solo de los actuales, sino también de las generaciones futuras, porque los materiales no son nuestros”. "Va más allá de la buena voluntad porque es un presunto delito". La denuncia llega desde la Plataforma Estatal de Profesionales de la Arqueología (PEPA) tras tener conocimiento, a través de la publicación de El Día de Soria, de la extracción de piezas arqueológicas que se está llevando a cabo en el municipio soriano por parte de dos aficionados. 

A través del arqueólogo Rafael Varón, la PEPA alerta de que, de acuerdo a la normativa administrativa que existe en Castilla y León para la recuperación de piezas o para la intervención en posibles yacimientos arqueológicos, “parece que aquí puede haber un presunto delito de expolio”. “Por lo menos, no hay un depósito de todas las piezas localizadas, que es obligación de estos señores, así como explicar dónde las han localizado, cómo las han localizado, de dónde proviene todo el material, por qué se ha extraído ese material…”, puntualiza el profesional, quien recuerda también que “pasar un detector de metales por el terreno en Castilla y León es una actividad regulada y no se puede hacer sin el consentimiento de la administración competente”. Pero además, añade, “más allá de pasar el detector, recoger el material y hacer agujeros para recoger el material va más allá de lo deseable y recomendable en una práctica arqueológica adecuada”. Dadas estas circunstancias, sentencia el experto, “por mucha buena voluntad que le pongan y por mucho interés en defender el patrimonio de su pueblo o de su sierra, esto no es una práctica arqueológica adecuada”.

 

Solicitan investigar el asunto

“Esto va más allá de la buena voluntad. Es un presunto delito y quien tiene que identificarlo es una investigación de la Junta de Castilla y León o del Seprona de la Guardia Civil, y establecerlo ante un juez”, emplaza el portavoz de la plataforma de profesionales de Arqueología.

Aunque reconoce que, de momento, prima la “presunción de inocencia” de los implicados, admite también que, como experto en la materia, es “tremendo” y abrumador” ver “piezas acumuladas en casa de una persona que dice que las recoge del campo, cuando deberían estar depositadas en el centro de deposito que establezca la Junta de Castilla y León a disposición de los investigadores o, en el mejor caso, en su sitio, donde estaban, en el campo, donde llevan 2.000 o 2.000 años allí y nadie las había molestado”.

Varón entiende que, "una vez publicada esta información en el periódico, la Junta ha tenido conocimiento de esta cuestión y actuarán de oficio, y espero que pongan esto en orden y que se deriven las responsabilidades que se tengan que derivar”.

En caso contrario, avisa, “nosotros somos igual de críticos con estos presuntos delincuentes que con las acciones y omisiones de nuestra administración, sea cual sea el nivel, estatal, autonómica o municipal. Si de aquí también se puede desprender que hay una mala praxis de la Junta o de la administración que le corresponda, debería también investigarse por qué no se está tomando este asunto en serio, porque en otros casos ya se habría mandado allí a la Guardia Civil”, considera.

Cabe apuntar que este medio, antes de publicar la información con las personas que han recogido las piezas, se puso en contacto con la Delegación Territorial de la Junta para contrastar la información y conocer el valor de las piezas que estas personas entregaron al Museo Numantino hace ya un año, si bien desde la Junta se decidió no hacer valoración al respecto. Del mismo modo, cabe indicar que los responsables de estos hallazgos llevan ya más de un año dando a conocer su hipótesis en redes sociales, con vídeos ilustrativos e imágenes.

 

Daño irreparable

Varón asume que parte de la población “no entienda o incluso le parezca que no se está gestionando de manera adecuada el patrimonio arqueológico”. En ese contexto, reconoce, hay gente que se cree en la potestad de coger ellos las piezas que hay sobre el terreno para, a su juicio, guardarlas y conservarlas. Pero, subraya, eso es un error que causa un “daño irreparable” sobre el patrimonio.

Explica que en la actualidad es inviable explotar todos los yacimientos arqueológicos que existen en España porque “no tenemos recursos suficientes” pero, también, porque “no todos los yacimiento arqueológicos tienen que ser intervenidos”. Y, en este sentido, justifica: “En patrimonio tenemos una máxima que es que lo que no se toca, no se rompe. Es mejor que esas piezas estén desperdigadas por el campo porque, al recoger las piezas de manera brutal, cualquier arqueólogo o arqueóloga que vaya a la zona no va a ser capaz de distinguir los sitios donde han recogido las piezas”. “Para nosotros, una moneda, una vez extraída de su contexto original, ha perdido todo el valor; incluso aunque estuviera en la superficie, porque la ha sacado el arado. Necesitamos que esos materiales sigan estando en su lugar para que se pueda reconocer arqueológicamente ese terreno y protegerlo de una forma adecuada (protegerlo no con una valla, protegerlo en la normativa urbanística municipal y en el inventario arqueológico de la provincia, esté recogido como yacimiento para que sobre él no se construya una carretera, un parque eólico, una vivienda…)”, especifica.

 

Sin duda, son piezas "de calidad"

La plataforma Estatal de Profesionales de la Arqueología, que se creó también con la función de concienciar a la sociedad sobre este tipo de actuaciones irregulares, insiste en poner freno a este tipo de intervenciones ya que, aunque se piense que se está actuando con buena voluntad, el daño es “abrumador” e “irreparable”. Ante la duda, lo mejor es no tocar nada y, sobre todo, nunca llevarse las piezas porque “no nos podemos permitir la pérdida de más patrimonio del que ya hemos perdido, porque es finito, se acaba”.

Aunque este profesional de la Arqueología solo ha visto las piezas extraídas en Calderuela por las fotografías publicadas en El Día de Soria, asegura que, en principio, “es material arqueológico y es material arqueológico de calidad. De calidad por el estado de conservación y de calidad por la información que podían haber ofrecido si estuviesen en su sitio”. “El valor de las piezas no es económico, es arqueológico, histórico, el saber quién somos, el saber qué es lo que vamos a legar a las generaciones futuras”, añade.

Al saber que los autores de esta actuación en Calderuela llevan ya más de un año publicando vídeos en redes sociales sobre su hipótesis, que han llevado incluso un documento a la Junta explicando sus ‘hallazgos’ y que han entregado parte de las piezas al museo, se cuestiona con qué criterio entregan unas piezas y se guardan otras pero, lamenta también, “eso causa sensación de impunidad ante el delito e impotencia para las personas que estamos preocupadas por el patrimonio”.