Hasta 41 monumentos sorianos en Lista Roja de patrimonio

S.Ledesma
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Falta de financiación, titularidad privada y no serBIC, grandes escollos para actuar en los bienes dela provincia, ya con 41 espacios en la Lista Roja

Hasta 41 monumentos sorianos en Lista Roja de patrimonio

Semienterrada y en estado de ruina. Así se encuentra la nueva incorporación a la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra en Soria, la ermita rupestre de San Blas de Rabanera del Campo, la primera de este 2024 y, a tenor de la situación de «otras pequeñas joyas diseminadas por la provincia», no será la última en engrosar este listado que ya tiene 41 localizaciones. «Hay mucho patrimonio abandonado en nuestra provincia», lamenta el diputado provincial de Cultura y Juventud, Enrique Rubio. El principal escollo que hay que salvar es la titularidad, pues «muchos [monumentos] están en manos privadas». Y aunque «se está actuando en varios», otro problema «es la financiación, muy difícil de conseguir». Y que un monumento no esté declarado Bien de Interés Cultural (BIC) tampoco ayuda para urgir su rehabilitación. El responsable del área de Cultura de la Diputación Provincial de Soria entiende que para hacer intervenciones patrimoniales de gran nivel «deberían venir más ayudas extra». El departamento que dirige está trabajando en una de ellas, en los 700.000 euros concedidos por el Instituto de Patrimonio Cultural de España, dependiente del Ministerio de Cultura, para consolidar los restos del castillo de Serón de Nágima, una construcción «casi única y muy peculiar por ser de tapial». La institución provincial encargó a principios de año la redacción del proyecto de restauración al arquitecto Javier Gil, experto en este material constructivo, y el Ayuntamiento ha resuelto la cuestión de la propiedad del monumento, que era particular, pero se está pendiente de «recibir el dinero» para pasar de la teoría a la acción. Este impasse, entiende, se debe a la prórroga de los Presupuestos Generales del Estado; «pero el dinero acabará llegando», confía. 

Para Enrique Rubio el hecho de que parte de estos bienes «esté en manos privadas es un hándicap» que dificulta la intervención por parte de las administraciones. «Son monumentos que van sufriendo una degradación y no se toman medidas frente ello», menciona sobre el patrimonio heredado. Entiende que a muchos de estos edificios, incluidos los templos, se les podría dar una segunda y renovada vida. «Hay muchas pequeñas iglesias desacralizadas que podrían convertirse en centros culturales», lanza como idea mientras rescata la necesidad de «poner en valor toda la línea defensiva de las atalayas del Duero» por su importancia histórica. El diputado de Cultura recalca la labor de Románico sin Techo, un movimiento que visibiliza «los más de 40 inmuebles románicos sin techumbre que están a punto de desaparecer» en Soria.

recuperar lo rural. Un impulso desde lo local, apelando a administraciones más grandes, es lo que hacen desde muchos pueblos para intentar salvar su patrimonio. Se lleva intentando desde hace años para proteger y poner en valor la mencionada ermita de San Blas de Rabanera del Campo, desde finales de mayo una nueva mácula en la lista patrimonial soriana. Sin protección específica y en manos privadas, al Ayuntamiento le está siendo muy difícil poder actuar para instar a una intervención, también «por no ser BIC». A finales del año pasado remitió un informe al Servicio Territorial de Cultura, Turismo y Deporte, a instancia de su último jefe, Carlos de la Casa, para poder ver alguna vía de protección, tal y como explica Jorge Romero, alcalde de Cubo de la Solana, municipio al que está adscrita la entidad local menor en la que está ubicado el bien. Ya en 2012, el Consistorio realizó una memoria valorada en algo más de 25.200 euros para la rehabilitación, acondicionamiento y entorno del templo, del que destacaba que era «un raro y único ejemplo en la provincia de Soria», una «ermita rupestre construida dentro de una cueva natural», posiblemente «una cueva-ermita», algo que también se destaca en Hispania Nostra. Así, se indica que la edificación «pudo ser un santuario prehistórico que fue utilizado por varias culturas posteriores hasta la construcción de la ermita actual entre los siglos XVII y XVIII». El primer edil de Cubo de la Solana considera «importante» la recuperación de la ermita porque «es modesta, pero cuenta son unas pinturas singulares y viene gente a visitarla; con ella, si la podemos poner en valor, tenemos una gran zona de interés turístico junto a la ermita de la Virgen de la Solana, la atalaya Torrejalba [Almarail], el antiguo molino [privado] y las lagunas naturales».