Suso Seca

Suso Seca

Periodista


La leyenda

01/11/2019

Numancia.  -Dime Alonso. -¿Dónde está el pantalón azul que llevabas? -Lo perdí en la lucha del terreno de juego. -No te preocupes, yo iré a por él y te lo traeré. -¡Ten cuidado Alonso, los rivales son peligrosos! -¡Adiós Numancia, adiós! Y se oyó el rumor de un caballo alejándose al galope. Numancia se retiró a su oratorio, pasaron cinco temporadas y Alonso no volvía con el pantalón azul. Un sudor frío recorrió a Numancia porque empezaba a escuchar sonidos extraños. Ruidos de playoff, sollozos de descenso que gracias a Reus se oían cerca, pero lejos. Estaba siendo una noche eterna y Alonso no aparecía. Numancia se quedó dormida en un sueño de altas aspiraciones en la clasificación, pero cuando despertó se quedó estupefacta, casi sin habla, porque sobre el reclinatorio estaba el pantalón azul, tapado por sangre roja intensa que se había vuelto rojo por la sangre que había ido a buscar Alonso. Cuando la servidumbre entró en el dormitorio se encontraron a Numancia abrazada a la columna del lecho de la Segunda División con los ojos inyectados en garra, lucha y entrega, convirtiéndose en un orgullo para la ciudad de Soria.
Esta sería la Leyenda del Monte de las Ánimas destrozada por un servidor, pero hay veces que viendo las gradas de Los Pajaritos, parecen el Campo de Las Ánimas, cuando se ven tantos asientos vacíos. Habría que quitar la tilde a la palabra Ánima para preguntar, ¿por qué no te animas y vienes a apoyar al equipo?. Aunque este problema no solo afecta al fútbol, también al voleibol, al balonmano, etc. Qué nuestros deportistas no jueguen para Ánimas, ¡anímate y vente a apoyarlos!