El porcino frena su expansión

Vidal Maté
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A pesar del parón causado por la coyuntura exterior, se mantiene como el buque insignia del sector ganadero y España como primer país productor de la UE y segundo exportador mundial

El porcino frena su expansión - Foto: Luis López Araico

E l sector del porcino de capa blanca, el criado mayoritariamente en explotaciones intensivas, registró en 2022 un freno en su línea de permanente crecimiento en la última década, consecuencia fundamentalmente de las circunstancias de los mercados derivados de la invasión de Ucrania, el incremento de los precios de las materias primas para la alimentación animal, la sequía o la inflación. A pesar de todos esos condicionantes en contra, el sector español se mantiene como el buque insignia de la actividad ganadera nacional por volumen y el valor de sus producciones, consolidándose como el primer país productor de la Unión Europea y el segundo país exportador, solamente por detrás de Estados Unidos.

No obstante esta posición en los mercados, desde el sector se considera necesario elaborar un Plan Estratégico con el que afrontar los retos del futuro y preparar la respuesta necesaria con tiempo, para lo que también se reclaman más apoyos para consolidar su posición en los mercados. Cabe señalar que el porcino, como la avicultura, a diferencia de otras cabañas, se halla prácticamente fuera de los grandes mecanismos de ayudas directas comunitarias y que su éxito se ha basado en su capacidad para autorregularse y operar en más de un centenar de mercados por su propio talento competitivo y a pesar de las cada vez mayores exigencias medioambientales para ese tipo de explotaciones ganaderas.

Tomando como referencia la última década, el sector del porcino de capa blanca ha pasado de un censo de 22,9 millones de cabezas a 30,68 millones, mientras el cerdo ibérico lo hacía de 2,35 a 3,4 millones de cabezas. La dimensión media de las explotaciones de cerdo de capa blanca se ha mantenido estabilizada en ese periodo en unos 461 animales, una cifra muy inferior a la de otros grandes países productores como Alemania, Países Bajos, Dinamarca o Estados Unidos.

En el número de granjas, la tónica dominante en la última década ha sido la estabilidad, con un muy ligero recorte para el total de las explotaciones pasando de 89.192 a 86.250; concretamente, la merma en el cerdo de capa blanca ha sido de 71.700 a 66.592, con un predominio de la granjas familiares y solamente con 2.330 de gran capacidad -más de 480 Unidades de Unidades de Ganado Mayor (UGM)-. Conviene destacar que una cerda de cebo en ciclo cerrado equivale a 0,96 UGMs y un cerdo de cebo de 20 a 100 kilos a 0,12 UGM

El ganado sacrificado en la última década ha pasado de 41,6 millones de cabezas a 56,65 millones, con un incremento del 36,2%. Sin embargo, la cifra supone, por primera vez en los últimos años, un ligero retroceso sobre los 58,37 millones de 2021. Traducido en volumen de carne, en los últimos diez años se ha aumentado de 3,47 millones de toneladas a la cifra récord de 5,18 millones en 2021 en una línea de ascenso continuado. Esta tendencia se rompió en 2022 con una leve caída hasta los 5,07 millones de toneladas, un fenómeno que es importante constatar en 2023 antes de sacar conclusiones sobre la situación y el futuro del sector.

Con esos datos, España se halla a la cabeza de los países comunitarios, por delante de los 4,49 millones de toneladas de Alemania y muy por encima de Francia (2,15), Polonia (1,79), Países Bajos (1,75), Dinamarca (1,67), Italia (1,27) o Bélgica (1,04). Todo ello a pesar de los ajustes provocados por el aumento de los costes y la mayores exigencias medioambientales. El sector registró en 2022 un valor de  producción de 10.870 millones de euros, un 22% más, que representan el 42% de la producción ganadera y el 17% de la producción final agraria.

En este escenario es importante un análisis del comportamiento de los mercados exteriores, pero igualmente el del mercado interior, donde la crisis en los hogares, la inflación y los precios elevados han jugado un papel en contra de la demanda. Cabe señalar que, en los últimos meses, los precios del porcino en los mercados en origen se situaron en cifras récord aupados por el incremento de los costes de los piensos y un ligero ajuste en la producción, junto a los problemas habidos en algunos grandes países productores con la peste porcina.

 

Nuervos tiempos.

Para el sector han quedado ya muy lejos aquellos tiempos en la década de los 80 y 90, cuando la peste porcina dejó a una parte importante de la Península Ibérica sin la posibilidad de exportar mientras estaban abiertas las ventas al exterior de otros países comunitarios. Hoy, básicamente se importan lechones ante la necesidad de disponer de más animales para responder a las ventas en los mercados de exportación.

En este contexto, España llevó a cabo en 2022 unas exportaciones de 2,93 millones de toneladas en más de un centenar de países además de los comunitarios, una cifra ligeramente inferior a los 3,09 millones de toneladas de 2021 y casi igual a la de 2020 (2,97 millones). Esta cifra supone más del doble de los 1,41 millones de toneladas exportadas en 2012 y refleja el poderío España en los mercados exteriores, donde es líder con cifras iguales a Estados Unidos. En la Unión Europea, Alemania es el segundo exportador con 2,3 millones de toneladas.

En China las ventas se han reducido a la mitad una vez superada la peste porcina de los años 2020 y 2021, cuando España llegó a colocar en ese mercado hasta 1,4 millones de toneladas de productos. Sin embargo, se mantiene como el principal cliente con unas 700.000 toneladas. Otros mercados asiáticos que le siguen, como Filipinas con 209.000 toneladas o Japón con 204.000 toneladas, son también claves. Pero el resto de los países comunitarios se mantienen también como importantes compradores. Entre ellos destacan Francia (290.000), Italia (216.000) o Portugal (124.000), mientras no despegan lo suficiente los mercados del continente americano, donde Canadá tiene más protagonismo en Estados Unidos.

Como consecuencia del incremento de los precios también en los mercados exteriores, el valor de las ventas en los mismos se elevó a 8.290 millones de euros frente a los 7.720 millones del año anterior, alcanzando un precio medio de 2,83 euros por kilo frente a los 2,50 de 2021. Las importaciones solo supusieron 560 millones de euros, lo que supone una balanza comercial en positivo.

En el mercado interior, el sector, según datos provisionales, ha sufrido los efectos de la inflación. El consumo de carnes frescas de porcino pasó de 484.000 toneladas en 2020 a 453.000 2021, para caer en 2022 a 408.000 con datos provisionales y computando solamente el consumo en los hogares. Estas cifras, si se contemplan igualmente las ventas en los canales de la restauración, se incrementarían entre un 18% y un 22%. En lo que se refiere a los productos elaborados, las ventas estimadas en 2022 se situaban en 494.000 toneladas frente a las 540.000 del año anterior, también solo en los hogares.