"Soria tiene la suerte de ser muy importante en muchas etapas"

A.P.L.
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Es el gran artífice de la mayoría de las intervenciones en el patrimonio soriano y ha trabajado en numerosos pueblos antes de comenzar la intervención en la muralla de Soria, cuyos resultados ya se admiran

"Soria tiene la suerte de ser muy importante en muchas etapas" - Foto: E.G.M Eugenio Gutiérrez Martínez

Arquitecto experto en restauración y rehabilitación del patrimonio, Fernando Cobos ha intervenido en buena parte de la provincia y ahora se centra en las murallas de Almazán y la capital, que están dando muchas sorpresas. Su filosofía de rtabajo se basa en el estudio exhaustivo de cada monumento para acertar en las decisiones y en la flexibilidad a la hora de tomarlas, aunque siendo fiel siempre a los criterios de intervención. Cobos habla con pasión de cada uno de sus trabajos en Soria y, aunque pueda parecer irónico, la despoblación ha permitido que el rico patrimonio de la provincia se haya mantenido con el paso de los siglos.

¿Cómo describiría la labor de rehabilitar e investigar el patrimonio y poder dar con hallazgos históricos? 

Es emocionante y divertido, se disfruta mucho de todo lo que va apareciendo y de la documentación que se va generando. La ventaja, como comentaba el otro día en un foro sobre la importancia de los planes directores, es que cuando tienes la capacidad de intervenir en un monumento a partir de muchas disciplinas (levantamientos planimétricos exhaustivos, excavaciones arqueológicas, elaboración de estudios históricos...) y, además, hacer una obra que te permite investigar físicamente y hurgar en las tripas de un edificio, te aporta un nivel de profundidad de conocimiento que no tienen ningún otro profesional que prepara una tesis doctoral, investiga en un archivo o hace una cata arqueológica. Por lo tanto, tenemos unas posibilidades de investigación que hasta ahora nunca ha tenido nadie. 

Eso explica que cuando esos estudios asociados a proyectos de restauración están bien hechos dan muy buenos resultados porque es la primera vez que se puede utilizar tal cantidad de medios disciplinares, tecnológicos y científicos sobre un objetivo. De hecho, ha avanzado más la investigación monumental en España en los últimos 25 años gracias a los planes directores y las intervenciones en los monumentos que los estudios de la universidad. Es el trabajo profesional en los edificios el que está dando las grandes sorpresas porque estamos aplicando metodologías, tecnologías y criterios de investigación que hasta este momento no se aplicaban, lo que permite un conocimiento muy exhaustivo. Sin olvidar que todo proceso de restauración de un monumento es necesariamente un proceso de investigación.

De todas esas metodologías, ¿cuál ha supuesto un mayor avance? ¿Se ha aplicado alguna de ellas en Soria de manera novedosa?

Para mí y como profesor de esta disciplina, creo que la estratigrafía arquitectónica, como la lectura del edificio a partir de su proceso evolutivo (cómo fue creciendo, construyéndose, destruyéndose, reconstruyéndose...), es uno de los avances más importantes y ha funcionado muy bien. Viene de la estratigrafía arqueológica, pero no solo es eso, porque esta forma de interpretar los monumentos es la que más ha hecho cambiar nuestra percepción de edificios y estructuras. Después hay otros mecanismos que permiten hacer levantamientos con mucha precisión  (diferencias de tamaños, formación de las fábricas...) e indican de forma muy precisa la historia de la patología de un edificio. Asociar estos procesos con la investigación documental y arqueológica produce resultados verdaderamente sorprendentes.

En Soria estamos aplicando todos estos conocimientos. Cuando hace muchos años comenzamos a excavar en la muralla de Ágreda, a documentarla y restaurarla, se prefiguraban -como luego ocurrió con las Torres del Madero o la Frontera del Duero- algunas cuestiones  de interpretación de los yacimientos y fortificaciones medievales que han ido conformando una idea que ahora nos permite ver las cosas de una manera más clara y más limpia que hace 15 años. En el caso de Soria es exponencial el nivel de crecimiento del conocimiento porque hemos sido capaces de apuntar a las dianas y dar en el blanco. Lo que hemos aplicado en los trabajos en la provincia han sido años de experiencia y de saber dónde están los indicios para hallar los elementos que más nos interesan para interpretar la historia de la ciudad. 

¿Tiene la provincia un mayor riqueza patrimonial por descubrir? ¿Cuál es su principal ventaja o su principal inconveniente?

La gran ventaja que tiene Soria respecto a otros territorios en investigación histórico-arqueológica es que siempre ha sido un lugar despoblado y nunca ha habido gente suficiente para derribar lo que hicieron los anteriores pobladores. Si las atalayas se conservan en Soria y no en Madrid es porque en Madrid subieron a por las piedras y en Soria no. El hecho de que Soria se haya hecho siempre a golpes de repoblaciones y de grandes infraestructuras, ya fueran los romanos, los árabes o los reinos cristianos, y que luego se despoblara y muchos elementos quedaran fosilizados en el territorio hace que sea un lugar paradigmático. No porque los sorianos sean más conservacionistas que otros, sino porque nunca ha habido demasiada población para aprovechar todas las piedras de los monumentos. Suena un poco a broma, pero es una explicación lógica. Soria tiene estructuras increíbles fosilizadas y sin prácticamente reformas de cada época, hay edificios magníficos de casi todos los siglos que fueron construidos con esfuerzo enorme en su momento pero que luego quedaron ahí, sin ser utlizados, reaprovechados y reconstruidos.   

¿Cómo hay que presentar este patrimonio soriano y qué destacaría como uno de sus grandes conocedores con trabajos en Ágreda, Calatañazor, Almazán, Osma, Gormaz...?

Con Soria tengo una relación muy especial, es un lugar muy querido y vivido desde hace muchísimos años y, como ejemplo, me casé en el Cañón del Río Lobos. Cuando comencé, Soria ofrecía esa posibilidad de trabajar en lugares intactos y edificios prácticamente vírgenes que ofrecían una capacidad de información extraordinaria en una tierra con una cultura y una historia muy profundas que aportan esa gran riqueza patrimonial. A diferencia de otras provincias ricas en un periodo muy concreto de la historia, Soria tiene la suerte de ser muy importante en muchas etapas y debe entenderse de forma global, de paisaje y territorio en conjunto, que es lo que me ha enamorado a mí siempre. La provincia entera es un magnífico ejemplo de paisaje cultural que probablemente no hay en ningún otro lugar del mundo, también gracias a esa despoblación a la que, por otro lado, debemos muchos males. He trabajado en muchos pueblos pero ahora en la capital es donde, curiosamente, están apareciendo los mayores descubrimientos. 

Centrándonos en la muralla de Soria, ¿cuáles son los mayores  hallazgos y qué interpretación tienen?

Hay muchas sorpresas. En la zona de la muralla junto al río, donde había más de la que parecía pero estaba enterrada o tapada por la maleza, lo más interesante fue recuperar las cotas de rasante y una de las torres de la puerta del puente. Los sorianos la pueden disfrutar ahora iluminada, sobre todo en esta época de invierno en la que los árboles no tienen demasiadas hojas. Pero siempre ha estado ahí, solo hemos quitado la tierra que la tapaba. Fue un trabajo muy interesante con una muralla que es tardía, del siglo XIV, mientras que en el Castillo es todo lo contrario porque es la primera ocupación y una construcción ex novo, con una estructura urbana realmente fascinante. No podemos saber si fue inicialmente judía o llegó a serlo después, en la Edad Media, pero sí está clara la presencia judía en la zona. Estamos empezando a poner datos científicos contrastados a suposiciones históricas e incluso leyendas y, por tanto, enfrentándonos a una realidad arquitectónica de un edificio que siempre ha estado ahí. Aunque estamos todavía en una fase muy inicial en el Castillo, va a tener un efecto muy parecido al que ha tenido la muralla del río o del Mirón. Cuando la gente vaya allí verá una muralla espectacular que está contando muchas cosas de la historia de Soria y se podrá contemplar en un parque arqueológico.

En base a esos estudios, ¿se podrá ofrecer una datación precisa del origen de la ciudad?

No estamos todavía en condiciones de dar una datación muy precisa, pero sí podemos ir hacia atrás. Sabemos que la muralla de la ciudad es del siglo XIV; la muralla de los recintos exteriores del Castillo es anterior, no sabemos cuanto, pero bastante; y la muralla del recinto principal es más antigua que éstos recintos. Podemos ir hacia atrás, pero no sabemos hasta cuándo. Hay que pensar, además, que los materiales que aparecen de las épocas de fundación todavía no son muy determinantes, aunque sí lo son los que aparecen de las épocas de ocupación. Cuando tengamos más información, estaremos más cerca de saberlo, pero es muy complicado. En arqueología los materiales funcionan por porcueles, es decir, que si econtramos un resto de una cerámica del siglo XII, quiere decir que la muralla es posterior pero no se sabe cuánto; y que no haya encontrado un resto del siglo XIII no quiere decir que no lo haya. Hasta que no tengamos una cantidad suficiente de materiales no podemos dar una hipótesis científicamente solvente, nuestro margen de error es muy grande y hay que ser precavidos. Creemos que es una repoblación cristiana y, por tanto estaríamos, en torno a Alfonso VI y Alfonso VII, pero insisto en que aún no lo sabemos con certeza. 

Está trabajando en la muralla de Almazán y también involucrado en Gormaz y Osma, ¿qué podría avanzar de estas actuaciones?

En Osma se terminó la fase de recuperación de la parte superior del castillo y falta la puebla, donde se van a hacer excavaciones. Fue un trabajo de investigación espectacular que proporcionó muchísima información sobre la historia de la Reconquista. En Gormaz, uno de los elementos más antiguos y más interesantes de Soria, está todo por hacer y va a dar muchísima información en los próximos años. A partir del plan director se han hecho unas pequeñas excavaciones iniciales que han demostrado ya muchas de las hipótesis que teníamos sobre el proceso de construcción y en tres etapas: la época inicial islámica, el califato y la época cristiana. Gormaz, junto con Osma y el sistema de atalayas, conforman y deben ser entendidos como una unidad, son de los pocos edificios de la época tan bien conservados y tienen un valor extraordinario y único como paisaje, el castillo islámico y el castillo cristiano enfrentados durante cien años, de ahí la necesidad de preservar el sistema defensivo. 

En cuanto a la muralla de Almazán, está teniendo una repercusión enorme porque se trabajó en la Puerta del Mercado, que había sido el basurero general de la villa desde el siglo XVIII todo estaba tapado por escombros.Se descubrió una gran cárcava con un foso, una antemuralla y un puente. Se ha restaurado el puente, en el que apareció una de las zapatas de madera, preciosa, y esta estructura reivindica un  poco la idea del puente primitivo de Pontoneros que tenía la fortaleza medieval del siglo XIV en la época de las guerras civiles. Por tanto, estamos haciendo un trabajo importante y espero que en los próximos años se vaya completando con proyectos que ya están redactados de adecuación del paisaje y del entorno urbano de todo ese frente de la ciudad amurallada. Almazán posee una de las grandes murallas de España y mejor conservadas, es una de las obras maestras de la arquitectura fortificada y se merece el reconocimiento. Tanto la obra que se hizo en el Postigo de Santa María como la de la Puerta del Mercado contribuyen a que la gente que llegue y vive en Almazán sea consciente de la maravillosa muralla que tienen y del impacto en el paisaje urbano y en la imagen de la propia ciudad. 

¿Qué importancia tiene la inversión en patrimonio de las administraciones de la provincia?

Las inversiones en patrimonio tienen ventajas importantes. La primera es que se invierte en tu tierra, en algo que no se puede deslocalizar ni cambiar de sitio.Después, es una manera de reivindicar nuestra propia historia, razón de ser y manera de existir en el mundo. Y eso, además, es una forma de reivindicar la capacidad que tienen estas tierras para recibir turistas y transmitir esa historia. 

Eso genera mucha riqueza y, como dicen los franceses, por cada 10.000 visitantes que tiene un monumento se genera un puesto de trabajo directo y dos indirectos. No es una industria escasa, porque Italia y Francia no tienen tantas playas como España pero tienen más turistas y viven de ello porque corresponde a un alto porcentaje del PIB.Por tanto, el turismo de interior y la consolidación de la población en la España mal llamada vaciada pasa fundamentalmente por la recuperación de sus pueblos y de su patrimonio, la seña de identidad de los mismos. La inversión en patrimonio es triplemente rentable al ser  en cultura y en algo que no se puede llevar nadie y, además, es un recurso turístico y una fuente de ingresos muy importante.

¿Hay suficientes ayudas para restaurar el patrimonio (1,5% Cultural del Gobierno, por ejemplo) y los fondos europeos son una oportunidad?

Con el 1,5% Cultural, que es muy beneficioso pero podría ser más extenso y llegar a más sitios, se han financiado muchos de nuestros proyectos y no podemos quejarnos... Con la llegada de fondos de la UE, las administraciones deben gestionar bien los recursos y planificar y priorizar proyectos bien estudiados previamente, atendiendo a que después de la obra hay que generar un producto turístico y darle rentabilidad a largo plazo. Es importante que haya planes directores, de gestiones y estratégicos que marcan caminos y establecen prioridades porque está faltando esa planificación previa para acometer estas inversiones con cabeza y reflexión.