Terror en alta mar

Agencias
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Los supervivientes del naufragio en el Jónico describen un clima de pánico impuesto por los traficantes de personas, que tenían incluso barras para amedrentarles durante la travesía

Cientos de inmigrantes se encuentran desaparecidos después de que el barco naufragó frente a Grecia. - Foto: EFE

Un clima de terror impuesto por los traficantes de personas a cargo del barco. Así es como describen la situación los supervivientes del pesquero que se hundió la pasada semana en el mar Jónico, dejando al menos 78 muertos y cientos de desaparecidos. 

Una de las personas al mando «pedía dinero y tenía una barra para aterrorizar» a los pasajeros, relata uno de los rescatados, cuyos testimonios han sido clave para proceder al arresto de nueve hombres de nacionalidad egipcia que también iban en la embarcación.

Las autoridades griegas numeraron a los supervivientes y preguntaron con fotografías si algunos de ellos eran los responsables de la nave. «La persona número 70 era la que se hacía cargo del barco cuando descansaba el capitán. Era el segundo en la jerarquía y todos le teníamos mucho miedo», cuenta otro de los salvados.

Los detenidos afrontan cargos de formar una organización criminal para el tráfico ilícito de inmigrantes, causar un naufragio y poner vidas en peligro. Hoy prestarán testimonio ante la Fiscalía de la ciudad helena de Kalamata.

Al parecer, el pesquero partió desde Egipto, hizo una escala en el este de Libia, donde embarcaron los migrantes, y después siguió rumbo a Italia. «Viajábamos durante cuatro días, nos dieron poca comida y agua sucia. Calculo que había unas 700 personas», señala Hasan, un sirio de 23 años. Según relatan los supervivientes, en la abarrotada nave viajaban muchas mujeres y niños, a los que los traficantes habían situado en las bodegas. «A mi mujer y a mis hijos los pusieron en las bodegas», señala Rana, un paquistaní de 24 años, que coincide con Hasan en su estimación de 700 migrantes a bordo.

Pero, por ahora, solo han sido encontrados 104 con vida: todos varones y ocho de ellos menores edad. Las operaciones de búsqueda prosiguieron ayer por quinto día consecutivo, aunque las posibilidades de que se hallen más supervivientes son casi nulas. Mientras, los rescatados permanecen en el centro cerrado de Malakasa, a las afueras de Atenas, para ser identificados y desde donde podrán solicitar asilo. 

Allí siguen ofreciendo nuevos detalles sobre la tragedia. Según los testimonios, el motor del viejo pesquero había empezado a presentar problemas desde el segundo día del viaje y había una persona entre los traficantes encargada de arreglarlo cuando este dejaba de funcionar.

Sin embargo, la madrugada del miércoles, al suroeste de la península del Peloponeso, «el barco empezó a hacer agua», según Rana. Entonces, se trasladaron al otro lado de la nave, donde no había ninguna vía de agua, lo que provocó que zozobrara y al final volcara. «Los que no tuvieron tiempo de salir se hundieron con el barco, entre ellos mi mujer y mis hijos», lamenta.