Un taller de alta costura

S.Almoguera
-

Las ocho alumnas del primer taller de empleo textil confeccionarán los nuevos trajes de la comparsa de gigantes del Ayuntamiento de Soria

Un taller de alta costura - Foto: E.G.M

Metro, aguja, hilo y más de 268 metros de tela son las herramientas. El reto, más que grande, será gigante. No en vano tendrán que vestir a don Quijote y Dulcinea, los cuatro monarcas de la baraja y hasta a los Reyes Católicos, unos 'clientes' con algo más de cuatro metros de altura. Pero a pesar de que hasta hace algo más de un mes apenas sabían pegar un botón, de las manos de estas ocho alumnas saldrán los hermosos trajes, hechos a medida, con los que a partir de este año desfilarán estos seis gigantes de la antigua comparsa festiva del Ayuntamiento de Soria, que en 2022 celebró su 400º aniversario. Para ello, María Roca, Estéfani Hurtado, Elena Sanz, Cristina Ramírez, Rosa Ruano, Vanesa García, Aziza Se Alibi y Saray Borja, mujeres desempleadas con edades comprendidas entre los 19 y los 55 años, están siendo formadas en el primer Taller de Empleo que la Junta de Castilla y León y el Consistorio soriano han creado en la categoría de creación textil y en el que el trabajo práctico consistirá precisamente en dar un nuevo esplendor a la antigua comparsa de gigantes y cabezudos con nueva vestimenta y unas fundas impermeables para que no sufra daño mientras danza por las calles de la capital en condiciones meteorológicas desfavorables.

La actividad comenzó el pasado mes de marzo, explica Eduardo Rodrigo, coordinador de esta acción combinada de formación e inserción laboral, literalmente «de cero». Al ser un proyecto pionero dentro de la larga trayectoria de talleres de empleo municipales, todo, desde el diseño del aula a las unidades docentes, tuvo que diseñarse ex profeso para esta iniciativa que, con una duración de seis meses, concluirá el próximo 31 de agosto.

El primer trimestre se está dedicando a enseñar a las alumnas los fundamentos de la costura, un mundo que, aunque desconocido para prácticamente todas ellas, las ha atrapado tanto que, cuando acaba la jornada, «les cuesta recoger» para irse a casa, señala Rodrigo. Ya han aprendido a hacer ojales y pegar botones, remallar, coger bajos, entallar, a hacer pespuntes a mano y a máquina (rectos, una de las cosas que más cuesta, comentan las alumnas entre risas), costuras francesas, hilvanes, poner cremalleras, pulir bolsillos e incluso  la importancia de la plancha en todo el proceso de hechura de una prenda… «Ojalá vengan empresas textiles a Soria. Aquí hay buena cantera de modistas», asegura orgulloso Eduardo Rodrigo que, junto Luisa Fernández, forma parte del cuadro docente de este innovador taller de empleo.

Además, agrega Fernández, son perfeccionistas «y ellas mismas quieren repetir y hacerlo correctamente cuando no les salen bien las cosas» e incluso siguen en casa aprendiendo cosas a través de tutoriales en internet. «Yo no tenía experiencia de ningún tipo salvo poner algún botón y no bien puesto», comenta entre risas Cristina Ramírez, pero aquí, como el resto de sus compañeras, ha descubierto un oficio, «difícil», pero «muy bonito», que, además, ha despertado en muchas el sueño de montar su propio negocio de arreglos de costura o incluso de seguir formándose para fundar su propio atelier de diseño de moda. 

Tras tres meses en los que asimilarán todos los fundamentos del corte y confección para recibir una acreditación formativa, llegará la parte más creativa de esta iniciativa laboral: la confección de los trajes para los gigantes y también para algunos de los cabezudos. Será «un reto» importante pero muy motivador porque para ellas será un orgullo poder decir «los he cosido yo», comenta con sentido del humor Elena Sanz, cuando los gigantes desfilen con sus nuevos atavíos. Esta alumna, tras muchos años en el mundo de la hostelería, ha dado un giro completo a su perfil laboral con esta iniciativa y está encantada. «Cuando te sale algo bien es un subidón», afirma. La confección de los trajes para los gigantes comenzará, eso sí, por algo sencillo, las fundas impermeables que servirán para proteger las figuras (y sus nuevos trajes). El material está en camino, 80 metros de tela sintética de tejido poliéster. 

El taller, ubicado en el Centro Cívico Bécquer, ya está preparado. Para ello han tenido que confeccionarse  a medida unas mesas de 4,15 metros de largo para facilitar que las alumnas/ trabajadoras puedan cortar y coser con facilidad (tanto a máquina como a máquina) los vestidos de la comparsa municipal de gigantes y cabezudos. El primer paso será tomar medidas, aunque no será fácil. «Aún no sé si tendremos que utilizar un andamio», comenta con sentido del humor el coordinador del taller de empleo, en alusión a los algo más de cuatro metros de altura de estas figuras festivas.

Enfrentarse a este trabajo no será fácil, porque si es importante ver la pieza en conjunto para saber por dónde se está cosiendo, al ser prendas tan grandes será casi imposible, insiste Eduardo Rodrigo.

A escala. Las particulares medidas de los gigantes complicará, sin duda, la confección de unos trajes para los que, en el caso de los personajes de don Quijote y Dulcinea y los monarcas de la baraja se reproducirán exactamente sus vestidos originales, mientras que en el caso de los Reyes Católicos se crearán trajes de nueva creación. Para ello, ha habido un trabajo de investigación previo sobre la moda de su época. 

Sus trajes se confeccionarán en telas adamascadas y terciopelos, 25 metros serán necesarios para vestir a Isabel y 30 para Fernando. Para el resto de los integrantes de la comparsa se han elegido también telas de gran calidad (sedas naturales y rasos de seda) que, siempre que ha sido posible por disponibilidad, al igual que todos los útiles necesarios, se han encargado al comercio local soriano. Para Dulcinea y don Quijote serán precisos unos 15 metros de tela; 26 para cada uno de los reyes de la baraja. Serán tejidos, insiste Rodrigo, de mucha calidad que, además, «son complicados de usar». Sin duda un reto añadido también a otros aspectos como el escaso tiempo, tres meses, para cumplir un encargo en el que también se incluye la realización de nuevos trajes para cinco cabezudos medianos (la bruja, dos pirata, el payaso y Napoleón) y tres grandes (el león, Sancho Panza y Napoleón), así como los atavíos para los dos caballitos antiguos que atesora la comparsa municipal. 

Todas las alumnas reiteran convencidas que saldrán más que airosas de este reto y, en este sentido, destacan lo bonito y relajante que está siendo aprender en un ambiente de tanto compañerismo. Y es que como señala Luisa Fernández, una de las profesoras, «cuando te pones con la aguja, las horas se van. Te tienes que concentrar tanto que el resto del mundo se queda en la puerta», confiesa. En este taller hay tanta concentración y tantas ganas de aprender que, asegura, está claro que los gigantes y cabezudos de Soria saldrán a desfilar 'hechos unos pinceles'.