«Gran preocupación» en la Delegación del Gobierno y la Dirección General de Tráfico por el repunte de la mortalidad en las carreteras de Castilla y León durante los primeros meses de este año. Hasta ayer, 16 de abril, habían fallecido en las carreteras de Castilla y León 30 personas, cuatro más que en el mismo periodo del pasado año, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) a los que ha tenido acceso Ical. Unos datos que obligan a «incrementar» las medidas de vigilancia y las campañas de sensibilización sobre los riesgos que implica la carretera y sobre la importancia de respetar las normas. «Es nuestra obligación reforzar los medios de los que disponemos para reducir al máximo las muertes en carretera», reconoció ayer el delegado del Gobierno, Nicanor Sen, durante su participación en la Comisión Autonómica de Tráfico, Seguridad Vial y Movilidad Sostenible.
Un encuentro en el que, por el contrario, Sen puso de manifiesto el descenso en la mortalidad en las carreteras autonómicas registrado durante el 2023. Así, en relación a las cifras del pasado año, la Comisión constató una reducción de un 12,7% en la siniestralidad mortal en las carreteras de la Comunidad, año que se saldó con 119 fallecidos, 17 menos que en el 2022, en 107 accidentes mortales (-11,57%). No obstante, la coordinadora autonómica de la DGT en Castilla y León, Inmaculada Matías, puntualizó que hay que poner en relación estos datos con el hecho de que el ejercicio inmediatamente anterior fue «especialmente negro en nuestras carreteras».
La distracción fue el principal factor de los accidentes mortales y costó la vida a 59 personas. La velocidad inadecuada dejó 17 víctimas y el cansancio o sueño 11. En cuanto al tipo de vía, las interurbanas se saldaron con 92 muertos, mientras que en las vías de alta capacidad 27 personas perdieron la vida. La salida de vía es el tipo de siniestro vial más frecuente registrado en Castilla y León, alcanzando los 62 fallecidos, seguido de la colisión frontal (27). En comparación con 2022, destaca el descenso en el número de fallecidos en siniestros por colisión lateral (12) en un 40 por ciento. En cuanto a la edad, los fallecidos se concentran principalmente en la franja de entre los 45 a 54 años, con un total de 37 víctimas, seguida de la de 55 a 64 años (21). Las franjas de 15 a 24 años y de 65 a 74 registraron 12 fallecidos cada una de ellas. El 76 por ciento fueron hombres.
Vehículo
En cuanto al tipo de vehículo en el que viajaban las víctimas mortales, el 56 por ciento (67) lo hacían en turismo, ocho en camión y seis en furgoneta. Los usuarios vulnerables representaron el 29 por ciento de los fallecidos (35), de los que 21 viajaban en moto, ocho eran peatones, cuatro ciclistas y dos circulaban en ciclomotor. En este punto, se puso de manifiesto la elevada tasa de víctimas vulnerables en la provincia de Ávila, que representa más del 50 por ciento de los fallecidos en carretera. En cuanto a los peatones, seis de las víctimas mortales se registraron en vías convencionales, y dos de ellas (Burgos y León) en autovía. Por otra parte, León fue la provincia que tuvo que lamentar más motoristas fallecidos con cinco, seguida de Ávila, 4; Burgos, Salamanca y Valladolid, 3 en cada una; y Soria y Zamora, ambas con 1.
En la reunión se destacó como especialmente preocupante la falta del uso de los distintos dispositivos de seguridad detectados en los siniestros morales, especialmente en lo que se refiere al Sistema de Retención Infantil. El nueve por ciento de los conductores fallecidos no llevaba puesto el cinturón de seguridad y sólo uno de los seis peatones fallecidos con obligación de usar el chaleco reflectante hacía uso de él. Por su parte, el cien por cien de los motoristas, ciclomotoristas y ciclistas fallecidos sí llevaban puesto el caso.
Agosto, septiembre y octubre fueron los meses que registraron un mayor número de accidentes mortales acumulando cerca del 40 por ciento de los fallecidos. En total, fueron 266 días en los que no se registró ningún siniestro mortal en la Comunidad.