Tras las huellas de los reptiles prehistóricos en Ribota

S.Ledesma
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Este año está prevista la publicación científica de los hallazgos del yacimiento agredeñode Ribota, que podría dar más sorpresas porque «sólo hemos rascado la superficie»

Tras las huellas de los reptiles prehistóricos en Ribota

Desde el año 2017 un grupo de investigadores lleva realizando trabajos paleontológicos en la zona de Ágreda, centrados principalmente en un nuevo yacimiento denominado Ribota. Hasta el momento se han descubierto «varios tipos de peces, restos de tortugas, cocodrilos y pequeños pterosaurios (los reptiles voladores del que forman parte los famosos pterodáctilos, por poner un ejemplo)». Son «restos muy fragmentarios, pero que aportan suficientes información para saber a qué grupos o familias pertenecían». Se podría decir que, «casi literalmente, sólo hemos rascado la superficie», y se confía en que los resultados vean la luz en una publicación científica a lo largo de este año. 

Eduardo Puértolas Pascual, investigador postdoctoral del Grupo Aragosaurus-IUCA de la Universidad de Zaragoza, especialista en cocodrilos fósiles y otros reptiles, ofrece este sábado en la villa de las tres culturas la charla El paisaje Jurásico de Ágreda, grandes lagos y reptiles prehistóricos de Soria con una visita de campo. A través de ella confía en «hacer comprender a los vecinos el interés de su patrimonio paleontológico y de la importancia que tiene protegerlo entre todos». Al respecto, explica que en Ribota «encontramos algunos fósiles que habían intentado ser extraídos sin éxito por alguien fuera del equipo y que habían sido dañados». Además, añade, «cualquier fósil fuera de su contexto geológico pierde una gran cantidad de información».   

un yacimiento «interesante». El yacimiento de Ágreda, mantiene el investigador, «es interesante por varios motivos: el primero es que los fósiles se han recuperado en rocas con una edad (el tránsito Jurásico-Cretácico) en la que apenas existen vertebrados fósiles (especialmente de otros grupos que no sean dinosaurios) en la Cuenca de Cameros, en particular, y en la Cordillera Ibérica, en general, por lo que cualquier resto encontrado en ese periodo de tiempo es importante para entender cómo eran esos ecosistemas y poder ver cuánto de similares o diferentes eran entre unas zonas y otras». 

El paleontólogo desarrolla investigaciones junto a Diego Castanera (actualmente investigador en la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis) desde 2017 en Ribota. «Todo comenzó a raíz del descubrimiento de unos huesos aislados por parte del geólogo Miguel Bartolomé, vecino de Tarazona e investigador del CSIC, mientras realizaba trabajos para su investigación. Somos amigos y compañeros de la facultad y, cuando encontró algo extraño en unas rocas, nos envió unas fotos con los restos vistos en el campo. Al preguntar si podían ser huesos fósiles, le dije que sí. Unos meses después fuimos con él al campo y pudimos confirmar que lo que nos enseñó en las fotos eran huesos de las extremidades de algún reptil y hoy, tras su estudio (en fase de publicación), sabemos que se trata de un pterosaurio, el grupo de los famosos reptiles voladores de la época de los dinosaurios». A raíz de esos descubrimientos se comenzó a trabajar en la zona. 

investigaciones. Puértolas Pascual recuerda que precisamente Diego Castanera y otros compañeros de su grupo de investigación participaron en la publicación en Historical Biology del cráneo de una tortuga primitiva (Pleurosternon moncayensis) hallada en Ágreda, junto con los investigadores de la UNED Adán Pérez («que está participando en el nuevo yacimiento estudiando las tortugas») y el paleontólogo soriano Marcos Martín. Una publicación de la que ya se hizo eco este periódico en abril de 2021. «En gran medida, -indica Puértolas Pascual-, este resto de tortuga está en relación con lo que estamos estudiando, ya que procede de los mismos estratos geológicos lacustres y se descubrió a escasos cientos de metros al norte de los yacimientos nuevos de Ágreda».

Los resultados de la investigación en el yacimiento de Ribota fueron presentados el año pasado en el congreso internacional de la Asociación Europea de Paleontólogos de Vertebrados (EAVP por sus siglas en inglés) y en las IX Jornadas Internacionales sobre Paleontología de Dinosaurios y su Entorno de Salas de los Infantes (Burgos).  Ha sido al hilo de ese último congreso cuando los investigadores han decidido preparar una publicación científica de los restos fósiles que se han podido recuperar e identificar. «En esta publicación se pretende poner en contexto el yacimiento y hacer una descripción preliminar de la fauna que hemos recuperado hasta el momento», indica el investigador posdoctoral del Grupo Aragosaurus-IUCA de la Universidad de Zaragoza. 

El especialista en cocodrilos fósiles y otros reptiles asegura que «curiosamente, no hemos encontrado restos de dinosaurios, que también tenían que existir por la zona», pues «Soria está plagada icnitas», por lo que creen haber hallado «sólo animales que vivían dentro del lago (o sobre él, en el caso de los pterosaurios voladores)». Entre todos estos restos «destacan los de cocodrilos».  

optimismo frente al futuro. Los investigadores deben sopesar ahora si, a partir del material extraído, «compensa o no» seguir trabajando y prospectando la zona. «Yo soy optimista al respecto y estoy casi seguro de que sacaremos publicaciones nuevas sobre los fósiles ya descubiertos y sobre los que quedan por descubrir», admite Eduardo Puértolas Pascual. El problema, como suele ser muy habitual en investigaciones científicas, suele ser económico y es habitual que los propios investigadores preparen su material de estudio, por lo que el trabajo «se demora durante décadas».

En el caso de Ribota, «los gastos del trabajo de campo los hemos sufragado con un proyecto internacional de la EAVP que nos ha permitido recoger el material en el campo». Sin embargo, según aclara el investigador, «la gran mayoría del material que hemos estudiado todavía está sin preparar, es decir, los fósiles todavía están dentro de los bloques de roca caliza, por lo que sólo hemos podido estudiarlos superficialmente». Preparar todos estos fósiles «podría ser trabajo de varios años con una persona dedicada a ello a tiempo completo, por lo que para hacer las cosas en condiciones hay que contratar a técnicos de laboratorio especialistas en preparación de fósiles».