Loli Escribano

SIN RED

Loli Escribano

Periodista


La impunidad del corrupto

26/05/2023

La emoción e incertidumbre de estas elecciones municipales en Soria pasa sólo por la Diputación, porque en la mayoría de ayuntamientos, el bacalao está vendido. ¿Quién ganará en la institución provincial? O, mejor dicho, ¿quién gobernará? Que no es lo mismo. Sólo hay que recordar la felonía practicada por Ciudadanos hace cuatro años que dejó al PSOE, tras conseguir una mayoría simple en la Diputación soriana, a las puertas de mantener el gobierno otra legislatura más en dicha institución.

Hace unos días, en el Casino, en la presentación de "El asesino inconformista", organizada por CCOO Soria, su autor, Carlos Bardem, nos invitaba a reflexionar sobre uno de los defectos de la sociedad actual. "Tenemos asumida la impunidad del corrupto", dijo para resumir la trama de su novela, un asesino a sueldo que sólo mata políticos corruptos. Una frase simple, la pronunciada por Bardem, en su sintaxis, pero poliédrica en su significado. Si consultamos la RAE, la segunda acepción define corrupción como "deterioro de valores, usos o costumbres". Así, desde ese deterioro al que alude la Real Academia Española, la que limpia, fija y da esplendor, la ciudadanía acepta impunemente la pérdida de valores primordiales y básicos, como el compromiso y la lealtad, por parte de los políticos elegidos democráticamente en las urnas. Vamos, de los que cuando gobiernan se pasan el programa electoral, con el que piden su voto, por debajo de su poltrona. De los que no ejecutan lo que prometieron. De los que hacen de su institución un sayo. O de los que la utilizan, dentro de la legalidad y fuera de la moralidad, para su propio interés y el de sus allegados.

Esa corrupción de los valores la vemos reflejada, por ejemplo, en la mediocridad y la ruindad que demuestran muchos de esos cargos públicos, encantados con los pequeños privilegios que pasan por algo tan insignificante como una invitación al fútbol, a los toros o al teatro donde poder alardear de su status y de no haber pagado la entrada. Cutres, cutres. La corrupción moral es, a veces, casi más dañina y ofensiva para la sociedad que la de la libretita azul, el cohecho y demás delitos ataditos con correa.

Frases lapidarias como todos los políticos son iguales, son también una evidente demostración de la reflexión de Bardem sobre la impunidad del corrupto. No, todos no son iguales y ahí somos los electores los que tenemos la obligación de informarnos para diferenciar entre los candidatos honrados de los que dan gato por liebre.

En estas últimas horas de campaña, los ciudadanos tenemos la responsabilidad de ser críticos con los discursos, compromisos y programas. Descubrir la verdad, porque la verdad es la que es, sólo hay una. Otra cosa es la manipulación de la verdad para obtener un interés, una alcaldía o la mismísima presidencia de la Diputación de Soria.